- Con reforma a la Ley General de Salud, para terminar con el subregistro de muertes fetales y la confusión del término “nacimiento” que incluye a nacidos vivos y muertos.
- Ayudará a precisarla elaboración de estrategias dirigidas a modificar el comportamiento de las enfermedades que ponen en riesgo la salud materna perinatal.
El Pleno del Senado de la República
aprobó una reforma a la Ley General de Salud para que, con fines
sanitarios, se extienda el certificado de “nacido vivo” y “nacido
muerto”, y así terminar con el subregistro que ocasiona el actual
certificado de muerte fetal.
Actualmente, el nombre actual del
certificado de muerte fetal provoca confusiones que generan un
subregistro importante de las defunciones fetales, ya que de acuerdo a
lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la
Clasificación Estadística de Enfermedades y Problemas Relacionados con
la Salud, ésta incluye embriones y fetos.
Dicho subregistro hace que las
estadísticas relacionadas, producidas en el país, sean de mala calidad y
no permitan su comparabilidad internacional; y el nombre actual
de “certificado de nacimiento” provoca confusiones, porque el término
“nacimiento” incluye nacidos vivos y nacidos muertos.
Los legisladores consideraron que los
certificados sólo deben expedirse para productos de la concepción a
partir de la decimotercera semana de edad gestacional, cuando ya es
considerado un feto, excluyendo a los embriones, es decir el producto de
la concepción hasta el término de la duodécima semana gestacional.
La reforma a las fracciones I bis y
III del artículo 389 de la Ley General de Salud, aprobada en la sesión
del pasado 15 de diciembre, tiene la finalidad de terminar con el
subregistro, ya que este certificado es una fuente fundamental para la
elaboración de estrategias dirigidas a modificar el comportamiento de
las enfermedades que ponen en riesgo la salud materna perinatal.
El dictamen explica que la
defunción fetal es la muerte de un producto de la concepción, antes de
su expulsión o extracción completa del cuerpo de la madre,
independientemente de la duración del embarazo.
Diferente del concepto de nacido
muerto, indicado por el hecho de que después de la separación, el feto
no respira ni da ninguna otra señal de vida, como latidos del corazón,
pulsaciones del cordón umbilical o movimientos efectivos de los músculos
de contracción voluntaria.
De acuerdo a estadísticas de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad entre los
recién nacidos mexicanos se redujo en 2009, a siete fallecimientos por
cada mil nacimientos.
Sin embargo, a escala mundial la tasa de
mortalidad neonatal en 2009 correspondió al 41 por ciento de las
defunciones de menores de cinco años, lo que representó un aumento, si
se considera que en 1990 la proporción fue de 37 por ciento.
Finalmente, el dictamen aprobado señala
que en México, cada año nacen 2 millones 300 mil niños, y existen
alrededor de 2 mil hospitales con servicios de maternidad; un tercio
de los nacimientos son en zonas rurales, generalmente en el hogar y son
atendidos por una partera empírica.
El dictamen aprobado en votación
económica por el Pleno del Senado de la República fue remitido a la
Cámara de Diputados para su análisis.