Rogelio Martínez Faz |
Una carta dirigida al presidente del
‘Advocate Christ Medical Center’ decía: “Hemos tomado medidas extremas con la
huelga de hambre debido a que el hospital ha rechazado poner a nuestros seres
queridos en la lista de espera para trasplantes de órganos por ser
indocumentados y sin “aseguranza” (médica). Creemos que esto es inhumano e
injusto”. La misiva venía del Reverendo José Landaverde de la Iglesia Anglicana
del barrio de la Villita en Chicago.
El contexto institucional del ‘Advocate
Christ’ reza: “El sistema de atención para la salud es uno basado en la fe y
sin fines de lucro, sistema de atención de salud afiliada a la Iglesia Unida de
Cristo y a la Iglesia Evangélica Luterana de los Estados Unidos”.
Pero el “avocar cristiano” también está
sujeta a otros contextos: al económico, al sistema de salud estadounidense y a
las aseguradoras. “No money, no papers, no rights, no transplants” parecerían
ser las reglas del juego. Donde las operaciones de trasplantes pueden costar de
200 mil a un millón de dólares. Más los gastos post operatorios que fluctúan
entre 40 mil a 150 mil dólares por año.
De acuerdo con los pacientes que han
solicitado algún trasplante de órgano pero no cuentan con documentos legales en
EU, ni dinero para gastos de operación o el tratamiento, les han dicho en los
hospitales que la línea de espera es con pacientes que sí cumplen con los
requisitos.
Por ello recurrieron al Reverendo José
Landaverde, conocido en la comunidad por su activismo en defensa de los
inmigrantes indocumentados. Iniciando una huelga de hambre el 29 de julio que
tomó 10 días frente al ‘Northwester Memorial Hospital’, en el centro de
la ciudad. Debido a que ahí habían negado servicios a Sarai Rodríguez una de
las pacientes en busca de un trasplante de hígado.
El reclamo se extendió a otros hospitales
como al Advocate Christ, por lo que familiares y amigos encabezados por
Landaverde y el también Reverendo Luis Alvarenga, quien su congregación tiene
una afiliación de servicio espiritual y humanitario con los hospitales cristianos,
hicieron un “piquete” frente al hospital hasta obtener una respuesta favorable.
Y lo consiguieron, pero sin esperanzas a corto plazo.
El acuerdo consistió en establecer una
“roundtable” que incluye a otros hospitales como a la University of Illinois,
Loyola y Rush Presbyterian, que cuentan con alta tecnología y capacidad
económica con el propósito de enfrentar la problemática, donde los demandantes
proponen una especie de fideicomiso farmacéutico auspiciado por donaciones para
solventar los gastos de tratamiento. Propuesta a largo plazo que no alcanzó a
Sarai, pues el viernes pasado durante una conferencia de prensa para informar
de los acuerdos, llegaba la noticia que había sido desconectada de los aparatos
que la mantenían con vida en el hospital público del condado de Cook, lo que
provocó la indignación de Landaverde y acusó directamente al hospital
Northwester de asesinos y criminales reiteradamente.
La denuncia con el ayuno había llamado la
atención pública. Pues se señalaba a los hospitales de la fe cristiana, de
recibir donaciones de órganos de indocumentados sin poner ninguna objeción,
mientras que para los indocumentados solicitar los mismos beneficios ni
siquiera son puestos en la lista de espera.
Ser indocumentado en Estados Unidos puede
ser un pase automático a la deportación o la muerte si no se cuenta con
papeles, dinero o seguro médico, en esta situación a la falta de dinero y
salud, la fe y el amor es el único capital. Que se demuestra cuando los
familiares dicen estar dispuestos a ser los donantes a costa de su vida.
Ironías de la vida: estar en un país con
los mejores hospitales donde un indocumentado en pedacitos deja de ser “ilegal”
para salvar la vida de un ciudadano. Realidad que requiere de mucha más
resignación materialista que de fe espiritual.
Aun así, en EU se puede adquirir un seguro
de vida si es que tiene como mínimo un ITIN -número de identificación para
declarar impuestos- a falta de número de Seguro Social. Pero no un seguro
médico, mientras que el Obamacare tampoco tiene contemplado subsidiar
trasplantes. Y aunque ningún hospital niega atención de emergencia, las
enfermedades diagnosticadas con tratamiento sí.
Lo cierto es que la fe religiosa en el
campo de la medicina y los negocios tiene sus condiciones, sin embargo no dejan
de ser hospitales que debido a su inspiración en la fe y a su condición de
organizaciones no lucrativas, reciben donaciones millonarias de fundaciones y
del gobierno además de de excepciones tributarias,
precisamente para brindar atención de salud incluyendo a los más
necesitados.
Ante la desesperación de ver acercarse a la
muerte y sin saber por dónde pueda llegar el bendito dinero. La fe está
depositada en las negociaciones de la ‘mesaredonda’ –si se dan- y se resuelvan
realmente en la mesa, pero de operaciones para los que vienen detrás de ellos
en la misma situación. Así lo manifestó con valentía María Isabel Mariano de 57
años que necesita un trasplante de hígado y que alberga pocas esperanzas.
A Juana Rodríguez ya se le extrajo un riñón
y el otro no le funciona; y conteniendo las lágrimas no pedía justicia sino
compasión ante la posibilidades de dejar a sus 4 hijos huérfanos, de 14, 7, 9 y
4 años de edad. La hija mayor dijo estar dispuesta a donar un riñón ante la
negativa de su madre.
Lo inhumano e injusto es que siendo un
completo “ilegal”, se convierta “legal’ en pedazos para salvar la vida de
otros. No obstante, ser donante es una muestra de humildad y de fe, por cierto,
parte de nuestra comunidad cristiana esto es visto erróneamente contra los
designios de Dios, o simplemente apatía, hasta que nos toca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.