Los
acuerdos signados por el gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero y Mario
Moreno Arcos, representan un salto cualitativo de gran calado para la Ciudad
Capital. Desde los cambios urbanos realizados durante la gestión de Alejandro
Cervantes Delgado como Gobernador y el Dr. Alberto Saavedra Ramos al frente de
la comuna, Chilpancingo ha pasado por intentos frustrados de orden urbano y
crecimiento organizado. La famosa Ciudad de los Servicios que ni es ciudad ni
cuenta con todos los servicios, sólo dejó malísimas vialidades hacia el sur de
Chilpancingo, un Río Huacapa mega contaminado precisamente frente a las
oficinas del nuevo palacio de gobierno, y un auditorio que vivió el largo sueño
del olvido durante seis años de la administración del contador Torreblanca, y
que en unos meses termino la actual administración estatal.
Es un edificio que
rompe el estilo arquitectónico de su contlapache
de enfrente, con graves problemas de acústica, inmensos espacios listos para el
horror vacui, pero bueno no hay otro,
ni teatro de verdad en la capital del estado de Guerrero.
Bajo
esta premisa desarrollista y en vías de que el próximo año se conmemora el
bicentenario de los Sentimientos de la Nación, que espero lean los señores
diputados, se han proyectado grandes obras para la capital.
Aguirre Rivero, y
Moreno Arcos, son dos políticos que saben el oficio y son buenos amigos, como
lo fueron don Alex y el Dr. Saavedra. Históricamente y de acuerdo al desarrollo
de la capital, la dupla Aguirre Rivero-Moreno Arcos, tienen el compromiso de
superar a sus antecesores. Chilpancingo, ya no puede ser la capital de tercera
o cuarta o de segunda comparada con otras capitales del país. La buena relación
de Aguirre y Mario Moreno con el que será en pocos días el próximo presidente
de México, será factor decisivo para esta tarea. Se requieren buenos
planificadores urbanos, gente honesta cuyo objetivo sea el crecimiento
sustentable de la capital y desde luego, mejorar los servicios de todo
tipo. Ya se planea un nuevo rastro, agua
potable, pavimentación y alumbrado, que esta por los suelos, Chilpancingo es la
Ciudad de los oscuros, (nombre de mi nueva novela).
Que en el centro histórico
se prosiga con su remodelación acorde con el estilo arquitectónico original de
Chilpancingo, hasta donde se pueda. Y sin objetar nada. Se le de un vuelco de
noventa grados a la capital de Guerrero y a partir del próximo año y hasta el
mandato de Aguirre y Morenos Arcos, la capital cambie de rostro.
Como
lo escribimos en este mismo espacio, se afilaron las lanzas en la UAG. Es
increíble que ante la unidad de los grupos por una transición pactada, los
enemigos de la UAG, de dentro y fuera, pretendan desestabilizar a la Máxima
Casa de estudios y al estado. Ya maestros, párenle, Olinalá es un polvorín,
Acapulco ni se diga, Tierra Caliente arde y en plena transición política
nacional y gringa que nos impacta en todos los sentidos; los amotinados violentando
la ley orgánica de la universidad se lanzan a una descabellada revuelta sin
sostén orgánico. Un grupo de sedicientes en busca de poder dentro de la
universidad, le han hablado a los ojos, no al oído al actual rector, hombre de
libros y de ciencia para “emboletarlo” en esta aventura condenada al fracaso.
Ojalá que la unidad de los grupos que se manifestaron por Javier Almazán, no se
deje llevar por la inercia politiquera de la UAG, y den su brazo a torcer ante
un escenario de confrontación, dañino para la universidad y el estado. Qué las prácticas obsoletas de la compra de
conciencias, si es que los que venden y compran la tienen, no prevalezca en
este conflicto sin sentido y apostarle al acuerdo y al predominio de la
legalidad por sobre todas las batallas y ambiciones personales y grupales. Esa
legalidad cara a nuestro país y principal eje maligno que impide todo
desarrollo.
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