Isaias Alanis |
Apoyado en los
estudios de la arquitecta Isabel Vargas Mata, experta en urbanismo y una mujer
que debería estar al frente de una dependencia encargada de estos menesteres
por su eficiencia, honestidad y experiencia en otros países como Inglaterra y
Egipto donde desarrolló centros urbanos con planeación y respeto a la
biodiversidad. Me di a la tarea de articular tesis para el desarrollo
sustentable de Morelos y lo más importante, presionar a las autoridades de esa
época a que se abriera un canal de legislación que permitiera, por ley,
delimitar las áreas de crecimiento urbano y las agrícolas y de reserva
ecológica.
Pudo más la ambición y
ceguera de los políticos y fraccionadores.
Recurrí a la historia
de Morelos desde el Tamoánchan a la experiencia de los asentamientos
irregulares de la Barona, moda que nace en Chihuahua en los setentas y se
entroniza en Morelos donde surge una clase de invasores profesionales en
sintonía con los grupos de poder que han expoliado a Morelos, ante la mirada
cómplice de la autoridades que también sacaron raja económica de esa transacción.
En esos mismos textos, hice un balance de la grave contaminación producida por
CIVAC, y el impacto no sólo en la zona conurbada de Jiutepec, Emiliano Zapata
Xochitepec, Temixco, sino en toda la parte poniente del estado donde el Río “Yautepec”,
el “Tembembe” desciende con montañas de espuma y contaminantes químicos desde
que se instalaron las empresas en CIVAC, y que alcanzan a enfermar los mantos
freáticos y los ricos manantiales de Las Fuentes, Chiconcuac, Palo Escrito,
Santa Isabel en Tlaltizapán, y allá donde el río subterráneo que nace de las
fuentes subterráneas del eje neo volcánico cruza por el Texcal y brota en
diversidad de manantiales de la región sur y sur poniente de Morelos y que
cubre prácticamente a los municipios de Tlaquiltenango, Zacatepec, Jojutla y su
contaminadísimo río Apatlaco, Apotla en Xoxocotla, Mazatepec, Tetecala y
Coatlán del río y a todo el sistema hidrológico del estado. Y que afecta al
corredor turístico que va de Las Fuentes a Las estacas, el Rollo y los cientos
de balnearios ubicados en esa región, así como a la agricultura, que en los
municipios de Xiutepec, Emiliano Zapata. Temixco y Xochitepec es casi una
actividad primaria abandonada por la contaminación de sus aguas, una prueba es
el molino de arroz de Emiliano Zapata que es un monstruo viviente de lo que la
contaminación, producto de una industrialización mal planeada ha dejado en
Morelos. Amén de las enfermedades
respiratorias, del corazón de la piel en los habitantes que sufren el impacto
de CIVAC.
En este contexto
apocalíptico, su sucedido con la negativa del gobierno de que se instale la
minera a cielo abierto, me llama la atención el texto de Juan Carlos Ruiz: “Con
población de casi 700 mil habitantes, la conurbación formada por Cuernavaca,
Jiutepec, Temixco, Emiliano Zapata y Xochitepec se encuentra bajo amenaza de
desastre ambiental y destrucción patrimonial por parte de Esperanza Resources Corp… (La Jornada/1/3/13).
Lo grave es que ya es
un desastre desde la década de los setentas en que se pierden tierras de las
más ricas para el cultivo, se matan los manantiales y se siembra la tierra con
cemento. Se minimiza la floricultura, se acaba la producción de arroz y
entonces, los campesinos prefieren rematar sus tierras al mejor postor, ante
dos fenómenos que pudieron prevenirse, la contaminación y el crecimiento urbano
caótico y contra natura.
Habría que revisar la
historia de Morelos para saber que no sólo la minera canadiense ha destruido la
ecología local. Existen infinidad de testimonios, en otros países, películas en
Perú de lo acecido en comunidades donde la
Esperanza (puta que nombre) Resources
Corp ha explotado minerales mediante el proceso de lixiviación, explosivos,
y cianuro con el uso criminal de las aguas profundas de la tierra cercana a la
mina a tajo abierto.
A qué precio se ha
pagado la industrialización de CIVAC con un deterioro ecológico criminal y
degradante de la naturaleza. En el mismo artículo, se hace una estimación de
las ganancias que obtendría la minera dejando un cadáver en la región y en
especial la zona conurbada que incluye a los municipios de Coatlán, Tetecala y
Mazatepec, no sólo Temixco, Emiliano Zapata, Xochitepec y Jiutepec. “En menos
de 12 años la trasnacional canadiense pretende extraer metales preciosos
dispersos en el subsuelo morelense por un monto de al menos 2 mil 800 millones
de dólares. En contraste, y de acuerdo con lo que declara la empresa, la
operación de la Mina Esperanza tendría un costo de casi 127 millones de
dólares, más 9 millones para supuesta mitigación de daños ambientales y
financiamiento de "relaciones con las comunidades…".
Y como siempre, en
este negocio hay muchos vivales que quieren sacar raja, sicarios del desarrollo
criminal.
Que las
organizaciones existentes en el estado, hagan un frente común con el gobernador
del estado Graco Ramírez, que ya dio muestras fehacientes y justas de estar en
desacuerdo con la minera canadiense. Y crear un frente gobierno-sociedad para
impedir este ultraje, como lo hemos escrito en otras Miradas a la zona arqueológica de Xochicalco, y al patrimonio
natural de los morelenses. Que el
Congreso local tome cartas en el asunto, artistas, creadores, pequeños y
medianos empresarios, balnearistas, empresas turísticas de la zona de
Tequesquitengo y Tehuixtla, que se verían afectadas al mediano plazo por la
contaminación por un capricho expansionista y colonizador de los canadienses, y
millonario negocio de la Esperanza
Resources Corp, que por donde se le mire, es una aberración y un ultraje a
la soberanía estatal y nacional. Hay que impedir que se instale y deje una
estela de muerte en Morelos. Hay que hacer conciencia en los habitantes de
Tetlama y Cuentepec, les van a llover migajas de mexicanos y canadienses sin
escrúpulos. En ese barco estamos todos, ciudadanos, organizaciones y que lleve
la punta como ya lo hizo con congruencia y madurez visionaria el gobierno de
Morelos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.