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lunes, 12 de agosto de 2013

Rogelio Martínez Faz/ “No money, no papers, no rights, no transplants”/Cartas desde Chicago

Rogelio Martínez Faz
 Una carta dirigida al presidente del ‘Advocate Christ Medical Center’ decía: “Hemos tomado medidas extremas con la huelga de hambre debido a que el hospital ha rechazado poner a nuestros seres queridos en la lista de espera para trasplantes de órganos por ser indocumentados y sin “aseguranza” (médica). Creemos que esto es inhumano e injusto”. La misiva venía del Reverendo José Landaverde de la Iglesia Anglicana del barrio de la Villita en Chicago.
El contexto institucional del ‘Advocate Christ’ reza: “El sistema de atención para la salud es uno basado en la fe y sin fines de lucro, sistema de atención de salud afiliada a la Iglesia Unida de Cristo y a la Iglesia Evangélica Luterana de los Estados Unidos”.
Pero el “avocar cristiano” también está sujeta a otros contextos: al económico, al sistema de salud estadounidense y a las aseguradoras. “No money, no papers, no rights, no transplants” parecerían ser las reglas del juego. Donde las operaciones de trasplantes pueden costar de 200 mil a un millón de dólares. Más los gastos post operatorios que fluctúan entre 40 mil a 150 mil dólares por año.
De acuerdo con los pacientes que han solicitado algún trasplante de órgano pero no cuentan con documentos legales en EU, ni dinero para gastos de operación o el tratamiento, les han dicho en los hospitales que la línea de espera es con pacientes que sí cumplen con los requisitos.
Por ello recurrieron al Reverendo José Landaverde, conocido en la comunidad por su activismo en defensa de los inmigrantes indocumentados. Iniciando una huelga de hambre el 29 de julio que tomó 10 días frente al  ‘Northwester Memorial Hospital’, en el centro de la ciudad. Debido a que ahí habían negado servicios a Sarai Rodríguez una de las pacientes en busca de un trasplante de hígado.
El reclamo se extendió a otros hospitales como al Advocate Christ, por lo que familiares y amigos encabezados por Landaverde y el también Reverendo Luis Alvarenga, quien su congregación tiene una afiliación de servicio espiritual y humanitario con los hospitales cristianos, hicieron un “piquete” frente al hospital hasta obtener una respuesta favorable. Y lo consiguieron, pero sin esperanzas a corto plazo.
El acuerdo consistió en establecer una “roundtable” que incluye a otros hospitales como a la University of Illinois, Loyola y Rush Presbyterian, que cuentan con alta tecnología y capacidad económica con el propósito de enfrentar la problemática, donde los demandantes proponen una especie de fideicomiso farmacéutico auspiciado por donaciones para solventar los gastos de tratamiento. Propuesta a largo plazo que no alcanzó a Sarai, pues el viernes pasado durante una conferencia de prensa para informar de los acuerdos, llegaba la noticia que había sido desconectada de los aparatos que la mantenían con vida en el hospital público del condado de Cook, lo que provocó la indignación de Landaverde y acusó directamente al hospital Northwester de asesinos y criminales reiteradamente.
La denuncia con el ayuno había llamado la atención pública. Pues se señalaba a los hospitales de la fe cristiana, de recibir donaciones de órganos de indocumentados sin poner ninguna objeción, mientras que para los indocumentados solicitar los mismos beneficios ni siquiera son puestos en la lista de espera.
Ser indocumentado en Estados Unidos puede ser un pase automático a la deportación o la muerte si no se cuenta con papeles, dinero o seguro médico, en esta situación a la falta de dinero y salud, la fe y el amor es el único capital. Que se demuestra cuando los familiares dicen estar dispuestos a ser los donantes a costa de su vida. 
Ironías de la vida: estar en un país con los mejores hospitales donde un indocumentado en pedacitos deja de ser “ilegal” para salvar la vida de un ciudadano. Realidad que requiere de mucha más resignación materialista que de fe espiritual.
Aun así, en EU se puede adquirir un seguro de vida si es que tiene como mínimo un ITIN -número de identificación para declarar impuestos- a falta de número de Seguro Social. Pero no un seguro médico, mientras que el Obamacare tampoco tiene contemplado subsidiar trasplantes. Y aunque ningún hospital niega atención de emergencia, las enfermedades diagnosticadas con tratamiento sí.
Lo cierto es que la fe religiosa en el campo de la medicina y los negocios tiene sus condiciones, sin embargo no dejan de ser hospitales que debido a su inspiración en la fe y a su condición de organizaciones no lucrativas, reciben donaciones millonarias de fundaciones y del gobierno además de de excepciones tributarias, precisamente para brindar atención de salud incluyendo a los más necesitados.   
Ante la desesperación de ver acercarse a la muerte y sin saber por dónde pueda llegar el bendito dinero. La fe está depositada en las negociaciones de la ‘mesaredonda’ –si se dan- y se resuelvan realmente en la mesa, pero de operaciones para los que vienen detrás de ellos en la misma situación. Así lo manifestó con valentía María Isabel Mariano de 57 años que necesita un trasplante de hígado y que alberga pocas esperanzas.
A Juana Rodríguez ya se le extrajo un riñón y el otro no le funciona; y conteniendo las lágrimas no pedía justicia sino compasión ante la posibilidades de dejar a sus 4 hijos huérfanos, de 14, 7, 9 y 4 años de edad. La hija mayor dijo estar dispuesta a donar un riñón ante la negativa de su madre.
Lo inhumano e injusto es que siendo un completo “ilegal”, se convierta “legal’ en pedazos para salvar la vida de otros. No obstante, ser donante es una muestra de humildad y de fe, por cierto, parte de nuestra comunidad cristiana esto es visto erróneamente contra los designios de Dios, o simplemente apatía, hasta que nos toca.

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