¿Y EL ESTADO DE DERECHO? Por: Miguel Ortega Zapata.

Miguel Ortega Zapata

Contra todo análisis jurídico-legal, las hordas de la CNTE llevan varios días en la Ciudad de México, haciendo destrozos, así como secuestrada, y, ni el Jefe de Gobierno del D.D.F., ni ninguna autoridad, los han puesto en orden.

Recordemos que la obligación constitucional no exige reprimir acciones o manifestaciones de inconformidad, sino que señalan puntualmente una serie de respetos a los Derechos Humanos, en ambos sentidos, esto es, no solo para los que protestan, sino de igual manera para aquellos que se sientan o se vean afectados.

La CNTE, chantajea a las autoridades y realiza sus manifestaciones infectados o llenas de múltiples violaciones a las normas vigentes, tales como: ataques a las vías generales de comunicación, alteración del orden público, lesiones a autoridades policiacas y a integrantes de los medios de comunicación, daños en propiedad ajena, violación a los recintos parlamentarios, Cámara de Senadores y Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, entre otras violaciones a las normas.

Porque?, se pregunta el ciudadano común , no se les aplica la Ley?

Independientemente de lo anterior, ¿por qué no se investiga de donde salen los inmensos recursos para darle apoyo a estas hordas?

No se explica el común de la población, que la CNTE este movilizando a tanta gente, Se preguntan: Quien o quienes proporcionan los apoyos, para el transporte de sus miembros, quien o quienes pagan la alimentación de miles de “maestros”, quien o quienes pagan sus casas de campaña, su propaganda, las mantas, los sanitarios, entre otros apoyos.

Se sabe y no hay manera de justificar que parte del Magisterio de Oaxaca, Guerrero y el D.F. o sea más de 20,000 “maestros”, hayan recibido ya su aguinaldo, viáticos, bonos y quincenas adelantadas.

Escuchaba a algunos ciudadanos preguntarse hace unos días, ¿Quien está detrás de este movimiento? ¿Cuál es la finalidad? y  ¿Por qué se les tolera tanto? estas y otras preguntas del ciudadano común, tal vez nunca tengan respuesta.