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miércoles, 23 de octubre de 2013

Entre la verdad y la ficción. TÚ MIRÓN, YO VOYERISTA, TODOS MITOTEROS. Por Jorge Luis Falcón Arévalo*


“Así como el poeta muere en cada poema, el voyerista debe morir, en cada chisme”  -jlfa-

Acerca del espiado, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, le vieron hasta los mails más indiscretos -si es que los hubo- en torno a la familia. El Big Brother, se dio vuelo, viendo los muros, correos y portales del ex mandatario. Este se retuerce de coraje y de muína, pero del suelo no pasa, reza el dicho. En tanto: El hombre de las botas –también ex presidente de México-, sin embagues: “Siempre he sabido que me espían, dijo que "igual el expresidente Calderón sí tiene algo que ocultar: 80 mil muertos".

El voyerismo es una conducta, que puede llegar a ser parafilica, caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual (delectación voyeurista). La actividad del voyeurista no implica ninguna actividad sexual posterior (Wikipedia)

La palabra voyeur deriva del verbo voir (ver) con el sufijo -eur del idioma francés. Una traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, con la connotación peyorativa del caso. (Larousse)

El voyeur suele observar la situación desde lejos, bien mirando por la cerradura de una puerta, o por un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara, laptop con linterna pegada de bajo de la mesa, etc. La masturbación acompaña, a menudo, al acto voyeurista. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la excitación.
A la tendencia voyeurista se le asocia frecuentemente la tendencia exhibicionista, esto es, disfrutar mostrándose, más o menos abiertamente, semidesnudo o completamente desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable, mostrando los sujetos aumento de su tasa cardíaca y sudoración ante la aparición de estímulos relacionados con dichas actividades. Estos efectos físicos desaparecen tras la realización del acto voyeurista.

¿Qué me ves güey?
Mirón, curioso, cotilla, fisgón, espectador, observador, mitotero, chismoso, indiscreto, entrometido, husmeador, curioso, preguntón, murmurador, maldicente, lengua larga, charlatán, gárrulo, locuaz, hablador, voyerista, espiar, curiosear, entrometerse. . .Todos en un solo termino, pues un concepto aunque unidos en su sentido estricto del lenguaje; en su estructura lingüística, es diverso el significado, para el significante. ¡Ahí te ves!

¿Espiar es una psicosis?
 “Psicosis” es una película de 1960 dirigida por Alfred Hitchcock. La película se ha convertido en un clásico del cine de terror y suspense. Espiar, matar es el tema. El cuadro que descuelga Norman Bates (Anthony Perkins) para espiar a su huésped reproduce una escena bíblica. En concreto, plasma la historia de “Susana y los viejos”. En ella, dos ancianos espían a una bella joven dándose un baño.

James Bond, el famoso agente 007, espía y es espiado. Un thriller voyerista, que nos lleva por toda la trama de secretos ya visto; y, cuyo desenlace, se da a medias y termina en la cama, claro… James Bond; uno termina con el refresco y las palomitas.

Un mal espía se esconde, un buen espía se integra.
Espiar es una clave para recopilar información. Todos quieren saber algo que alguien más conoce en algún momento. Espiar es una herramienta útil para averiguar lo que quieres saber. Existen diferentes escenarios para espiar, ya sea en tu trabajo, tu casa o en la escuela. La curiosidad es la tentación detrás del acto del espionaje, y es útil saber cómo hacerlo.

Lo del voyerismo es la parábola, la quimera. El placer no radica en el tacto; lo que quiero decir es que quien acecha no lo hace ante la imposibilidad-posibilidad (manías) de tocar aquel, aquellos entes, documentos, besos, cuerpos, etcétera; aunque tuviese acceso a los mismos, el gusto se complace como tal en la invención de saberse blasfemo, sacrílego, reniego. Es como la analogía del voyerismo-escritura seduce y convence.

Los neurocientíficos podrían, algún día, ser capaces de escuchar los monólogos internos constantes que tienen lugar en nuestras mentes, o escuchar el discurso imaginario de un paciente con derrame cerebral o con incapacidad para hablar, según un equipo de investigadores de la Universidad de California, Berkeley. El trabajo, llevado a cabo en los laboratorios de Robert Knight, en Berkeley, y Edward Chang, en la Universidad de California en San Francisco, ha sido publicado en 'PLoS Biology'.
Al final, el voyerista, es hastiado y su secreto aunque descubierto, queda en él el otro secreto; pues en la vida nada es pleno, menos el espiar, pues es una insatisfacción como los celos de un ser humano desequilibrado.


*GradoCero_Gro

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