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domingo, 17 de noviembre de 2013

Rogelio Martínez Faz/Benito va “pa’juárez”/Cartas desde Chicago

Rogelio Martínez Faz
Benito Pablo Juárez García, a sus doce años de edad el 17 de diciembre de 1818, cuando todavía no hablaba castellano, al decidir dejar su “nación zapoteca” para irse a la “ciuda”, Oaxaca, no se hubiera imaginado que llegaría también a la “Chicago’s Magnificent Mile” en 1999 en forma de estatua de bronce, donde se dice podría tener un destino incierto. 

Su efigie está ubicada en un lugar y en una ciudad donde la modernidad y los intereses económicos están por encima de los iconos estadistas y religiosos. La estatua de Juárez luce magnifica, de cuerpo entero, solemne, con la seriedad que lo caracterizaba, erguido en medio de un pasaje peatonal público adyacente a la importante avenida del “shopping” y el “business” en Chicago, la avenida Michigan. Entre edificios también añejos y remodelados, que por la noche es utilizada por “homeless” para escapar de la mirada de los transeúntes, los mismos que durante el día piden limosna sobre la Michigan.

Una influyente asociación de bienes raíces que se encuentra ubicado en la misma área, planea un proyecto ambicioso en aras de la modernidad, a un costo que podría ascender a los mil millones de dólares. Para su efecto, se requiere del pasaje donde se localiza la figura del Benemérito de las Américas. Conocido como Plaza de las Américas donde ondean las banderas latinoamericanas alrededor de Juárez.
Según se dice, al modificar el área también se verían afectados negocios que son parte de la historia de Chicago, como la Taberna de Billy Goat ubicada en la calle subterránea que ofrece las famosas e insípidas hamburguesas al grito de "Cheezborger, cheezborger…” Famoso por ser un lugar a donde recurren artistas, turistas, políticos y periodistas, por lo que se hizo pública la remodelación.  
El proyecto que en sí es todavía una idea vaga de acuerdo a un artículo publicado en el Chicago Tribune, se menciona de manera somera que la estatua sería reubicada en un lugar “prominente” en la remodelación.
En la plaza de las Américas cada 21 de marzo se lleva a cabo una ceremonia en conmemoración al natalicio del creador de la frase: "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, que organiza la Sociedad Cívica Mexicana con asistencia consular, algunos oaxaqueños destacados y contados líderes comunitarios que debido al lugar (donde es caro el estacionamiento) y la fecha (frío), aunado a la apatía patriótica, las ceremonias resultan un tanto desoladas.

Durante esas ceremonias viene a la mente aquello de “lo que el viento le hizo a Juárez” ¡nada! Pero en ‘la ciudad de los vientos’ cuando éstos soplan se muestran los dientes, no de risa sino de frío. Por lo que se antoja pensar que no debería ni estar tan escondido como si estuviera evitando las miradas, ni donde pegue el frio tan fuerte ya que no todos somos como Juárez.

Pero el solo hecho de pensar en mover la estatua de un símbolo de identidad, que por cierto está mirando hacia el Este al igual que la estatua de la Libertad en Nueva York, ha despertado indignación en algunos líderes de la comunidad mexicana. Inquietud que surge a falta de información por parte de los inversionistas y de las autoridades, que recae en el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, quien durante su visita a la Ciudad de México, mientras firmaba acuerdos con su homólogo Miguel Ángel Mancera, seguramente no le mencionó que a su orgullo patrio le estaban moviendo el pedestal. Que en el peor de los casos sería deportado a su tierra de donde salió, algo así como “vas pa’ juárez”.

Alan Riding, autor del libro Vecinos Distantes; Un Retrato de los Mexicanos, desnuda de pies a cabeza a los mexicanos. Dice que sacrificamos el progreso y la funcionalidad de una ciudad por no dañar ruinas prehispánicas. Que se prefiere vivir rascándole al pasado aunque estorbe, sobre cambios prácticos. 

Reacomodar monumentos y estatuas no es nuevo, pero que surja esta idea en momentos en que la reforma inmigratoria no progresa y las deportaciones van en aumento, se tocan las emociones que tienen que ver con la discriminación. Juárez, es refugio que nos dio trascendencia internacional por lo que no queremos ni que le dé aire. Aunque no estaría mal que estuviera mirando hacia el Sur de donde proviene su gente. Y a lo mejor en un lugar que no esté tan céntricamente escondido.

Ayer sábado María D. Amezcua originaria de Coahuila y con amplia trayectoria dentro de la comunidad mexicana comentó, con café en mano, adentro de unos de los lugares que podrían ser afectados con la remodelación que “la importancia radica en la decisión de reubicar la imagen de un personaje de estatura mundial que dio un ejemplo a la humanidad de nacionalismo republicano al que se le debe respeto. Sin consultarlo ni precisar su reubicación, lo cual requirió de acuerdos con autoridades y la comunidad”, entre las que ella, sostiene, participó con la idea de la estatua y a la intervención del entonces cónsul Heriberto Galindo.
Lo que podría representar una falta de consideración e ignorancia al personaje, al derecho ajeno y a la comunidad inmigrante. Por eso este domingo uno de los activistas más aguerridos, Luis Pelayo del Concilio Hispano, llevará a cabo una demostración al pie de la estatua a las 12 del día en la Plaza de las Américas.




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