Rogelio Martinez Faz |
En el área de Chicago, a iniciativa del conductor y productor
del programa de radio Sin Censura, Vicente Serrano, se efectuó un foro
comunitario de consulta pública el pasado 26 de noviembre, sumándose a otros
que se vienen realizando en México, destinados a tratar asuntos relacionados
con la migración, al desarrollo de los mexicanos en EU y los derechos políticos
de los mexicanos en el extranjero, debido a que no son atendidos como
corresponde por parte de las autoridades mexicanas, de acuerdo con los propios
líderes migrantes.
Hace 12 años se llevó a cabo uno muy similar organizado por
una coalición llamada Cime, que atrajo a una veintena de diputados y senadores
de México además de representantes locales. Aquel foro también consistió en
mesas de trabajo con sus respectivos resolutivos. Y se puede decir que estamos
casi en las mismas, mientras los pendientes se vienen diversificando y
complicando, como deportaciones, separación de familias, explotación sexual,
extorsiones, retornos voluntarios, etcétera.
Por supuesto, hay que rescatar los propósitos para
replantearlos, pero el reto será no quedar en lo mismo. No obstante dio la
impresión que las propuestas no se verán reflejadas en la realidad. Y los foros
solo están sirviendo para desahogos emocionales, en shows con derechos de
exclusividad y jaloneos protagónicos.
En el foro de la semana pasada con escaso público -80
personas-, además de quejas, críticas vacías y pocas propuestas a pesar de la
insistencia de Serrano para no irse con las manos vacías. Pues resulta que la
idea de sumar el foro de Chicago a los de México, donde participan políticos y
académicos mexicanos que no son migrantes, o lo son en teoría o por chamba, se
dice provocó el descontento de Vicente Serrano en el foro de Guadalajara y
propuso hacer con migrantes reales. A raíz de eso y para respaldar la agenda se
contó con la participación de Raúl Ross, uno de los más destacados en el tema y
que ha estado cabildeando para el voto de los mexicanos en el extranjero desde
los años 90.
El show del foro tras bambalinas fue debido a que José Luis
Gutiérrez, representante de Red Mexicana y Casa Michoacán en Illinois, al tomar
la palabra como ponente, “aclaró” el origen del evento. Según él se debió tras
la invitación a Serrano al foro de Guadalajara. Dejando entrever que lo
“brincaron”. El foro empezó con retaso de 25 minutos, hasta ese momento sin la
presencia del titular de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de
Gobernación, Omar de la Torre de la Mora, y del Cónsul en Chicago, Carlos
Jiménez Macías, que andaban “perdidos” en el tráfico de la ciudad.
Esto debería ser intranscendente si coincidimos en el fin, o
sea, lograr lo que se busca independientemente del medio o las personas.
Agendas de trabajo social que no deben de tener dueño o estar a capricho de
alguien. El mérito de Serrano o de quien sea, no debe de estar condicionado a
una invitación porque son asuntos de interés general. Pero en este caso su
propuesta a través de su programa radial fue de convocar a este foro en
particular. Programa con formato hablado donde se discuten temas de actualidad
para muchos de manera polémica y con lenguaje inapropiado. Empero, Serrano en
el foro demostró estar a la altura y con tacto de buen anfitrión, hasta una
actitud conciliadora ante la controversia.
Cabe hacer un paréntesis. Cuando inició todo esto de la
defensa de los migrantes y los derechos políticos, Gutiérrez era uno de los que
estaban sentados en las orillitas de las reuniones. Con el tiempo logró ocupar
un lugar destacado que amerita reconocimiento. Aun así, eso no significa que
tenga derecho a monopolizar las agendas y ser la única vía para tratar los
asuntos de interés general. Al final del foro Gutiérrez se impuso y terminó
ocupando el lugar de Ross en la mesa de panelistas.
Para entonces Gutiérrez había dejado sentir su disgusto a De
la Torre al arribo de éste al recinto, haciéndole saber la falta de
comunicación y seriedad porque “ellos sí son serios” (Red Mexicana). La
presencia de Omar de la Torre y del Cónsul Jiménez fue al final del foro para
recoger las relatorías como estaba “previsto”, cuando en realidad estaban en el
programa para la inauguración. Tiempo que incomodaba a Gutiérrez por lo que
dedicó parte de sus ponencias para aclarar el origen del foro.
Con el reconocimiento que se merece Gutiérrez por su entrega
a los asuntos migrantes, no le pertenecen. Y la evasiva de De la Torre para no
adjudicarle el mérito de este foro es una señal clara que Gutiérrez debe
considerar.
Volviendo al foro. Lo que se expuso no dista mucho de lo que
se dijo en el 2001 como recordó Jorge Mújica, un activista de antaño que no
necesita presentación ni ser panelista. Y fue enfático en señalar que México,
desde los tres niveles de gobierno y la sociedad en general “no saben qué hacer
con nosotros porque no sienten la complejidad de los problemas y lo que se diga
aquí para llevarlo a México solo será palabrería”.
Las relatorías no dejaron de ser un “caldo de pollo sin
pollo” como se mencionó durante las intervenciones. Y los problemas seguirán
siendo caldo de cada día mientras las autoridades en México sigan en reuniones
con “especialistas” que solo ven la problemática pero no tienen voluntad, ni el
peso político en ambos lados de la frontera. Por lo tanto la representación
migrante en el Congreso de la Unión cada vez más se vuelve indispensable para
no estar dependiendo de líderes y burócratas que navegan entre relaciones
públicas condicionando las agendas con todo el aporte que eso implique.
rogeliofaz@yhaoo.com
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