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jueves, 1 de mayo de 2014

Entresemana ¿Quién defiende a Eruviel? Moisés Sánchez Limón

En tiempos no muy lejanos, cuando la hegemonía priista giraba en torno del Gran Tlatoani, o como se autodenominó José López Portillo: el Fiel de la Balanza --con mayúsculas, del tamaño del poder omnímodo del Presidente de la República en turno de esos días de gloria tricolor--, en el país nada se movía sin la anuencia del señorpresidente. Y el PRI se disciplinaba.
La remoción de un secretario de despacho, un gobernador, alcalde, senador, diputado federal o local o cualquier alto funcionario público, procedía por decisión presidencial a consecuencia de cobro de facturas, malos pasos, perversas decisiones, fallas en el desempeño del encargo, escándalos en puerta y/o situaciones que ponían en riesgo lo políticamente correcto. Y el PRI no chistaba.
Por supuesto, los amigos, miembros del primer círculo presidencial, influían sobremanera en las decisiones del señorpresidente y en especial en las de renunciar a un integrante del equipo, o de la familia feudal y revolucionaria. Los involucrados debían asumir la dimisión o defenestración por “motivos de salud”. Y el PRI quietecito.
En fechas más recientes se han admitido los “motivos personales”, pero no trascienden más allá del círculo personalísimo. Es el caso de Francisco Rojas Gutiérrez, a la dirección general de la Comisión Federal de Electricidad. El despido del doctor Humberto Benítez Treviño a la Procuraduría Federal del Consumidor era obligado, se había vuelto insostenible; el affaire de su hija fue el pretexto. Y el PRI disciplinado.

Los integrantes del equipo presidencial saben que su permanencia en el cargo no es eterna; es atribución del jefe del Ejecutivo Federal nombrarlos y despedirlos, sancionarlos e incluso meterlos a chirona.
El caso de los gobernadores, a partir del último Presidente emanado del PRI en el siglo pasado, se operaba al margen del ordenamiento constitucional que prevé la separación del cargo del gobernador o la desaparición de poderes, mediante un proceso competencia del Poder Legislativo federal, punto operado en los días del PRI omnímodo con mecanismos de componenda política.
Rubén Figueroa Alcocer fue obligado a solicitar licencia a la mitad de su gestión, el 12 de marzo de 1996, cuando la matanza de Aguas Blancas, ocurrida el 28 de junio de 1995, escaló niveles de escándalo internacional y afectó al presidente Zedillo.
¿Hay quienes se rebelan a la decisión del señorpresidente? A Roberto Madrazo Pintado, Ernesto Zedillo pidió dimitir al cargo de gobernador de Tabasco para asumir la cartera de secretario de Educación Pública y ceder, de esa forma, a las presiones de la familia perredista tabasqueña que acusaba a Madrazo de haber excedido topes de campaña en la elección intermedia de 1997; además, sus relaciones con Carlos Cabal Peniche le salpicaban corrupción.
Zedillo se esmeraba en ser políticamente pulcro. Pretendía pasar a la historia y se atrevió a quitarle al PRI hasta el modo de andar. Madrazo se negó rotundamente a dimitir y se quedó en La Quinta Grijalva. Zedillo le cobró la factura cuando decidió que el candidato presidencial sería Francisco Labastida Ochoa, en una decisión pública en Los Pinos donde Madrazo evitó darle la mano con la artimaña de estar lastimado. Llevaba el brazo derecho en un cabestrillo.
¿Hoy le tocó a Eruviel Ávila Villegas el turno de negarse a la petición presidencial? Al gobernador del Estado de México lo han descalificado, incluso con elementos homofóbicos, o por maquillar estadísticas de violencia y negar que su entidad esté bajo control del crimen organizado.
Por ello, ha trascendido que desde Los Pinos le requirieron pedir licencia para, en su lugar, nombrar gobernador interino a Luis Enrique Miranda, actual subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación.
¿Se habrá negado Eruviel a atender la solicitud de pedir licencia? Por lo menos el asunto de la seguridad pública ya fue enfrentado en su justa dimensión. ¿Es pésimo gobernador? Sus malquerientes, entre ellos los dirigentes de Antorcha Campesina, indican que sí e insisten en su renuncia.
¿Y lo defiende el PRI? En el tricolor no ha habido un pronunciamiento a favor de Eruviel, por lo menos no público como debiera proceder frente a rumores que dañan al equipo presidencial, porque quiérase que no Eruviel es parte de ese equipo. ¿O lo era?
Pero, resulta que en el PRD sí hubo un pronunciamiento. Y fue del vicecoordinador de la bancada del Partido de la Revolución Democrática en el Congreso mexiquense, Octavio Martínez Vargas, quien recientemente fue diputado federal. Su postura es no respaldar rumores en torno a la renuncia de Eruviel Ávila.
Octavio no aporta nombres ni siglas y menos iniciales de quienes, asegura, son frustrado personajes del gobierno federal que promueven esos rumores respecto de la renuncia del mandatario mexiquense.
Aún más, Octavio dice que es absolutamente procedente que el PRD en el Estado de México dé su voto de confianza a Eruviel, en contra de tácticas que en otros tiempos, como en la presidencia de Carlos Salinas, operaron en la remoción de gobernadores.
Textualmente, Martínez Vargas acotó: "El PRD no avala la remoción de ningún gobernador, pues el combate al crimen ha fallado en todo el país y no es con esa injerencia del gobierno federal en el Estado (de México) como se va a resolver. Remover al gobernador del Estado de México, mientras a otros como al de Michoacán se protege, no ayuda al estado ni a la lucha contra el crimen”. Conste.
VIERNES.- ¿Qué le habrán prometido a Silvano Aureoles Conejo que anda muy sobrado y en exceso de piel delicada? Le molesta la chusma, los reporteros incómodos y las críticas de los expertos. El lunes le cuento. Digo.
@msanchezlimon

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