Ha
sido casi una regla dentro de la política estatal que quien asuma la
presidencia municipal de Acapulco se convierte automáticamente en un personaje
que puede aspirar a convertirse en una carta fuerte para competir por la
gubernatura del estado.
Sin
embargo, no siempre todos los ungidos como alcalde de Acapulco han logrado
dicho propósito aunque lo hayan arañado o hayan hecho hasta lo imposible por
llegar a la posición política mayor de la entidad. Ejemplos sobran y en su
mayoría han malogrado su aspiración por incurrir en serias fallas y faltas que
la ciudadanía no perdona.
Luis
Walton Aburto se inscribe ahora en esta posición política que lo beneficia y
aunque muchos dicen que la aspiración del empresario y político fue siempre el
llegar a ser presidente municipal de su terruño natal, no se puede descartar
que esta idea haya cambiado y que por su propia naturaleza de animal político
lo lleve-cuando menos- a tentar el camino y hacer los arreglos necesarios para
ser tomado en cuenta y obtener no solo la simpatía de su partido Movimiento
Ciudadano, sino de la coalición que levantó y arropó en su momento al actual
gobernador del estado, Ángel Heladio Aguirre Rivero.
Pero
no solo será el hecho de ser alcalde de Acapulco el único bono que sea válido
para convertirse en un competidor por la silla principal del Palacio de
Gobierno de Chilpancingo, sino que deberá ir acompañado de una amplia currículo
de su quehacer y sobre todo en dos líneas bien definidas: promover un proyecto
estatal fundamentado en su quehacer en el ayuntamiento porteño y sus relaciones
personales que dejen fuera de duda cualquier indicio negativo.
Los
guerrerenses en general no tienen por qué conocer a fondo a Luis Walton, aunque
no deberían desconocerlo de todo, ya que por una razón u otra, han tenido que
conocer de su existencia, sobre todo, porque fue dirigente estatal del antiguo
partido Convergencia hoy Movimiento Ciudadano y porque además fue investido
como senador de la República y uno de los impulsores del proyecto nacional enarbolado
por Andrés Manuel López Obrador a quien apoyó sin reticencia alguna para que se
convirtiera de nueva cuenta en candidato presidencial. En ese entonces, el
propio Walton era líder nacional partidista.
Como
operador político y como negociador, Luis Walton ha tenido éxito al igual que
lo ha sido en las empresas propias y en los litigios que ha sostenido a favor
de hombres prominentes de este país y que le han valido su reconocimiento que
continúan intactos.
Pero
bien es cierto que las prendas del actual alcalde de Acapulco son
sorprendentes, los ciudadanos de Acapulco no terminan en examinar su quehacer
al frente de la administración municipal, en donde ha tenido que enfrentar
descalabros y exhibir algunas deficiencias que sin ser de índole personal, sin
embargo son decisiones de encomienda en personas que han demostrado su
ineficacia e ineficiencia para desarrollar un trabajo positivo a favor de los
acapulqueños.
Si
bien es cierto que el gobierno local no ha funcionado como se debería, es
preciso recordar que se olvida muchas veces que la herencia heredada por la
anterior administración municipal fue por decir lo menos, deplorable, tanto en
lo económico como en lo operativo y con un deterioro de la imagen gubernamental
frente a la ciudadanía.
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