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miércoles, 19 de noviembre de 2014

(VIDEO) LA HISTORIA DE LOS COMETAS


Tablilla de arcilla babilónica en escritura cuneiforme que atestigua el avistamiento del Cometa Halley en el año 164 a.C expuesta en el Museo Británico.
Desde la antigüedad los cometas, esos cuerpos celestes de hielo, polvo y rocas que orbitan alrededor del Sol, han llamado la atención de las diferentes culturas. Su luminosa aparición en el cielo era considerada un mal presagio. Tanto que incluso durante la Dinastía Han (del 206 a.C. al 220 d. C.) los astrónomos que no eran capaces de predecir su aparición eran ejecutados.

Manuscrito chino texto en seda de Mawangdui, de hace 2200 años con los 29 diferentes tipos de cometas.
Y fueron los astrónomos chinos de esa época los que crearon el primer catálogo de cometas: el Libro de Seda,  manuscrito en tinta sobre seda realizado alrededor del año 223 a.C. El atlas de cometas más antiguo que ha llegado hasta nosotros, que representa las 29 diferentes formas cometarias y los diversos desastres asociados a ellas. Cada ideograma de los distintos tipos de "estrellas escoba", aparece acompañado de un pequeño texto que avisa sobre la desgracia que causará (enfermedades, plagas, guerras, hambrunas, sequías, muertes de reyes…)
Durante el Imperio Romano creyeron que el cometa que apareció a la muerte de Julio César en el año 44 a.C. era su propia alma.
En la Edad Media, el miedo a los cometas continuó anunciando muertes de reyes, llegándose incluso a crear cometas imaginarios para justificarlas. Uno de ellos fue el del año 814 -inexistente- que se dijo anunció la muerte de Carlomagno.

Escena XXXII del Tapiz de Bayeux donde se representa el cometa Halley, visible en el cielo de Inglaterra en 1066 y que fue interpretado como un mal augurio en la coronación del rey Harold II.
En el siglo XVII Kepler todavía creía que los cometas eran emanaciones de la Tierra, es decir un fenómeno atmosférico.
Sólo en la segunda mitad del siglo XVII, cuando Isaac Newton, tras observar el paso del cometa Halley, analizar su trayectoria, y formular la ley de la gravitación universal supuso el definitivo triunfo de la ciencia sobre la superstición.

Y es ahora cuando la misión Rosetta ha logrado posar el módulo de aterrizaje en la superficie del cometa Chury (67P/Churiúmov-Guerasimenko), cuando empezaremos a analizar su composición al igual que la piedra Rosetta ayudó a descifrar  los jeroglíficos. Un pequeño paso para Philae, sonda espacial del tamaño de una lavadora cuyo aterrizaje tras dos rebotes es un gran salto para la Humanidad. Avance científico que tal vez logre encontrar los materiales orgánicos necesarios para el origen de la vida en la Tierra.

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