Sustitutazo…
Es indudable que hoy como
nunca, Guerrero, o mejor dicho, los guerrerenses, estamos hambrientos de orden
y paz. Los hechos ocurridos ayer viernes, no sólo los de Chilapa, en los que
perdió la vida el candidato a presidente de ese municipio, Ulises Fabián
Quiroz, sino también los que sucedieron y han venido dándose en todo el estado,
nos muestran una entidad en completa descomposición social.
Más allá de quién, o en
qué gobiernos se haya iniciado, pues de nada sirve echarle la culpa al pasado,
lo verdaderamente importante es, hay que decirlo, cómo remediar el problema
existente, y cómo, también, prevenirlo. De nada sirve, hoy por hoy, decir quién
tiene la culpa del pasado.
Es cierto. Guerrero, los
guerrerenses, ya no pueden vivir así, con gobernantes corruptos, ineptos y
pusilánimes que les importe un bledo lo que nos pase. Los guerrerenses no
pueden vivir con el Jesús en la boca ante una delincuencia que se ha apoderado
del estado con la complacencia de las autoridades.
Por eso, hay que decirlo,
es imperativo la paz y el orden en un estado donde no lo hay, producto del
desgobierno, de la inexistencia de éste, o de lo que es peor, de la complicidad
de los delincuentes.
Nadie, en su sano juicio,
puede estar en contra de la paz y el orden. Nadie, hay que decirlo, salvo los
delincuentes pueden estar en contra de la aplicación de la ley; solo los
retrógradas pueden estar a favor del desgobierno.
Sin duda que no es fácil,
en un estado como el nuestro, poner orden y establecer la paz, pero es muy
cierto que son más los guerrerenses que lo exigen, que lo añoran y demandan,
que aquellos grupos que al margen de la ley, se han adueñado de la tranquilidad
de nuestros pueblos.
Sí. Los hombres y mujeres
requieren, hoy por hoy, como nunca antes, paz, respeto, y orden, lo mismo que
para trabajar como para cuidar a sus familias. Los niños y niñas también la
necesitan, no sólo para jugar, divertirse e ir a la escuela, sino para vivir en
un ambiente de tranquilidad. Y por supuesto, también merecen paz y tranquilidad
nuestros padres y abuelos para ver crecer a sus hijos y nietos.
Hay que decirlo. No tiene
caso ya culpar de lo que se hizo o dejó
de hacer para que Guerrero, y los guerrerenses, vivamos con temor, con zozobra
y miedo, pero sí tiene sentido de escoger, de entre los candidatos a gobernador
del estado, quién, no solo nos ofrece, sino también, quién nos garantiza la
paz, el orden y la tranquilidad que los guerrerenses merecemos.
Reitero: nadie puede estar
en contra del orden y la paz que hoy por hoy es nuestra primera demanda ante la
falta de un gobierno, de una delincuencia que se ha adueñado del estado. Claro,
solo los locos, los anarquistas, y los delincuentes.
Comentarios: julio651220@hotmail.com
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