>> La ex diputada federal y actual senadora suplente violentó estatutos y se había apoderado de la presidencia de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales
Ciudad de México, 15 de julio (entresemana.mx).- Tras un conato de violencia provocado por un sujeto presuntamente armado, para impedir su ingreso a la sede de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR) en esta capital, dirigentes de la pequeña propiedad asumieron ayer la titularidad de esta organización y pusieron fin a la presidencia espuria de la ex diputada federal María Esther Terán Velázquez, quien maniobró para reformar estatutos y perpetuarse en el poder.
“Nos espera un trabajo largo”, dijo Federico Sánchez Reyes, una vez asumida la presidencia interina del Comité Ejecutivo Nacional de la CNPR, que durante más de seis años estuvo bajo el control de Terán Velázquez, reelegida por incondicionales en un tercer periodo.
Sánchez Reyes rindió protesta ante el presidente de la Comisión de Honor y Justicia, Jorge Díaz de León y miembros del Consejo Nacional Consultivo del organismo, entre ellos los ex presidentes de ésta, José Bonilla Robles y Salomón Faz Sánchez.
El relevo en la presidencia de la CNPR fue determinado con base en los estatutos de la organización, que de manera espuria encabezó hasta la víspera la ex diputada federal priísta María Esther Terán Velázquez, acusada de diversos delitos al frente de la pequeña propiedad.
“Vamos a sumar y a trabajar para llevar a la CNPR una vez más a lo más alto de la representación agropecuaria del país”, ofreció Sánchez Reyes, quien recibió el mandato de convocar en forma “perentoria” a una asamblea nacional para definir en elecciones a una nueva dirigencia que deberá acatar los estatutos del organismo, cuyos agremiados son responsables del 70 por ciento de la producción de alimentos del país.
Sánchez Reyes se comprometió a respetar los estatutos y las leyes que rigen la vida de la CNPR, una organización de más de 60 años de historia y que hasta antes de la gestión de Terán Velázquez fue interlocutora clave para el sector agropecuario privado del país con los tres niveles de gobierno.
Además de Sánchez Reyes como presidente interino en reemplazo de Terán Velázquez, también fue designado Jesús Armando Liogón como nuevo secretario general de la CNPR.
El presidente de la comisión de Honor y Justicia, Jorge Díaz de León, dijo tras tomar la protesta a la nueva dirigencia, que ésta “volverá a ser una institución seria, responsable y digna”, luego de que Terán Velázquez incurriera en una serie de delitos que están sujetos a investigación, entre ellos haber violentado los estatutos para perpetuarse en el cargo por más de 30 meses luego del término de sus dos mandatos de ley.
Antes del ingreso de la dirigencia a la CNPR, un hombre, al parecer armado, resistió el acceso al inmueble en avenida Chapultepec.
El doctor José Luis Verdin Díaz fue agredido en el rostro, lo que de inmediato movilizó a sus compañeros productores en su apoyo. Se requirió la presencia policial para impedir un desborde violento.
La policía dijo que antes del acceso de los dirigentes a la sede de la CNPR se les notificó un presunto intento de robo al inmueble para generar arrestos, confusión y violencia, que sin embargo no prosperaron gracias a la prudencia de los agremiados.
El sospechoso de la agresión, cuya identidad fue reservada, fue retirado del sitio a bordo de una patrulla policial.
La CNPR reivindica una membresía de poco más de dos millones de productores agropecuarios, responsables de generar hasta el 70 por ciento de los alimentos que se consumen en México.
Recién en junio pasado, decenas de propietarios rurales y dirigentes de varios estados del país tomaron la sede de la CNPR para repudiar la gestión de Terán Velázquez, a quien acusan de usurpación del cargo y saqueo, entre otros delitos.
“Estamos hartos del saqueo de nuestra organización”, dijo entonces la presidenta de la Unión Nacional de Maíz, Rosita Castelán al encabezar la toma del edificio que alberga a la CNPR.
Castelán dijo entonces que el propósito de la toma pacífica fue abrir un espacio para restituir la legalidad y la dignidad de la CNPR así como permitir una convocatoria legal y legítima a elecciones de una nueva dirigencia. Acusó a Terán Velázquez de mantenerse en el cargo de manera ilegal al violentar los estatutos que han regido la vida institucional de la organización por más de seis décadas.
Cuatro días después de la toma, agentes de la policía capitalina desalojaron a una treintena de pequeños propietarios.
La propia Castelán, presidenta de la Unión Nacional de Productores de Maíz de la CNPR, dijo que los policías y hombres vestidos de civil, presentaron una orden de desalojo, la cual no permitieron ver a los inconformes con la dirigencia de Terán Velázquez. "Abandonamos pacíficamente el edificio, pues ¿quién se va a resistir a los uniformados armados?".
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