El ex diputado
local del PRI Rubén Figueroa Smutny reapareció en el escenario político tras
varios meses de silencio y lo hizo para lanzar acusaciones sin fundamento en
contra del alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre.
Desde su cuenta
de Facebook y twiter, el hijo del ex gobernador de Guerrero Rubén Figueroa
Alcocer, golpea a Velázquez Aguirre, tal como alguna vez lo hiciera contra el
hoy gobernador Héctor Astudillo Flores y el ex candidato del PRI a la
gubernatura del estado, Manuel Añorve Baños.
El priista Manuel
Añorve Baños lo calificó un día como “el junior bipolar” y el perredista David
Jiménez Rumbo dijo que Figueroa Smutny
“no tiene calidad moral” cosa que la mayoría de los guerrerenses está de
acuerdo, toda vez que sus ataques son interpretados como berrinches de un niño
malcriado que grita, patalea por que no
les dan el juguete que quiere.
La sociedad
acapulqueña no cree en esos políticos que entran y salen del escenario político
una vez que logran lo que desean, les importa muy poco, lo que la sociedad
piense de ellos, porque el único interés que hay es de llevar a sus
incondicionales al poder municipal y estatal, no falta mucho para que
nuevamente el gobernador de Guerrero vuelva a ser blanco de sus ataques y
señalamientos sin fundamento.
Los acapulqueños
bien nacidos, los que viven y trabajan en ése hermoso municipio desean que la
paz y la armonía lleguen no solamente al puerto de Acapulco sino a cada rincón
del estado, sin importar a que partido pertenezca el que esté al frente del
gobierno.
Es evidente que
el hijo del ex gobernador de Guerrero tiene problemas de salud muy serios,
porque solo en un estado tan depresivo o tras haber ingerido un alto contenido
de sustancias médicas puede lanzar acusaciones tan serias, mismas que no puede sostener ante la autoridad, y no en la
red social.
Los acapulqueños saben que a los gobiernos municipales les compete la prevención del delito, al gobierno federal le toca combatir a los grupos delictivos y al narcotráfico, de ahí que el gobierno de Evodio Velázquez Aguirre trabaja coordinadamente con los dos órdenes de gobierno en éste delicado asunto.
Para lograr la armonía y la paz que demandan los acapulqueños es necesario que
todos participen, no para ayudar a Evodio Velázquez sino para que Acapulco
recupere la confianza del turismo nacional y extranjero, para que los
inversionistas le sigan apostando a Acapulco y se generen los empleos que hombres y mujeres necesitan para alimentar a
sus familias.
A Evodio Velázquez Aguirre le dejaron un paquete muy fuerte,
y los grupos políticos que ven afectados sus intereses le atacan un día y el
otro también, hay quienes se reúnen para emprender campañas y atacarlo en las
redes sociales, sin embargo, pocas voces se levantan para reconocer que poco a
poco la imagen urbana del puerto está mejor, más limpia, mas presentable, se le
criticó cuando se fue de viaje como presidente municipal electo a promocionar
Acapulco y su habilidad de joven
político logró convencer a importantes cadenas de cruceros que han arribado al
puerto con miles de turistas a bordo, eso nadie lo ve.
El presidente municipal sabe que Acapulco es una marca, que
para convencer hay que sentarse con los que deciden, Evodio tiene un enorme
compromiso social con Acapulco, el lo sabe y en eso está ocupado, no deberá
distraerse ni engancharse con acusaciones sin fundamento legal, porque hay
cosas más importante en éste momento que requieren su atención, veremos que
pasa.
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