OSCAR MEMIJE FRANCO |
“Un pueblo ignorante es un
instrumento ciego de su propia destrucción”: Simón Bolívar.
Hablar
de la contaminación en las lagunas de Tres Palos y Puerto Marqués del puerto de
Acapulco, no es descubrir el hilo negro, al contrario, resulta sorprendente e
indigno que no se actué en consecuencia.
Es
una tarea constitucional que tienen cada una de las área competentes y de paso, el propio Partido Verde Ecologista de
México, mismo que obtuvo su primer registro como partido político el 28 de
febrero de 1993, en sus documentos básicos cita; “El Partido Verde Ecologista
de México es una organización de ciudadanos ecologistas, comprometidos con el
respeto por todas las manifestaciones de la vida, la protección del medio
ambiente y la contención del deterioro ecológico; y cuya acción política se
orienta a la promoción de un desarrollo sustentable que permita a los seres
humanos vivir en una sociedad justa, libre y en armonía con la naturaleza”.
Sin
duda los ciudadanos tenemos parte de responsabilidad, no hemos entendido que es
urgente y necesario evitar contaminar, es evidente que no existen políticas
públicas enfocadas a la orientación y acciones preventivas en coordinación con
la ciudadanía, también he cierto que son situaciones de sentido común que se
deben impedir.
Los
manglares que se ubican en las launas son bosques inundados que se encuentran
en la confluencia de aguas dulces y salobres, y están atravesados por canales
navegables, llamados esteros, que aumentan y disminuyen su caudal al ritmo de
las mareas. Los mangles son árboles que en su proceso evolutivo se adaptaron a
las presiones de ese medio singular: desarrollaron mecanismos para eliminar los
excesos de sal, para sostenerse en suelos inestables y para sobrevivir en
sustratos sin oxígeno, y lograron semillas flotantes que se desarrollan
parcialmente en el mismo árbol como base de sus estrategias de reproducción.
Los
manglares son importantes como barrera de protección de las costas frente a la
embestida diaria del mar y como trampa de los sedimentos que arrastran los
ríos. La abundancia de nutrientes que retienen permite el desarrollo de gran
variedad de fauna asociada y los hacen uno de los ecosistemas más productivos
del planeta. Son el lugar de reproducción y de desarrollo de las larvas de
muchos organismos y el hábitat de moluscos, reptiles, aves y mamíferos, por no
mencionar los insoportables jejenes y zancudos, entre otros insectos.
Un
medio de comunicación internacional CNN publicó en febrero de 2009 estos datos
de nuestro país:
65 % de manglar perdido
655,667 hectáreas (ha) de manglar quedan en todo el
país.
4.43 ha se pierden cada día, equivalente a seis
campos de fútbol.
40 y el 50 se habrá perdido para 2025.
La
contaminación que se genera en nuestro entorno parece ser algo cotidiano,
quizás ya nos acostumbramos a contaminar,
pero los altos impactos de la naturaleza nos asustan, sin actuar en la
prevención y el fortalecimiento del medio ambiente. Recientemente vimos en
nuestras costas una alta cantidad de tortugas marinas muertas, en promedio más
de doscientas, otra mortandad de peces en la Laguna de Chautengo. Eso debe ser
entendido, estamos actuando mal. Es necesario que la gente también tome
conciencia de su alta responsabilidad para evitar más contaminación en nuestro
planeta.
El
cambio climático, no es una casualidad, el aumento de la temperatura se ha
incrementado, estamos acelerando la descomposición de nuestro medio ambiente.
Las políticas públicas en materia de promoción a la salud son una
prioridad, es donde se da una alta
inversión del erario público, pero prever la contaminación permitirá evitar problemas
de salud pública. Las dependencias de Ecología y Salud deben establecer
coordinación permanente y ejercer un liderazgo social para una sana
participación ciudadana.
Es
urgente que el estado aplique la ley, sin distingo, sin privilegios, sin
intereses políticos, porque con política estéril no mejorarán nuestros pulmones
y demás órganos. La Ley General de Vida Silvestre refiere en su artículo 60.
Queda
prohibida la remoción, relleno, transplante, poda, o cualquier obra o actividad que afecte la integralidad del
flujo hidrológico del manglar; del ecosistema y su zona de influencia; de su productividad natural; de
la capacidad de carga natural del ecosistema para los proyectos turísticos; de las zonas de anidación,
reproducción, refugio, alimentación y alevinaje; o bien de las interacciones entre el manglar, los ríos,
la duna, la zona marítima adyacente y los corales, o que provoque cambios en las características y
servicios ecológicos. Se exceptuarán de
la prohibición a que se refiere el párrafo anterior las obras o actividades
que tengan por objeto proteger,
restaurar, investigar o conservar las áreas de manglar.
Seguiremos
perseverando en que la autoridad haga su tarea y que despertemos nuestro sentido de
responsabilidad y participación para conservar nuestro medio ambiente, es por nosotros
y por nuestros hijos.
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