Y para no quedarse
atrás con el uso y abuso, no del lenguaje sino del poder, los escándalos de
corrupción se han vuelto cotidianos en América latina, ya no sólo en México que
está hasta el tope. Los escándalos han tocado a los ex presidentes Inacio Lula
da Silva, de Brasil y Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina y a los
actuales presidentes de Venezuela Nicolás Maduro y Evo Morales de Bolivia. Esta
pandemia podría aterrizar en una vuelta de tuerca hacia la derecha más
recalcitrante con Trump como líder y todas las transnacionales que tienen
puestos sus ojos desde hace siglos en América Latina y sus recursos.
En México, el gobierno
federal tiene que estar alerta y dejar de ser el “gatito maullador” de los
Estados Unidos y tundir al más famoso de los Judas quemados durante la
tradicional quema de muñecos que simbolizan al vendedor de Jesús el Cristo de
apellido Iscariote que en esta semana mayor fue nada más y nada menos que
Donald Trump. Respuesta simbólica del
pueblo ante tanta salvajada en contra de los mexicanos y una mentada al
silencio oficial del gobierno mexicano.
Aquí Acabalas
Los comerciantes
angustiados y esquilados por los cobradores de impuestos alternativos deben
estar contentos porque la primera semana del periodo vacacional Acapulco estuvo
hasta el tope de turistas y de muertos. Pese a diarios nacionales que exaltaron
la violencia en el puerto, la gente
llegó a raudales, en “correntadas” por aire, tierra y de aventón.
El puerto vibró con la
presencia de vacacionistas y desvelados. Y pese al intenso operativo desplegado
por los tres niveles de gobierno, la violencia se incrementó exponencialmente.
Y en esa batahola de turistas iniciados en playas
y antros acapulqueños se hicieron bolas con las cifras y el mensaje. “Desde el viernes de la semana pasada hasta este viernes
25 de marzo se produjeron en Acapulco 36 homicidios, y entre las víctimas hay
seis mujeres.
…( El Sur/26/marzo/16).
Al cierre de hoy lunes 28 de marzo, el número se incrementó a 41 muertos
durante la primera semana de vacaciones y la Fiscalía General del Estado, no
sabe por donde agarrar al toro por los cuernos. Los asesinatos se agrandaron
pese al operativo donde participan más de 4 mil policías de los tres niveles de
gobierno, soldados y marinos.
Y el que se hizo más bolas fue el comisionado de la
Policía Federal, que pese a las criticas del respetable público, en el sentido
de que nunca atrapan a ningún malhechor y homicidios, balaceras a transeúntes,
sitios de taxis y discotecas se hacen frente a sus narices, y pese a contar con
un sistema llamado C4 o C5, no pueden seguir a los maleantes que son vistos
desde el bunker ultra secreto de esa corporación porque ellos “ven” en tiempo
real lo que está aconteciendo en ciertos polígonos críticos donde la violencia
se ha asemillado y no detienen a nadie. Flaco favor le hacen al gobernador del
estado que anda de la seca a la meca apagando incendios de sus propios
funcionarios y del cómico Comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, que
confundió su labor de guardián del orden con el de fomento al turismo al
afirmar que: “la presencia de la Policía Federal en Acapulco es para mejorar la
ocupación hotelera más que para disminuir los hechos delictivos…”( El Sur/26/marzo/16).
Quien se sumó a las confusiones fue el fiscal Xavier Olea
Peláez que más o menos confundido que el comisionado de la PF externó perlas
japonesas made in Guerrero al afirmar
que la violencia en todas sus formas se debe a que “aumenta la venta de droga,
aumenta (sic) el monto de las extorsiones y el cobro de piso a los
comerciantes, porque reciben dinerito en los negocios”.
Entonces querido fiscal, ¿para que son los operativos? Si
se incrementan las acciones de la delincuencia en polígonos conocidos y
vigilados, su movilidad debe de ser registrada por sus aparatos de vigilancia e
inteligencia, ¿o qué, no es así?
Si no es así, estamos fritos o en las garras de la
delincuencia. Y a esa sumatoria de muerte, asaltos, cobros de piso durante el
periodo vacacional, ¿se le debería agregar el número de delincuentes detenidos
por los miles de efectivos desplegados en Acapulco? La policía sabe donde están
las zonas álgidas y deben de conocer sus movimientos, vehículos en los que se
trasladan y toda la logística de sus acciones.
Y la pregunta al confundido comisionado de la PF, ¿en el
periodo vacacional a cuantos agresores de civiles han detenido y encarcelado,
tomando en consideración el personal acantonado en el puerto para vigilar no
solo a los turistas, sino a los comerciantes de toda clase que como lo señala
Olea Peláez, “reciben su dinerito” durante el periodo vacacional?
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