La sensatez debe
prevalecer por encima del populismo. Ante el temor generado por la escalada de
violencia en Acapulco es un pésimo momento para que actores políticos como la
secretaria general del PRD, Beatriz Mojica Morga, busquen fomentar odios.
Coincido con el alcalde de
Chilpancingo Marco Antonio Leyva Mena en que el plazo de un año fijado por el
gobernador para que la violencia disminuya es un tiempo prudente. Desesperante
ante la situación actual. Sí. Pero realista.
¿De qué serviría que nos
dijeran que ya mañana o la próxima semana no va a haber un solo asesinato
cuando sabemos que nos estarían mintiendo?
El tema debe abordarse con
la seriedad requerida. No es momento para sacar raja política ni para pedir que
nos endulcen el oído.
En lo personal, me
parecieron sensatas las acciones anunciadas por el secretario de Gobernación
Miguel Ángel Osorio Chong.
Al poner el monitoreo de
las cámaras de seguridad en manos del Ejército se blinda al C-4 y se evitan
posibles filtraciones de información. Nombrar a un vocero único en temas de
seguridad ayudará también a manejar de mejor manera las crisis informativas
como la del domingo 24 de abril.
En lo inmediato, se designó al que sería el quinto responsable
de la seguridad pública de Acapulco en siete meses. Contralmirante para fines
de retiro, con maestría en Seguridad Pública y que ha elaborado diagnósticos de
la situación en Guerrero y Veracruz.
El nombramiento de Max
Lorenzo Sedano Romano, más que producto de una terna propuesta por el alcalde
Evodio Velázquez Aguirre, parece una designación del gobierno federal para que
la Marina tome el control de la poco o nada confiable Policía Municipal.
Así lo evidencian las
declaraciones del comandante de la Octava Zona Naval, Juan Guillermo Fierro
Rocha al periódico El Sur, en el sentido de que la Marina ayudará a Acapulco
hasta que haya capacidad en la autoridad local, y que el almirante secretario
Vidal Francisco Soberón Sanz está empeñado en controlar la situación de
violencia en este municipio, considerado la ciudad más violenta de México, como
se hizo en Chihuahua, Tamaulipas y Torreón.
El gobierno del estado
también realizó cambios en la Universidad Policial y en los municipios deberá
avanzar el proceso de certificación que establece el Sistema Nacional de
Seguridad Pública.
De nada servirá que
policías como la de Acapulco tengan un titular de alto nivel si se persiste en
mantener a los elementos que han reprobado las pruebas de confianza armados y
en las calles.
Las acciones inmediatas de
reorganización tras la reunión del Gabinete de Seguridad Nacional con
empresarios, han hecho resurgir la esperanza en organizaciones como la
Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas, cuyo presidente Jorge Laurel, así
lo ha expresado.
La situación es difícil
pero lo peor que se puede hacer es pretender que se pierda la esperanza desde
la comodidad de un video en la capital del país, como el que en redes sociales
propagandiza el PRD.
Un año suena largo pero
para revertir un problema de más de una década, es un tiempo que se queda
corto. Es cuestión de enfoques.
jalepezochoa@gmail.com
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