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jueves, 28 de julio de 2016

FORO POLITICO. Por Salomón García Gálvez. PRD: LA NECRO-POLITICA.


El proditorio asesinato del alcalde de Pungarabato –Ciudad Altamirano-, Ambrosio Soto Duarte, de filiación perredista, les sirve a sus mismos correligionarios para politizar el crimen y catapultarse con miras al año electoral 2018, como inmoralmente lo hace el alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, quien usurpa funciones de líder estatal del PRD.

Cuando ocurrió el cobarde asesinato del diputado y ex líder del Congreso Local, Chavarría Barrera, el entonces diputado federal Aguirre Velázquez, nunca protestó por ese crimen. Evodio, sin ser diputado local, tenía mucho control en el Congreso, e incrustados a media docena de legisladores que se “mochaban” ($) quincenalmente con él. Hizo su “cochinito” bien gordo ($) con los “moches”.

El alcalde de Acapulco, carece de calidad moral para exigir la renuncia de funcionarios del Poder Ejecutivo. Evodio, no puede con la inseguridad en el puerto (seis asesinatos diarios), no otorga servicios públicos de calidad a la población, las calles -fuera de la Costera- están despedazadas, montones de basura por todos lados, pocas luminarias, calles sin pavimentar y carencia de agua en la mayoría de colonias.

Sin embargo, el munícipe de Acapulco se siente dirigente del PRD y con vestimenta y todo, da conferencias de prensa en la Ciudad de México, para lanzar ataques en contra del Grupo de Coordinación Guerrero y contra el Secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, a quienes responsabiliza de la inseguridad en el puerto. La responsabilidad de la seguridad en Acapulco, es directa y en primera instancia de Evodio. ¿Qué, no conoce la ley?

Evodio, ha hecho varios viajes al interior del país y al extranjero, pero como turista y para darse la gran vida, con cargo al erario municipal, menos para promocionar turísticamente al puerto. Acapulco, no tiene promoción turística en el extranjero, nos consta.

Y ahora, el asesinato del alcalde de Pungarabato,  Ambrosio Soto Duarte -a manos de la delincuencia organizada- le sirve al alcalde de Acapulco, como bandera para relanzarse política y protagónicamente, con miras al año electoral 2018. Evodio, sin moral, como buitre,  utiliza la muerte de Ambrosio para sus ambiciones políticas: O una senadurìa, o la reelección en la alcaldía… ¡Qué tal!

Ciertos dirigentes del PRD como Beatriz Mojica, olvidan que Guerrero se convirtió en un infierno durante gobiernos perredistas (año 2005), cuando esta entidad era gobernada por su ex Gurú, Zeferino Torreblanca, y Acapulco por Félix Salgado Macedonio.

Mojica, cochinamente anda maniobrando para imponer alcalde suplente en Pungarabato, como lo hace también el diputado perredista, Isidro Duarte Cabrera y otros ambiciosos pertenecientes a distintas tribus del PRD. Actúan como hienas hambrientas.

Ayer, regidores y representantes populares exigieron la renuncia en el cargo del alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, quien desatiende sus funciones, pero además se da el lujo de viajar a la capital del país -en horas hábiles, con cargo al erario- para dar conferencias de prensa, que le sirven para atacar a supuestos enemigos del gobierno estatal.

“Ojalá pronto Acapulco deje de ocupar el primer lugar nacional en el índice de violencia”, le respondió el Secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, al novato alcalde del puerto, Evodio Velázquez, quien se siente líder de los alcaldes perredistas, desplazando al edil de Eduardo Neri (Zumpango del Río), Pablo Higuera Fuentes. Por cierto, éste último, es ninguneado por Evodio, quien le boicotea las reuniones a que convoca -Pablo Higuera-.

Como todos lo saben: el gobernador Héctor Astudillo Flores, recibió una administración en total quiebra financiera, con adeudos superiores a los 25 mil millones de pesos, de su canguro antecesor, Rogelio Ortega Martínez; pero además con presencia de bandas del crimen que se disputan territorios, más el movimiento magisterial radical de la Ceteg y sus cavernícolas métodos de vandalismo, entre otros males.

Ante ese atroz escenario, el gobernador Astudillo Flores, actúa con prudencia,  sensatez y mesura: Su gobierno no reprime, no hostiga ni persigue la lucha social, por más radical que sea. Incluso, el propio mandatario estatal, gestionó la libertad de la ex Comandanta de la Policía Rural de Olinalà, Nestora Salgado García… Punto. 




   

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