Casi
ninguno de los presidentes municipales con filiación perredista, apoya al
protagónico y ególatra munícipe de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, en su
exigencia y necedad de un crédito por 158 millones de pesos.
Sólo
el coordinador de los alcaldes perredistas, Pablo Higuera Fuentes (Eduardo
Neri), le dio una clase de sensatez política a su homólogo de Acapulco, Velázquez
Aguirre: “Que se evite la confrontación que a nadie conviene, y que se imponga
la cordura”, dijo.
Eso
se llama alta clase política, pero el edil del puerto no lo entiende; atiza el
fuego, o lo quiere apagar con gasolina. Es su rudo estilo porril.
O
bien, la comuna del puerto lanzó una enorme cortina de humo para ocultar el
enorme boquete financiero por dos mil 183 millones de pesos -que Evodio
Velàquez aún no aclara su destino real-.
Los
recursos, fueron etiquetados para gasto corriente de los cuales, mil 362 millones son para “servicios personales”,
de acuerdo con denuncia hecha por un
bloque de diputados locales y federales del PVEM.
Haciendo
un recuento de quiénes han hecho declaraciones respecto al tema del pretendido
crédito al Banco Interacciones –aún no autorizado-, son éstos: Héctor Apreza,
Florencio Salazar, Ricardo Mejía Berdeja y Roberto Álvarez, han orientado de
manera positiva al alcalde de Acapulco, para que no violente leyes y menos la
Carta Magna, o la local.
Evodio
Velàzquez, no lo entiende, es adicto al ataque y al poder. A muchos perredistas
diez años en el poder les creó adicción. Y quienes le dan cuerda son: Los
Chuchos-Jesús Ortega y Jesús Zambrano-, a través de Beatriz Mojica Morga, ex
candidata perdedora por la gubernatura de Guerrero, quien le tiene un odio muy
acendrado al gobernador Héctor Astudillo Flores, desde que éste le ganó en las
urnas.
El
que también ya se subió al ring, es el dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo
Guzmán, quien amenazó con “salir a las calles en defensa de Evodio”, y pidió al
gobierno estatal, al PRI y a sus aliados “que dejen gobernar al alcalde de
Acapulco”. Si los perredistas salen a las calles, harán el ridículo.
Celestino,
forma parte de la década fallida de gobiernos emanados del PRD, de cuando la
violencia emergió de manera mayúscula no sólo en Acapulco sino en municipios
focalizados, que eran gobernados por el sol azteca, ahora en decadencia.
Iguala, por ejemplo.
Cesáreo
Guzmán, fue el beneficiario de la muerte del diputado presidente del Congreso
Local, Armando Chavarría Barrera: Se quedó con el puesto del legislador
abatido, porque era el suplente en la curul. Celestino, presume ser abogado,
pero quiere que Evodio Velázquez viole la Constitución.
Lo
que verdaderamente pretende el PRD en Acapulco -y Evodio Velázquez-, además del
crédito por 158 millones de pesos, es que ese partido retenga el poder en el
puerto mediante su reelección como alcalde, pero olvida algo muy importante:
-El
PRD, vive ahora la defenestración (va en caída libre) desde los trágicos y
sangrientos hechos de Iguala, donde seis personas fueron asesinadas y a 43
normalistas de Ayotzinapa los detuvieron y desaparecieron policías y la
delincuencia organizada.
Al
final de cuentas, se percibe que a los altos mandos del PRD en Guerrero, el
poder les creó adicción como si se tratase de una potente droga que ya se les aferró
a sus organismos, y ahora son incapaces de dejarla.
ACAPULCO:
¿CALENTAR LA PLAZA?
El
PRD no tiene –por ahora- un pastor que guíe al rebaño. Sin embargo, la
dirigencia estatal perredista permite que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero,
opere interna y externamente impulsando a su vástago, en su aspiración por ser
candidato a la alcaldía de Acapulco, Ángel Aguirre Herrera.
El
ex gobernador Aguirre Rivero, de manera temporal hará lo que los buzos:
Permanecerá debajo del agua. Es factible que reaparezca el próximo año, cuando
el presidente Enrique Peña Nieto, denote
debilitamiento político y esté en la víspera de dejar el poder sexenal.
Quien
también reaparecerá con la fuerza que tenga, es el ex gobernador Rubén Figueroa
Alcocer, para pugnar porque a su júnior Rubén Figueroa Smutny, también lo
consideren como aspirante por la “Joya de la Corona”, la alcaldía de Acapulco.
Nada
bien le fue a Figueroa Alcocer en su relación con el presidente Peña Nieto, y
con los ex dirigentes del PRI nacional, Humberto Moreira y Manlio Fabio
Beltrones.
“Don
Ru” -por ahora agazapado-, quiso influir en la candidatura para gobernador,
hace más de un año, pero lo pararon en seco; no lo dejaron aletear.
Sin
duda alguna, la plaza de Acapulco la empezarán a calentar los capos de la
política el próximo año, de cara al 2018… Al tiempo… Punto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.