- Desde el embarazo, la madre es informada sobre las técnicas y cómo aplicárselas a su bebé de forma adecuada
Con el objetivo de
ayudar a un mejor desarrollo físico de los menores de edad, el Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) lleva a cabo la estimulación temprana
en jóvenes y donde la madre es fundamental para
realizar estas actividades en los primeros mil días de vida del niño o
niña.
La estimulación temprana
es el conjunto de medios, técnicas y actividades con base científica y
aplicada en forma sistémica y secuencial que se emplea en niños desde su
nacimiento, hasta los cinco años, siendo
los primeros mil días, a partir del nacimiento del bebé, los de más
importancia.
La enfermera
especialista en Salud Pública y titular del Módulo Materno Infantil
(MMI) de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) N° 9, Silvia Silva
Serrano, explicó que con fáciles técnicas, el menor de edad desarrolla
al máximo sus capacidades cognitivas, físicas y psíquicas, permite
también evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a los
padres, con eficacia y autonomía, en el cuidado y desarrollo del
infante.
Explicó que desde el
embarazo, la madre es informada sobre las técnicas de estimulación
temprana, y se “aprovecha” en la primera visita del recién nacido a la
UMF cuando es llevado a la prueba del Tamiz para iniciar
con la primera actividad de estimulación temprana.
“Llevar el control de
desarrollo de niños sanos, de la edad, cero meses, tres o cuatro días de
nacidos, se enseñan las técnicas de estimulación temprana y que van
ayudar a un desarrollo precoz y atención primaria
que favorece el desarrollo de las capacidades de los niños durante la
infancia, esto nos ha demostrado que los primeros años de vida son
vitales para el desarrollo del futuro niño”, explicó.
Detalló que
mensualmente, el MMI atiende un aproximado de 50 embarazadas y ofrece
sesiones de estimulación temprana a 300 niños de cero hasta cinco años
de edad, tan sólo en esta UMF.
Durante esta etapa se
perfecciona la actividad de todos los órganos de los sentidos, en
especial, los relacionados con la percepción visual y auditiva del niño,
esto le permitirá reconocer y diferenciar colores,
formas y sonidos, explicó la enfermera especialista.
Así también, Silva
Serrano mencionó los procesos psíquicos y las actividades que se forman
en el niño durante esta etapa constituyen habilidades que resultarán
imprescindibles en su vida posterior.
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