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lunes, 30 de enero de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias El tirano que odia a México

EFRAIN FLORES IGLESIAS
Hay quienes comparan a Donald Trump con Adolf Hitler y otros con Calígula. Tal vez tengan similitudes en algunas cuestiones, ya que el presidente de Estados Unidos es un psicópata, capaz de iniciar la Tercera Guerra Mundial.

El magnate inmobiliario que logró ser el 45º inquilino de la Casa Blanca sin haber ganado el voto popular en noviembre del año pasado, se ha confrontado en poco tiempo con varios países, entre ellos, México.

Es tanto su odio que no lo puede ocultar. Es muy probable que hasta lo que votaron por él estén arrepentidos, en especial, los que financiaron su campaña.
Su desprecio a los mexicanos es más que palpable. Durante su campaña prometió que iba a construir un muro entre la frontera de USA y México, para evitar de esa manera que los mexicanos sigan entrando ilegalmente a su país.
Desafortunadamente, México tiene un presidente de la República débil, sin carácter para hacerle frente.

Enrique Peña Nieto ha demostrado ser un agachón, a tal grado de que antes de la elección en Estados Unidos, recibió por sugerencia de Luis Videgaray a Trump en Los Pinos, tratándolo como Jefe de Estado. Desde entonces quedó claro su sometimiento al enemigo del pueblo de México.

En poco tiempo Trump se ha convertido en un tirano, ya que es racista, sanguinario e intolerante a la prensa crítica.

Estados Unidos corre el riesgo de ser aislado por la comunidad internacional por las decisiones irracionales de su gobernante. Eso de confrontarse con otras potencias económicas y militares (China, Alemania y Francia) no traerá nada bueno.

Tal vez México no sea una potencia económica ni militar, pero la historia ha demostrado que, a pesar de las adversidades, es una nación fuerte y que ha salido adelante.

Calígula gobernó Roma a temprana edad. De hecho, murió muy joven (28 años). Los escritores e historiadores de su tiempo lo describieron como un hombre profundamente desequilibrado. “Con sólo mirarlo, uno se daba cuenta de que estaba loco”, dijo Séneca.

Tan loco era Calígula que afirmaba que era el mismo dios Júpiter. Y eso no es todo, la leyenda dice que a su caballo Incitatus lo nombró senador vitalicio. ¡Zas!

Trump no tiene caballo y se desconoce si practique la equinoterapia. Tampoco se considera Dios, ya que públicamente ha manifestado profesar la religión cristiana. “Soy (cristiano) protestante, soy presbiteriano. He tenido una buena relación con la Iglesia Cristiana. Creo que la religión es algo maravilloso. Creo que la mía es una maravillosa religión”, dijo en una entrevista en abril de 2011. (Ver link: http://www.laprensa.hn/mundo/1018826-410/cu%C3%A1l-es-la-religi%C3%B3n-que-profesa-el-presidente-trump)

Es inconcebible que un cristiano tenga tanto odio en su corazón y esté llevando al precipicio a los Estados Unidos. Pero se entiende que muchas guerras se han realizado en nombre de Dios.

De Hitler mucho se ha hablado. La historia lo ha juzgado severamente por perseguir y exterminar a aproximadamente 6 millones de judíos.

Trump no es estratega como lo fue el Führer. Y, sobre todo, es repudiado por la mayoría de los norteamericanos. Si es presidente de USA es por su sistema electoral, pero no porque haya obtenido la mayoría de votos en las urnas.

Hitler era aclamado por los alemanes y no se peleó con todos. Inició la Segunda Guerra Mundial, pero tuvo aliados. No estuvo solo y luchó hasta el final.

Los tiranos no duran siempre en el poder. O son derrocados o asesinados.

La historia mexicana nos dice que el dictador Antonio López de Santa Ana (el que vendió más de la mitad del territorio nacional a EU) huyó del país el 9 de agosto de 1855 luego de ser derrotado en los campos de batalla por los precursores del Plan de Ayutla, Juan N. Álvarez, Florencio Villareal e Ignacio Comonfort.

Y así podemos seguir con el caso de Porfirio Díaz, quien gobernó al país durante más de 30 años. Pero esa es otra historia.

Luego entonces, para hacerle frente a Trump es necesario que el gobierno mexicano se una con otras naciones y hagan una protesta enérgica en la ONU.
Ojalá Peña Nieto se faje los pantalones y ya no siga sometiéndose al tirano que gobierna USA. Es cuanto.

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