MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
Recuerdo aquella imagen
cuando el entonces senador priista Jorge Díaz Serrano salía, custodiado y
abatido, del Senado de la República.
Agentes federales se
esforzaban por evitar que quien había sido presidenciable, poderoso e
influyente director general de Pemex en la administración de José López
Portillo, se les escabullera. La verdad es que el ingeniero no tenía la mínima
intención de huir; poco antes lo había desaforado el pleno senatorial e iba
rumbo al Reclusorio Preventivo Sur, arriba de la delegación Xochimilco.
Y la mirada llena de
interés periodístico de los colegas que cubrían la fuente senatorial acompañaba
al senador despojado del fuero, desconocido por sus pares, perseguido por la
“renovación moral de la sociedad” que le fabricó delitos con la adquisición de
buques petroleros, aunque se trató de un cobro de factura política.
No tardó mucho en
reclusión, cuando la factura se pagó con creces, los delitos por los que un
juez federal le dictó formal prisión y sometió a proceso, se diluyeron como
suele ocurrir con estas acciones que tiene su cenit mediático y el nadir se
procesa en el olvido y el desempleo, el desprestigio y esos etcéteras que
acompañan a los funcionarios que sirven de chivos expiatorios.
El caso, empero, del
ingeniero sonorense no caía en el espacio de los delincuentes de cuello blanco
porque no fue tal. Aguantó los embates políticos y la desgracia prohijada por
quienes fingieron ser sus seguidores y hasta amigos, e hizo lo necesario para
transitar en prisión sin hacerse la vida imposible.
Jugaba tenis y sufragó la
construcción de una cancha de arcilla en el Reclusorio; obsequió un motor
diésel Rolls Royce para enseñar a internos, compañeros suyo en desgracia, las
artes de la ingeniería mecánica con un motor de primer mundo. Incluso impartió
clases de inglés y francés a los reclusos que, me consta, lo admiraban y
respetaban.
Con alguna frecuencia,
guisaba paella y convidaba a los amigos y las amigas, entre ellas a Margarita
Michelena, y tres reporteros, no más: Rafael Medina Cruz, Roberto Meléndez
Salas y quien esto escribe.
¿Se juzgó imparcialmente
al ingeniero Díaz Serrano? Sin duda el motivo político sustanció los
expedientes que, al final, guardaban una cauda de delitos fabricados y
testimoniales faltas de sustento.
Y es que, mire usted, como
ocurrió con Alfredo Ríos Camarena, el respetable ingeniero Eugenio Méndez
Docurro y Everardo Espino de la O, la saña justiciera se aplicó marginada del
dictado de las leyes, contra la que se ejecutó escandalosamente contra El Negro
Arturo Durazo Moreno, quien, efectivamente, fue responsable de tantos delitos
que aquello de las impresionantes construcciones como El Partenón del Ajusco y
el de Zihuatanejo, quedaron como parte del folclore político mexicano.
Ayer preguntaba si se
aplicará la ley a pillos como los Borge, Duarte y otros políticos delincuentes
que deben pagar por sus latrocinios al margen de filias y fobias, o serán parte
del manto distractor en tiempos electorales. ¿Sistema Nacional Anticorrupción?
No se hagan bolas, la solución está en la simple aplicación de las leyes
vigentes. Digo
VIERNES. Si bien es cierto
que en todos los estados de la República, la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes realiza obras derivadas del Plan Nacional de Infraestructura,
Gerardo Ruiz Esparza enfocó su mensaje a los medios de comunicación en los 11
principales accesos a la Zona Metropolitana del Valle de México, por
considerarlos una prioridad para mejorar la conectividad del centro del país
con los corredores logísticos por los que circula el desarrollo económico
nacional. 270 kilómetros y 52 nuevos carriles para los que se requerirán casi
40 mil millones de pesos en obras de construcción y ampliación. Los accesos
concluidos son la autopista La Marquesa-Toluca, la Interconexión del Segundo
Piso del Periférico de la CDMX a la caseta de Tlalpan, la ampliación a 10
carriles de la México-Puebla, y a 8 carriles de la México-Pachuca, y la nueva
autopista Chalco-Puebla. Ruiz Esparza se comprometió a que antes de que esta
administración termine, estarán en operación que los siete accesos restantes:
la construcción del primer tramo de la Pirámides-Texcoco, la Peñón-Texcoco, la
rehabilitación de la México-Querétaro, la autopista Atizapán-Atlacomulco, el
Viaducto Avenida 602 y la construcción del Viaducto Chamapa-La Venta. Por
cierto, anunció que mañana entra en operación el Paso Exprés de Cuernavaca.
Ruiz Esparza informó que 60% de los recursos serán privados y 40%, públicos, y
no dejó de mencionar la estrecha colaboración con el Gobierno local para
mantener en buen estado los accesos federales a la Ciudad de México. Conste.
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