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viernes, 11 de agosto de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Morena-Guerrero: división interna


Mientras Andrés Manuel López Obrador consolida su proyecto presidencial rumbo al 2018, sus simpatizantes en Guerrero andan de la greña.

Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, dirigente estatal de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ha sido señalado de privilegiar a sus cercanos y hacer política de escritorio.

El también ex candidato a la gubernatura abusa de la confianza que le fue conferida por López Obrador al promoverse como aspirante al Senado de la República.

Soñar no cuesta nada y es válido que tenga aspiraciones políticas, pero olvida que Morena no gobierna ningún municipio en la entidad y su estructura es frágil.

Pablo Amílcar es un junior de la política. Presume tener un buen currículum académico. Y qué bueno que lo tenga, pero no toma en cuenta que eso no es indispensable para ganar elecciones.

Una elección se gana con votos. Y para obtener votos se requiere tener estructura, buenos candidatos y recursos para movilizarse.

Desde luego que con una buena estrategia de campaña se puede ganar una elección. Lamentablemente los militantes de Morena en Guerrero sólo están unidos en torno al proyecto presidencial de AMLO, pero no en los demás cargos de elección popular que se disputarán en 2018.

Es evidente que hay cuatro bloques morenistas en la entidad suriana: el grupo de César Núñez Ramos, ex dirigente estatal y enlace de Morena en Guerrero; los disidentes que encabeza el ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero y actual secretario general de Morena, Marcial Rodríguez Saldaña; los ex perredistas que encabezan el ex alcalde de Acapulco, Félix Salgado Macedonio y compañía, y la familia Sandoval Ballesteros.

Los cuatro bloques van a pelear con uñas y dientes las 2 candidaturas al Senado de la República, los 9 distritos electorales federales, los 28 distritos locales y las 81 Presidencias Municipales.

No descartemos que la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) pelee también candidaturas. Hace unos días manifestaron que respaldarán al eterno candidato. Claro, ya lo hicieron en 2006 y 2012. Y el apoyo no es gratuito.

Insisto, el problema no es que estén a favor de la candidatura de AMLO, sino que se están haciendo bolas por las candidaturas en disputa. Muy pocos son los que apoyan la causa pejista de corazón, ya que la mayoría lo hace por interés de un cargo.

Para empezar, Pablo Amílcar Sandoval quiere ser senador. Está obsesionado con esa idea. Por eso bloquea a Marcial Rodríguez y a César Núñez, pues los ve como serios competidores.

Es muy probable que la diputada local María de Jesús Cisneros Martínez sí sea postulada como candidata al Senado; ella forma parte del grupo de César Núñez y ha sido una férrea crítica al PRI, al PRD y al PAN en el Congreso local.
Durante la reunión “Promoviendo la unidad para preparar el camino y organizados enfrentar las siguientes etapas de lucha”, que se realizó el jueves en un pequeño salón del Centro de Negocios Costera 125, en Acapulco, fue palpable la división que prevalece al interior de Morena.

Pablo Amílcar fue descortés con Marcial Rodríguez y César Núñez, ya que no los invitó al presídium. Fueron algunos militantes los que le exigieron –a base de gritos– al dirigente estatal para que invitara al diputado federal Roberto Guzmán Jacobo, a Núñez Ramos y a Rodríguez Saldaña a ocupar un espacio en el presídium. Pablo Amílcar accedió en llamar solamente a los dos primeros. A Marcial lo ignoró por completo.

“Yo no vengo mandado por nadie, soy consejero estatal que le quede claro. Lo que vengo es a reclamarle al señor (Pablo Amílcar) que haga Consejo porque lleva más de un año que no hace Consejo Estatal, el estatuto es muy claro, que cada tres meses debe haber Consejo”, reclamó el consejero Ignacio Pérez Parra.

Es lamentable que el nieto de Pablo Sandoval Cruz sea factor de discordia en su partido y solamente sea dirigente de escritorio. Recordemos que un partido dividido no gana elecciones.
López Obrador requiere urgentemente un dirigente que sume y opere en los 81 municipios, y no un junior de la política. Claro, si es que realmente quiere ganar en la entidad suriana.

ENTRE OTRAS COSAS… Los que nuevamente tendrán que lidiar con el Caso Apango, son los integrantes de la LXI Legislatura local.

Resulta que la ciudadana Edita Ivón Nava Sánchez presentó una solicitud de revocación de mandato en contra de la alcaldesa Felícitas Muñiz Gómez, a quien señala de incurrir en actos de corrupción, desvío de recursos y nepotismo.
En la sesión realizada el pasado miércoles se dio lectura a la solicitud presentada por Nava Sánchez.

Ojalá Ricardo Mejía Berdeja, coordinador de la fracción Parlamentaria de Movimiento Ciudadano, ya no se aferre en defender las irregularidades cometidas por su compañera de partido y sea congruente con su discurso anticorrupción.

Comentarios: E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias; Twitter: @efiglesias



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