“Cuando la política
promete ser redención, promete demasiado. Cuando pretende hacer la obra de
Dios, pasa a ser, no divina, sino demoníaca”.
-Cardenal Joseph Ratzinger, hoy
Papa Benedicto XVI-
El respeto a los Derechos
Humanos es inalienable, personal y exclusivo. El respeto a los valores, empieza
cuando el que debe prodigarlos, se quiere asimismo; obtiene el respeto y el
valor de su propia familia.
En tanto, la ética está
relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que guían el
comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las costumbres,
normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad. Una persona con esas
dos virtudes, es un ser humanitario. Respetuoso.
La sociedad exige respeto
y una autoridad responsable, debe responder a ese respeto haciendo valer la Ley
y los Reglamentos. Responder con prestancia, calidad y responsabilidad. Las
interacciones, alianzas y acuerdos entre gobernantes y gobernados, para generar
y crear oportunidades para corregir, reparar y solucionar los problemas de los
ciudadanos; además, para construir las instituciones y normas necesarias para
generar esos cambios provechosos y benéficos, eso se llama gobernanza.
Cuando la gobernanza, está
sometida y enajenada al autoritarismo, al importamadrismo, bajo la palabra
autoritaria, despótica y abusiva de un ser que actúa más bajo los influjos de
sus caprichos y sus desórdenes mentales, no existe gobierno. Deja de ser una autoridad
respetable.
Los dos últimos gobiernos
municipales de Atoyac de Álvarez, no han entregado cuentas transparentes en sus
presupuestos, ni obras de calidad en aulas escolares; mucho menos han cumplido
con las normas gubernamentales en las entregas de fertilizantes, ni otros
menesteres estatales. Demandas judiciales, calles sin ser pavimentadas,
alumbrado público ausente, caminos destrozados, banquetas y calles invadidas de
un comercio semifijo usurero, codicioso y egoísta. El gasto corriente, es una
cartera de uso personal y no como la Ley lo exige, dar seguridad y beneficios a
la población.
Los hombres que han mal
administrado este municipio cafetalero, no han sido individuos de bien, de sana
costumbres. Perdieron el juicio, les ganó y carcomió el alma la ambición, la
avaricia, la mezquindad.
Los deterioros de
Huracanes pasados aún prevalecen sus daños y cicatrices, no han sanados en
hechos provechosos para los afectados. Las cuentas por saldar son demasiadas;
pero las acciones provechosas se ven acotadas por negaciones, apetencias
monetarias y otras debilidades de seres inhumanos que convocan a dios; pero
gobiernan con el mal, con el diablo, con Judas, con el desprecio y la ofensa
hacia su pueblo y al derecho humanitario.
*@GradoCero_Gro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.