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Un Cabildo “inexistente”; pero que cobra
puntualmente millonario salario.
Sin recato y preocupación la
comuna de Atoyac de Álvarez, violenta no tan solo los derechos humanos; sino
que prodiga la contaminación del medio ambiente y la proliferación de fauna
nociva, al mantener durante más de 8 meses, como basurero municipal, la parte
posterior de lo que es la Iglesia de “Nuestra Señora de la Ascensión”, a un
costado del Parque Infantil, sobre la calle Agustín Ramírez y Benito Juárez, en
el Centro de la ciudad.
Mediante el Decreto número
433 por el cual se autoriza al municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, para
que contrate con la institución financiera del Sistema Financiero Mexicano, un
financiamiento hasta por la cantidad de $20’000,000.00 (veinte millones de
pesos 00/100 m.n.), con un término de pago de dieciocho meses, mismo que deberá
liquidarse a más tardar el 30 de junio de 2015, a efecto de ser destinado a
inversiones públicas productivas.
Hasta donde se ha podido
indagar, la Comuna Atoyaquense, de manera dolosa y violando la propia Ley
Federal que les obliga a mantener su Página Web, la Página de Transparencia,
esta no existe; por lo tanto, ni el alcalde Dámaso Pérez Organes, como la
síndica Esmeralda Fonseca Sotelo, se han negado a proporcionar la información
necesaria, para saber no tan solo los destinos de los veinte millones de pesos,
sino que de esa partida, se habría de usar, para concretar el tiradero de desechos
sólidos municipal, allá por la llamada “Planta
Recicladora”, que es un sitio, que no han funcionado como tal; pero si se ha
nombrado cuantiosa inversión para hacer un basurero no contaminante, a los
mantos friáticos. Esto desde el pasado gobierno del priísta Ediberto Tabarez
Cisneros, nada se ha concretado.
La inexistencia del Sitio
Web, del H. Ayuntamiento de Atoyac de Álvarez, data desde hace cinco años. Y,
principalmente la Página del uso de los proyectos, programas y recursos
económicos federales y estatales, como los municipales. Es decir, de manera
arbitraria y leonina, se usa de manera discrecional el dinero del pueblo, en
asuntos baladí. Como lo es la entrega diaria de más de cincuenta mil pesos, del
alcalde Pérez Organes, de manera clientelar, entre ciudadanos de la región de
la Costa Grande, que largas filas realizan desde temprana hora en el domicilio
o lugar de pernoctancia del primer edil.
La ausencia de un
tratamiento de desechos sólidos y de la basura, la falta de atención de los
tres niveles de gobierno para resolver el problema de la contaminación del río
Atoyac y el desinterés de la sociedad, por buscar alternativas en la solución
de este grave problema.
Se palpa, también, la falta
de interés y oficio de los regidores de las Comisiones de Saneamiento Básico y
Ecología, para darle seriedad a una administración municipal, que se ha convertido
más en una irresponsable e imprudente oficina, donde ningún funcionario aporta
esfuerzo, interés y voluntad, para lograr que este Ayuntamiento, sea ejemplo de
eficiencia. Se torna más en una maquinaria administrativa, que enajena y
conflictúa la buena marcha de la ciudad.
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