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viernes, 10 de agosto de 2018

QUERENCIA… Autor, Margarito López Ramírez




Bella e histórica ciudad de Tixtla de Guerrero:
Admiro tus mujeres, hembras hacendosas de significativo hacer que anclan  y delinean el núcleo familiar; valoro la presencia y hacer de tus hombres que forjan el destino de la estirpe que acoges; aprecio la inquietud y el vigor de tus jóvenes que son germen que florece; amo, con sentimiento paternal, tu niñez, simiente que alienta y asegura el porvenir…

Me atrae tu Encuentro de la Cera impregnado de misticismo que se muestra en doce velas como doce son los apóstoles, doce los meses del año; me causan regocijo tus Encuentros Mayordomales en los que se vuelcan devociones y algarabías pueblerinas inmersas en resonancias musicales, danzas, bailes típicos y el andar chusco de mojigangas yhuesquiztles.  Me embelesan tus vísperas santorales auspiciada por gente que lleva flores, arcos revestidos de alegorías y  cohetes como ofrenda al santo patrono del barrios engalanado; me entusiasma el bullicio musical propiciado por bandas musicales y El Chile Frito que marcan el acompasado bailoteo de mujeres y hombres que cargan en brazos o “lesacan vuelta” al tradicional torito de madera, ícono representativo de San Lucas Evangelista. Me prendan el decir y el hacer de tu gente fervorosa que acude y orna fachadas de iglesias y capillas para glorificar las conmemoraciones religiosas que dan sentido de tu identidad espiritual; me cautiva la existencia de tus vetustos pero portentosos ahuehuetes erguidos en la antesala del Santuario que resguarda la imagen de La Virgen de la Natividad; me encantan tus fiestas cívicas y jolgorios pueblerinos en la amplitud de tus plazas que resguardan vestigios de haberes patrios.
Disfruto el sonar de tu teponaxtli que convoca; gozo la musicalidad de la flauta y el tamborcillo que anuncia y bosqueja tu tradicional porrazo de tigres llevado al cabo en tus  plazuelas; aprecio el hacer de tus cantores, bailadores y compositores de sones de tarima que prestigian tu presencia; regocijo mi ser en la tradicional quema de tus toritos, castillos,cohetones y  luces de Bengala que irradian luminosidad en la amplitud de la bóveda celeste que te resguarda en noches impregnadas de luces titilantes, brillantes.

Me encantan tus Mañanitas guerrerenses entonadas frente a balcones y puertas de viviendas habitadas por quienes cumplen un año más de vida; me cautivan: letra y música de tus tradicionales papaquis dedicados a tu gente agasajada; me fascinan tus bullas ya por aniversarios ya por ochavarios o mero gusto para ahuyentar tristezas; me deleitan tus comilonas impregnadas de olores y sabores en la que se consume el típico pozole blancocondimentado con limón, orégano, chile verde, lima agria, cebolla morada; me encanta el sabor de tu mezcal, “néctar de dioses” extraído a través de un ritual artesanal que involucra a tu gente en labrantíos de magueyeras que pueblan tus parajes, cocimientos en hornos subterráneos  que acogen cabezas de maguey labrado, elaboración de amasijos hechos a golpe de mazo, fermentos en barricas de madera, y la destilación minuciosa realizada en alambiques.
Revitalizo mi existir en el decir  y hacer de tu gentío participante en la velación de la novia, el enlace matrimonial y la tornaboda efectuados en Bodas tradicionales realizadas  en el barrio del Santuario; gozo el baile del Calabaceado en tus fiestas familiares y la suntuosidad de la entrega de trastos que se ofrendan a los recién casados. Reverencio misticismo y fe manifestados por gente devota que se involucra en   pedimento de lluvias  o  agradecimiento a sus dioses ya en El Cerro de Pacho, ya en el pozo de Ostotempan ya en Conecintla o en Xomislo, parajes poseídos de cruces y reminiscencias prehispánicas.

Disfruto la visión de tus arcos, impregnados de flores y alegorías mortuorias colocados a lo largo de la calle de la Igualdad, y el jolgorio que se realiza El Día de Muertos en las inmediaciones de tu  cementerio resguardado por la arcada que muestra la sentencia: “Aquí terminan las ambiciones  humanas". Participo en las Ofrendas dedicadas a Los fieles difuntos ya en los hogares ya en las tumbas o en la explanada de tu plaza principal; respeto la solemnidad en los aconteceres mortuorios; reverencio  tus sepulcros que resguardan referencias del ayer y dan razón  de crónicas de  fe y aconteceres plasmados en lápidas y cruces hechas de granito o palodulce.

Me extasía la suntuosidad de tu Tianguis impregnado de verdores avizorados  en hortalizas y fragancias procedentes de mercadelas, margaritonessangre de cristotapayolas,perritos, nube, azucenas y más florescencias  cultivadas en amelgas que semejan mosaico de matices aposentados en hojas y corolas; me deleita la sabrosura de tu cocina excepcional evidente en el fiambre, el pozole y tu mole verde con tamales tololoches; me agasajo en la delicia que proviene de tu tradicional huacaztoro, la birria, las chalupitas, los tacos dorados y las tostadas; me embelesa la ricura de su atole blanco acompañados detorrejas, calabaza, pachayota, tejocotes y cáscara de naranja endulzados con piloncillo; me fascina consumir tu pan de horno, empanadas cacahuazintles que realzan la  sabrosura de sus acostumbradas nieves de leche y demás sabores;  me encanta beber tu aromático chocolate acompañado de semitas, hojaldres, conchas, marquesotes,

Admiro tu arcilla transformada por las manos hábiles de tus artesanos aposentados en el barrio del Fortín, lugar de alfareros; gozo el delineado en veces caprichoso de tus calles que orientan el transitar de  los viandantes; disfruto recordar nombres y características de tus barrios típicos: Cantarranas, Santuario, Santiago, San Lucas, San José, San Agustín Tlatelulco; reverencio la solemnidad que inspiran tus iglesias, capillas y ermitas impregnadas de plegarias y expresiones rogativas provenientes de personas oriundas y  peregrinos que arriban fervorosos a tus ferias religiosas; abrevo en el contenido histórico y cultural de tus Murales, obra pictórica excepcional auspiciada por la Asociación Nacional de tixtlecos y Amigos, plasmados  por Jaime Antonio Gómez del Payán en la casona que alberga el Ayuntamiento Municipal; sacio mi curiosidad en tus monumentos, edificios y plazuelas que son muestrarios del hacer significativo de tus hombres y mujeres que se han involucrado  en afanes emancipadores; distraigo mis pensamientos en la charrerías y jugadas de sementales vacunos realizadas por hombre de a caballo, toreadores y montadores en tu corral de toros.

Me alienta la labor conjunta de tus docentes, alumnos y padres de familias realizada en tustemplos del saber; me fortalecen los  momentos vividos en tus prestigiadas instituciones educativas; me  vigorizan las palabras y el hacer de tus maestros; me prenda la excelsitud que irradia la escuela normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa proveniente de su otrora imagen de Alma Mater forjadora de profesores rurales que sembraron la luz del saber en la mentes de niños, jóvenes y adultos habitantes de comunidades alejadas y las más de las veces rezagadas.
Sacio mi sed de saber en el decir y hacer de tu gente; hallo fortaleza y rumbo en el haber de tus poetas y escritores que externan odas a hombres y mujeres que dedicaron sus afanes y sacrificio al servicio de movimientos libertarios destinados a lograr un México sin ataduras; deleito mi ser en la espectacular ejecución de tus Sones de tarima y La Danza de los Manueles; encuentro esparcimiento en tus noches poseídas de plenilunios reflejados en tu  laguna; gozo la tibieza de tus aguas aposentadas en Teoixtla lugar de legendarias leyendas; aprecio la diversidad habido en tu paisaje ya en la extensión del Valle Tistlan que te da cobijo, ya en la grandiosidad avizorado en tu volcán inactivo llamado Chomixlo, en la extensión de la Loma larga, en la majestuosidad del Cerro Pacho, y en los parajes deMechazingo, Amatitlán, Chaltepetla, Cacaxcotla, Cuamanco, Coyopula,... Hallo recuerdos de mi niñez y juventud en la extensión  de tu laguna, La Poza del Tigre, las hondonada habidas en los arroyos que drenan cerros y lomeríos; descubro vestigios de mi ayer en la oquedad de El Resumidero, La cueva del Viejo Ranero, la barranca de Chompito y Los Tepolsis; encuentro  sosiego en la ermita que resguarda la imagen de San Antonio en el cerro deTexcalzin, y la capilla erigida a la Virgen de Guadalupe en las inmediaciones de El Huamuchilito;  disfruto la narrativa en voz de la  gente de antaño que habla del Viejo Ranero, Las Zihuatatayotas,  El Burro sin Cabeza, La mujer de blanco, El diablo y el Zahorín, La Gallina con pollos; hallo raigambre en la forma y el decir de los seres míticos yPersonajes Pueblerinos  que, junto con otras expresiones, conforman el andamiajes literario que prestigia y muestra matices de tu haber cultural.

Y al hurgar en el baúl de recuerdos, encuentro vestigios de los juegos infantiles en los que se involucraban niños que se columpiaban de un árbol, saltaban la reata, retozaban sobre el caballo trazado en planicies de tus callejuelas, jugaban canicas en las delimitaciones de romboides o círculos dibujados en tu suelo terroso; tropiezo con minucias del trajín de tu gente pequeña fascinada en el juego de rondas, los quemados, las agarradas, los encantados; extraigo de entre otros hechos acontecidos en las inmediaciones de tu caserío, travesuras de tus adolescentes y jóvenes participando en vuelos de papalotes, montando becerros, asaltando huertos, refrescando sus cuerpos en pozas y charcos o en aventuradas caminatas por el rumbo de Las piedras Altas, La Ciénaga, Loma de muertos, Santa Rosa, Amatitlán, Mechazingo, Los Amates, Temixco, Cacazcotla, Coyopula; saco a relucir de entre tus ayeres adormilados, actuaciones de tu comunidad estudiantil participativa en desfiles patrios, encuentros deportivos y bullicios que exaltan tu presencia; descubro el decir y hacer de tus hombres y mujeres que paso a paso han trazado y construido tu grandeza que enorgullece a propias y extraños;  hallo en tus devenires, reminiscencias de tus avenidas y callejones otrora llamados: del Pujido, Calle ancha, de los huesos, del empedrado, la Estación, la Alberca, la Copil, la Alameda, del brinco,... En mi búsqueda ocasional, topo con aconteceres significativos para quienes participaban en paseos familiares realizados a las orillas de tus arroyos Xaltipan, Cocuilpan, Coxtlapa, La Rezumbadora, o en las cercanías de tus presas impregnadas de aguas cristalinas; exhumo la utilidad de tu Corral de concejotrasmontado por la vacada que año a año era trasladada a los parajes que contenían rastrojo de sembradíos recientes y hierbas comestibles a campo razo; encuentro peculiaridad de tus antiguas ferias santorales desarrolladas en plazuelas animadas por quienes trepaban el palo encebado, promocionaban la mujer araña, invitaban al incauto para que participara en el juego de la bolita. Luego de quedar pensativo, como si estuviera en ese escenario de participación y suspenso, recuerdo al hombre que  anunciaba las cartas de su lotería, diciendo a grito abierto, “corre y va, cuadro grande o chico, y línea como salga: la cobija de los pobres, el sol; el que anda con dos cueros, el tambor; el que le cantó a San Pedro, el sol; el sombrero de los reyes, la corona; el que por la boca muere, el pescado; farol de los enamorados, la luna; don Ferruco en la alameda, el catrín,… Y, sin mucho esforzarme en la búsqueda de momentos de antaño, mi mente queda suspendida en la música, espectáculos y jolgorios vividos en tu otrora exitoso  salón “Cine esperanza.”

Por esto y más, que de sí tienes amada ciudad de Tixtla de Guerrero, Gro., México, eres acopio de mis afectos, cuna de mis ancestros, y resguardo de aconteceres que deambulan en la amplitud del valle que te acoge como lo más preciado y significado del suelo patrio.

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