La negativa de Consejo Municipal de Fomento Económico para dar estímulos fiscales a millonarios proyectos de inversión que generarán empleo y diversificarán la oferta turística de Acapulco es un obvio acto de presión al empresario Juan Antonio Hernández Venegas para que contrate los servicios de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco.
Así se entiende la decisión tomada en el sentido de que los hoteles Mundo Imperial, Princess y Pierre Marqués, propiedad del dueño de Grupo Autofin se autoabastecen de agua potable mediante un permiso de extracción de la Comisión Nacional del Agua, pese a que el gobierno municipal cuenta con la infraestructura hidráulica para darle el suministro.
El ex director de la CAPAMA Mario Pintos Soberanis, afirmaba a finales del año pasado que si esos tres hoteles pagaran a la paramunicipal, ésta podría cubrir el pago mensual de su nómina que es del orden de los 19 millones de pesos.
Esto sin duda aliviaría un poco la crisis financiera que enfrenta el organismo operador del agua. Aunque es un mito del gobierno de Adela Román Ocampo porque los tres hoteles no suman en realidad un consumo equiparable a la nómina de la CAPAMA, ni han dejado de pagar en su totalidad. Por poner un ejemplo, con el permiso de la Conagua el hotel Princess redujo su pago de facturas a 350 mil pesos mensuales, de un total de 1 millón 200 mil pesos que era lo que en realidad pagaba.
Habría que contrastar además cuánto generan esos hoteles en inversión, empleos directos e indirectos, así como en diversificación de la oferta turística tan necesaria para que Acapulco siga competitivo ante los nuevos polos de atracción que existen en el mercado mexicano.
A esto se debe sumar la inversión de mil millones de dólares que hizo el empresario Juan Antonio Hernández con el gobernador Héctor Astudillo Flores, de un estadio de tenis, el Nao de China Center, y un hospital para el turismo de salud, segmento de mercado que México encabeza en América Latina, ha crecido año con año entre personas de alto poder adquisitivo y para el cual, Acapulco no tiene una sola oferta.
Es comprensible que exista prisa por amarrar esa inversión y porque en el contexto del Tianguis Turístico sea anunciada ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que no se necesita ser un genio financiero para entender que los capitales a invertir son más beneficiosos que el buscar salidas fáciles a problemas financieros que corresponde al gobierno de Adela Román Ocampo resolver sin afectar a Acapulco.
Los miembros del Consejo piden tiempo para llegar a una conclusión obvia: están cambiando los pesos, por los centavos.
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