Es voluntario y gratuito, ejercer la sostenibilidad para el mundo.
El pasado jueves 11 de julio, se conmemoró el Día Mundial de la Población. El Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo lo estableció en 1989, en el que se pretende centrar la atención en la urgencia e importancia de las cuestiones relativas a la población mundial. El Día se celebró por primera vez el 11 de julio de 1990 en más de 90 países, por lo cual la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 45/216 de diciembre de 1990, decidió continuar con la iniciativa del Día Mundial de la Población para aumentar la concienciación sobre las cuestiones relacionadas con este ámbito, incluidas sus vinculaciones con el medio ambiente y el desarrollo. Un factor que ejemplifica al ser humano, es que unos 225 millones de mujeres que no desean quedarse embarazadas no utilizan métodos contraceptivos seguros y efectivos. Las causas van desde la falta de acceso a información o servicios, hasta la ausencia de apoyo de sus parejas o comunidades. La mayoría de estas mujeres que no pueden satisfacer su necesidad de anticonceptivos, viven en 69 de los países más pobres del planeta. El acceso voluntario a métodos seguros de planificación familiar es un derecho humano, clave para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Este año el Día Mundial de la Población coincide con la Cumbre sobre la Planificación Familiar, el segundo encuentro dentro del marco de la iniciativa “Planificación Familiar 2020”, cuyo objetivo es facilitar el acceso a este tipo de servicios a 120 millones más de mujeres.
Cabe mencionar que una de las herramientas usadas para diagnosticar un núcleo poblacional, es el proceso de sostenibilidad (cultural, económico, ambiental y social), para poder coincidir en prácticas útiles y no en fallidas acciones de gobiernos locales o entidades con millones de ciudadanos. En México hace un par de días, autoridades de gobierno, tercer sector y empresarios, así como profesionales y conocedores inauguraron la sexta edición del Foro Internacional de Sustentabilidad y Responsabilidad Social. Todo el discurso ocurrió en las instalaciones de Poliforum León, en Guanajuato.
Por otro lado, es necesario subrayar las directrices para erigir una gobernanza sustentable, ya que estudia todos los mecanismos, procesos y reglas a través de los cuales ejercen los agentes de cambio, en los segmentos políticos y administrativos de una organización. Busca comprender por qué y cómo queda determinada la conducta de dichos conjuntos, por todo el variado número de factores y leyes que influyen sobre ella. A través de una visión, los emprendedores sociales crean fortificaciones, tales como iniciativas y proyectos a través de una idea, para generar el ánimo de comprometerse para progresar en el ámbito de la sustentabilidad. Una acción creativa sistemática para que nuestra niñez aspire a ser un líder en nuestro país y fuera de él. Debemos trabajar en un amplio espectro, pero concentrados en cinco ejes: arte, academia, ecología, medio ambiente y sustentabilidad.
La población puede reparar el daño al planeta. Con métodos y asimismo reaprender cómo y cuándo concientizar. Por ejemplo, José Sarukhán Kermez, biólogo investigador y ex rector de la UNAM, indica que “todos hablan a favor de la sustentabilidad, la palabra está muy prostituida” y que pocos entienden cabalmente, la sustentabilidad es la antítesis de que el crecimiento económico implica contaminar. Es decir, plantar un árbol, no tirar basura o cuidar el agua no es ser sustentable, sino que es la capacidad de diseñar una forma de vida en la sociedad, para no poder en riesgo las generaciones venideras.
Otro docto en la materia es Adam Werbach. Un emprendedor ambiental, que desde temprana edad ha destacado en la sustentabilidad en los negocios. Este joven cofundador de Yerdle y reconocido por su discurso “¿El ambientalismo está muerto?” remarcó que “uno de los escenarios contra el cambio climático es que veremos grupos en las redes sociales que impulsarán una cultura sustentable siendo completamente independientes de las organizaciones ambientalistas tradicionales como Greenpeace o Sierra Club o incluso de las ideas de las Naciones Unidas. Serán simples grupos en Facebook pidiendo políticas sustentables”.
El término desarrollo sostenible o sustentable, hace su primera aparición en un documento oficial firmado por treinta y tres países africanos en 1969, bajo los auspicios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En el mismo año, en América nace la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental), cuyas directrices han influido enormemente en el desarrollo de teorías y prácticas de las políticas ambientales mundiales. En la ley que constituyó la NEPA, (el National Environmental Policy Act de 1969), el desarrollo sostenible se definió como un “Desarrollo económico que pueda llevar beneficios para las generaciones actuales y futuras sin dañar a los recursos o los organismos biológicos en el planeta”.
Sin embargo, nos remontamos a 1798, donde Thomas Robert Malthus publica su “Ensayo sobre el Principio de la Población”, donde explica su famosa “Teoría Poblacional”. En ella dice que la población tiende a crecer más rápido que los recursos. Esto es una realidad en la actualidad, en un mundo superpoblado y cada vez más explotados los recursos. El planeta no tiene tiempo de regenerarse. Malthus fue un economista, demógrafo, clérigo anglicano y erudito británico con gran influencia en la economía política y la demografía.
Miembro, desde 1819, de la Royal Society. Su obra que se reeditó en 1803 con importantes modificaciones. El libro nació como consecuencia de las discusiones entre Malthus y su padre, quien, como buen discípulo de Godwin, sostenía que la miseria era una consecuencia del papel desempeñado por malas instituciones, ya que la Tierra podía alimentar a todos los seres humanos, y lo único necesario era que mejorase la asistencia pública contenida en las “leyes de pobres” inglesas, para conseguir así una mayor igualdad social.
El origen del concepto sostenibilidad o sustentabilidad con el significado con la que lo conocemos actualmente, se remonta hace 29 años. En 1987 aparece por primera vez en el famoso Informe Brundtland (también titulado “Nuestro Futuro Común”) elaborado por varios países para la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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