LA VIOLENCIA, Y LA
INSEGURIDAD, ES LAMENTABLE, condenable y repudiable por donde se le vea. Sin
embargo, para prevenirla, combatirla y perseguirla, se requieren hechos
concretos y contundentes contra ella. Se requiere pues que el gobierno, en su
más alto nivel, haga lo suficiente para proteger la vida de las personas, y en
segundo término, su patrimonio.
Cierto es que en Guerrero
los índices delincuenciales han disminuido de manera considerable; sin embargo,
hay que decirlo, siguen ocurriendo. Y es que pese a la acción de las
autoridades, la violencia, y los homicidios parecen no tener fin. La violencia,
dicen los que saben, es de origen estructural.
Hay que decirlo. Sin duda
les sobra razón a las víctimas, y a los familiares de éstas para tener coraje,
frustración, deseos de venganza y por supuesto, de armarse para defenderse. Sin
duda que ante la delincuencia, es válido el deseo de autoprotegerse.
Lo que no parece válido es
que algunos estén utilizando a los niños, supuestamente para defenderse, cuando
lo que se ve es que son utilizados como carne de cañón. Y es que, si los
adultos han fracaso para defenderse de los delincuentes, qué los hace pensar
que lo harán sus hijos, menores de edad? O qué les hace pensar que lo harán las
mujeres con hijos en brazos, a quienes también han armado?
Sin duda que los policías
comunitarios, que en un primer momento nacieron en la Montaña, cumplieron con
su papel de proteger a sus pueblos, y sin duda que también lo hicieron en un
principio otros grupos de policías comunitarios, también llamados de autodefensa,
pero ahora…
¿Cómo es posible que al
dirigente de la UPOEG lo cuiden policías del estado? ¿Cómo es que grupos de
autodefensa soliciten que los cuiden policías estatales o federales? ¿Qué caso
tiene entonces de que existan? ¿Es que acaso el líder de la UPOEG no confía en
sus policías como para protegerlo, o es que acaso los autodefensas no son
eficaces?
Hay que decirlo. Más allá
de los pleitos entre los grupos de policías comunitarios, como los que existen
en la Montaña baja, y los que existen entre los grupos de autodefensa, por su
origen y por los intereses que protegen, todo indica que dejaron de ser
eficaces, pues ahora, algunos de ellos, como ocurre en Chilapa, están armando a
los niños como carne de cañón en su autodefensa.
Ni duda que tienen razón
en armarse, ni duda que por sobrevivencia, los afectados por la violencia
tienen que protegerse, pero es incomprensible que estén armando a los niños. No
es motivo el que sean víctimas de la violencia, el que sean huérfanos, para que
se les ponga en primera línea, como carne de cañón.
No es nuevo, hay que
decirlo, que los niños, y las mujeres, sean utilizados por la delincuencia para
cometer delitos. Se entiende, y se cree que es porque no tienen el cuidado de
sus padres, de sus familiares, pero no entiendo que se tenga que armar a los
hijos para enfrentar a los delincuentes.
Primero armaron a las
mujeres de un pueblo de Zitlala. Algunas, con niños en brazos, se dijo que
se defenderían de los delincuentes.
Ahora arman a los niños en otro pueblo de Chilapa, con el mismo motivo. ¿Y
quién los arma? ¿Quiénes son esos que los adiestran en el manejo de las armas?
Nadie, en su sano juicio,
mandaría a su hijo, o a su nieto, como carne de cañón. Y es que, qué
posibilidades puede tener un niño de salir ileso en un enfrentamiento?
Hay que decirlo. Algo está
mal en todo esto. Lo más preciso, valioso e importante son nuestros niños. No
es posible que en esta guerra por el control de las drogas y de las plazas
estén los niños, los menores de edad. Sin duda que las autoridades tienen que
hacer mucho más.
Urge en Guerrero, y en
todo México, construir la paz. No es fácil, es un proceso de años, en donde
todos, gobierno y sociedad, deben participar. Hay que empezar desde ahora. No
podemos, no es responsable, y no es ético, heredarles a nuestros hijos un mundo
de violencia y de muerte.
Y no, no creo que la
violencia se acabe con abrazos, como lo dice el Presidente. No creo que
acusando a los delincuentes con su abuela, dejarán de cometer delitos. No creo
que con que lo diga el Presidente, las cosas cambien.
Sin duda, es tarea de
todos. ¿Quién le entra?
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julio651220@hotmail.com
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