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jueves, 23 de enero de 2020

EPÍSTOLAS SURIANAS / (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


LA VIOLENCIA, Y LA INSEGURIDAD, ES LAMENTABLE, condenable y repudiable por donde se le vea. Sin embargo, para prevenirla, combatirla y perseguirla, se requieren hechos concretos y contundentes contra ella. Se requiere pues que el gobierno, en su más alto nivel, haga lo suficiente para proteger la vida de las personas, y en segundo término, su patrimonio.

Cierto es que en Guerrero los índices delincuenciales han disminuido de manera considerable; sin embargo, hay que decirlo, siguen ocurriendo. Y es que pese a la acción de las autoridades, la violencia, y los homicidios parecen no tener fin. La violencia, dicen los que saben, es de origen estructural.

Hay que decirlo. Sin duda les sobra razón a las víctimas, y a los familiares de éstas para tener coraje, frustración, deseos de venganza y por supuesto, de armarse para defenderse. Sin duda que ante la delincuencia, es válido el deseo de autoprotegerse.

Lo que no parece válido es que algunos estén utilizando a los niños, supuestamente para defenderse, cuando lo que se ve es que son utilizados como carne de cañón. Y es que, si los adultos han fracaso para defenderse de los delincuentes, qué los hace pensar que lo harán sus hijos, menores de edad? O qué les hace pensar que lo harán las mujeres con hijos en brazos, a quienes también han armado?

Sin duda que los policías comunitarios, que en un primer momento nacieron en la Montaña, cumplieron con su papel de proteger a sus pueblos, y sin duda que también lo hicieron en un principio otros grupos de policías comunitarios, también llamados de autodefensa, pero ahora…

¿Cómo es posible que al dirigente de la UPOEG lo cuiden policías del estado? ¿Cómo es que grupos de autodefensa soliciten que los cuiden policías estatales o federales? ¿Qué caso tiene entonces de que existan? ¿Es que acaso el líder de la UPOEG no confía en sus policías como para protegerlo, o es que acaso los autodefensas no son eficaces?

Hay que decirlo. Más allá de los pleitos entre los grupos de policías comunitarios, como los que existen en la Montaña baja, y los que existen entre los grupos de autodefensa, por su origen y por los intereses que protegen, todo indica que dejaron de ser eficaces, pues ahora, algunos de ellos, como ocurre en Chilapa, están armando a los niños como carne de cañón en su autodefensa.

Ni duda que tienen razón en armarse, ni duda que por sobrevivencia, los afectados por la violencia tienen que protegerse, pero es incomprensible que estén armando a los niños. No es motivo el que sean víctimas de la violencia, el que sean huérfanos, para que se les ponga en primera línea, como carne de cañón.

No es nuevo, hay que decirlo, que los niños, y las mujeres, sean utilizados por la delincuencia para cometer delitos. Se entiende, y se cree que es porque no tienen el cuidado de sus padres, de sus familiares, pero no entiendo que se tenga que armar a los hijos para enfrentar a los delincuentes.

Primero armaron a las mujeres de un pueblo de Zitlala. Algunas, con niños en brazos, se dijo que se  defenderían de los delincuentes. Ahora arman a los niños en otro pueblo de Chilapa, con el mismo motivo. ¿Y quién los arma? ¿Quiénes son esos que los adiestran en el manejo de las armas?

Nadie, en su sano juicio, mandaría a su hijo, o a su nieto, como carne de cañón. Y es que, qué posibilidades puede tener un niño de salir ileso en un enfrentamiento?

Hay que decirlo. Algo está mal en todo esto. Lo más preciso, valioso e importante son nuestros niños. No es posible que en esta guerra por el control de las drogas y de las plazas estén los niños, los menores de edad. Sin duda que las autoridades tienen que hacer mucho más.

Urge en Guerrero, y en todo México, construir la paz. No es fácil, es un proceso de años, en donde todos, gobierno y sociedad, deben participar. Hay que empezar desde ahora. No podemos, no es responsable, y no es ético, heredarles a nuestros hijos un mundo de violencia y de muerte.

Y no, no creo que la violencia se acabe con abrazos, como lo dice el Presidente. No creo que acusando a los delincuentes con su abuela, dejarán de cometer delitos. No creo que con que lo diga el Presidente, las cosas cambien.

Sin duda, es tarea de todos. ¿Quién le entra?

Comentarios: julio651220@hotmail.com


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