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lunes, 6 de abril de 2020

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


LA PARTE MÁS INTENSA DE LA PANDEMIA aún no ha llegado, puntualizó este domingo el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, la cual estimó se concretice para finales de abril y los primeros días de mayo. Es decir, los muertos de ahora por contagio del coronavirus son sólo una muestra de lo que habrá de venir; y más aún, la enfermedad no está controlada, y en consecuencia, miente quien afirma lo contrario, aunque sea el mismo Presidente de la República.

Mientras tanto, la suma de decesos en el país, por la pandemia que ha causado estragos en países de Europa, e incluso en nuestro vecino del norte, los Estados Unidos de América, en donde las muertes ya se cuentan por miles, es de 94, así como 2 mil 143 casos confirmados, 5 mil 209 sospechosos, y 10 mil 682 casos negativos. En Guerrero, por su parte, las cifras son de 3 defunciones, 30 casos confirmados, 11 sospechosos, y 160 negativos.

Triste, y lamentable situación. Y es triste y lamentable porque el país, con todo y que el presidente dice que está preparado para enfrentar la pandemia, en los hospitales no hay ni siquiera guantes, cómo en el IMSS, en otros faltan mascarillas, y en otros más, no hay personal médico suficiente, de ahí la contratación que a marchas forzadas se está haciendo.

Por cierto. A estas alturas, aún no hay un medicamento específico contra la enfermedad que provoca el coronavirus; lo que hay son avances de investigaciones, y algunos experimentos para combatirlo. Hasta ahora, quienes se han sobrepuesto a la enfermedad es porque las defensas de su cuerpo se sobrepusieron al virus.

En consecuencia, no queda más que hacer caso, y uso, de las indicaciones de prevención, como el lavarse las manos con jabón de manera continua, cuidarse al estornudar, mantener la sana distancia, y lo más importante, mantenerse en casa y con ello evitar salir a la calle y las aglomeraciones.

Hay que decirlo. De todas las recomendaciones para evitar el contagio, la principal, y por ende la más importante es quedarse en casa, pues con ello se evita el contacto con otras personas y en consecuencia el contagio y su propagación. Sin embargo, hay que decir también que es la más difícil de cumplir para la gran mayoría de quienes trabajan por un salario.

En efecto, salvo los burócratas, es decir, los que trabajan en el gobierno federal, en los gobiernos estatales y los gobiernos municipales, incluyendo los maestros, que son lo menos, tienen un salario asegurado, de tal forma que si suspenden las labores, como lo decretaron las autoridades, ellos siguen cobrando con todo y sus prestaciones, lo que no ocurre con quienes laboran en la iniciativa privada, y menos en la economía informal.

Así es. La inmensa mayoría de los trabajadores de nuestro país, dado la situación económica y bajos salarios, viven al día, de ahí que es imperativo para ellos salir diariamente a ganarse el pan de todos los días, por lo cual les es difícil quedarse en casa y guardar la “cuarentena” como proponen las autoridades.

Por supuesto, dicen, “yo quisiera quedarme en casa aunque sea un día y estar con la familia, para no tener el riesgo de contagiarme, pero si no trabajo no comen mis hijos”, o “acaso va a mantenerme el gobierno los días que no trabaje”?

Y es cierto. Hasta ahora no hay una estrategia conjunta, mucho menos global, en apoyo a quienes tienen que trabajar diariamente para poder comer, pagar la renta y la energía eléctrica. Hasta ahora, los gobiernos estatales, al igual que el de algunos municipios, han anunciado medidas de ayuda a este amplio sector de la población para mitigar sus necesidades, mientras que el gobierno federal, el del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se niega a apoyar a las empresas con el fin de que éstas les sigan pagando a sus trabajadores.

Es triste, pero así son las cosas. Hasta ahora no hay un plan de acción del Presidente de la República en apoyo a las clases trabajadoras, y no me refiero a los burócratas, que ellos bien pueden quedarse en casa mientras les sigan pagando puntualmente su salario. Me refiero a la gran mayoría de mexicanos que ni siquiera están afiliados al IMSS, y en consecuencia no tienen prestaciones. Me refiero a quienes trabajan en pequeños negocios, o incluso en la informalidad, y en consecuencia no tienen un salario asegurado.

Cómo, pues, podrían quedarse en su casa, si van al día, y a fin de mes tienen que pagar renta y la energía eléctrica?

Y lo, peor. Hasta ahora, el Presidente de la República no ha dicho cómo va a apoyar a estos miles, cientos de miles de trabajadores. Y es que, no habrá dinero para apoyarlos, pero sí para sus proyectos personales que, dicen los especialistas, son inviables.

Y eso que aún no llega lo peor de la pandemia, según Hugo López-Gatell. Así que, si cree en Dios, rece y encomiéndese a él, porque del gobierno federal, muy poco o nada hay que esperar. Con decirles que aún siguen comprando equipo médico para enfrentar el coronavirus.

Comentarios: julio651220@hotmail.com




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