Roberto Santos Salvador |
El incremento de personas
infectadas por covid-19 en Guerrero fue de 310 por ciento en apenas 15 días, y
el virus ya alcanzó a municipios que habían estado libres de contagios.
Esa es la información que
este día domingo dio el gobernador, y prosiguió en el llamado insistente de
quedarse en casa y de no salir más de lo necesario.
Aunque parece que estos
llamado caen el vacío, porque mucha gente sigue actuando como si estos días
fueran de vacaciones, como los jóvenes que en la operación rastrillo
implementado por el gobierno municipal de la capital, fueron detenidos
ingiriendo bebidas alcohólicas en bares, cantinas y en negocios de venta de
cerveza.
Realmente no se sabe qué
va a suceder con este virus en las calles del estado de Guerrero, y quizá sean
necesarias medidas más drásticas para evitar crezca el número de contagios.
Albert Camus describe en
su obra La Peste, el comportamiento de la gente ante una epidemia, nada
diferente a lo que en estos días pasa en las ciudades de Guerrero, al señalar
que “nuestros conciudadanos eran como todo el mundo”, no creían en las plagas.
“La plaga no está hecha a la medida de los hombres, por lo tanto es irreal, un
mal sueño que tiene que pasar.”
“Pero no siempre pasa y de
mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan…nuestros conciudadanos no
eran más culpables que otros, se olvidaban de ser modestos…y pensaban que todo
era posible para ellos, lo cual daba por supuesto que las plagas eran
imposibles. Continuaban haciendo negocios, planeando viajes, y teniendo opiniones.
¿Cómo hubiera podido pensar en la peste que suprime el porvenir, los
desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre mientras
haya plaga.”
A esta idea de que nada
pasa y se puede seguir actuando individualmente, se le puede contrastar con las
disposiciones que tomó el gobierno de Italia con sanciones de hasta 3 mil euros
a ciudadanos que incumplieran las disposiciones de aislamiento social.
Y esa decisión se tomó
cuando se rompió la tendencia a la caída de víctimas mortales que ya había
comenzado a sentirse, y de pronto se dio un repunte que tuvo que ver con el
incumplimiento de quedarse en casa.
Hoy la población de
Guerrero apenas llega a un 46 por ciento de inmovilidad, es decir, ni el 50 por
ciento acatan la medida de quedarse en casa, y puede ser entendible por las
características del tipo de trabajo que realizan la mayoría de los
guerrerenses, pero también hay que mencionar que existe un gran porcentaje de
jóvenes y adultos que salen a divertirse o salen de casa solo porque no creen
en la pandemia, como relata Albert Camus en La Peste.
La cantidad de personas
detenidos la noche del día sábado en la ciudad de Chilpancingo asistiendo a
bares, tomando en expendios de bebidas alcohólicas es una clara muestra de que
no todos respetan las medidas implementadas por las autoridades de salud.
Eso y la falta de
sanciones administrativas hace que el estado sea uno de los que no ha logrado
reducir la movilidad de la población, de acuerdo al informe técnico diario en
Palacio Nacional, donde la Secretaría de Salud federal mostró que los
guerrerenses no han acatado totalmente el mensaje de “Quédate en casa” para
respetar la cuarentena, y evitar un incremento de casos positivos de Covid-19.
Aunque el gobernador
Héctor Astudillo Flores, y los presidentes municipales hagan las acciones que
están en sus manos realizar para prevenir esta enfermedad, finalmente será la
gente la que cargue con la responsabilidad de seguir saliendo a echar cotorreo
sin importarle si se contagia o no.
Para bajar el optimismo de
aquellos que insisten en ignorar las medidas preventivas, en Guerrero se cuenta
solo con 464 camas, 133 ventiladores en 8 hospitales, y hasta el momento ya se
han ocupado el 11 por ciento de camas.
Así que quizá sea mal
visto por algunos, pero serán los más quienes aplaudirán las acciones que está
tomado el presidente de Chilpancingo, Antonio Gaspar Beltrán, con el operativo
rastrillo para multar a quienes siguen sin atender el llamado de las
autoridades y poniéndose en riesgo de contagiarse y después hacer cadena de
infección con sus familiares.
Una medida semejante,
aunque sin llegar a sanciones aún, es lo que hace la presidenta municipal de
Acapulco, con un operativo para evitar aglomeraciones, por lo que este sábado
se dispersaron a 138 personas que se encontraban conviviendo en diversos
establecimientos de la colonia Centro, como en el restaurante Las Gaviotas,
donde estaban 13 en convivencia, 4 en el
bar Pingüi, otras 4 en el Bar Julius, y 10 que se encontraban en la marisquería
El Caracol.
Parece que sin medidas más
severas, sin llegar a la violación a los derechos humanos, será casi imposible
reducir la movilidad poblacional y hacer consciencia del cuidado estricto en
aquellos que tienen que salir a laborar, para bajar ese porcentaje tan alto de
contagios y de fallecidos en Guerrero
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