El próximo 30 de julio se
cumplirán 22 meses de la llegada de Adela
Román Ocampo a la Alcaldía de Acapulco, tiempo en el que se ha ganado el repudio de la mayoría de
los acapulqueños por la forma en que ejerce el poder.
En lugar de esforzarse por
realizar una buena administración y atender con sensibilidad las demandas
ciudadanas, doña Adela está más enfocada en asuntos político-electorales, ya
que uno de sus asesores le ha metido la
idea de que ella será elegida como candidata de Morena a la gubernatura de la
entidad.
Este jueves durante una
entrevista virtual que le hicieron reporteros de varios medios digitales del
puerto de Acapulco, reiteró que le
gustaría ser candidata de Morena. Aunque aclaró que esa situación “no está
en sus manos”.
“He manifestado mi deseo,
mi anhelo de participar en el proceso ele
ctoral, me encantaría ser la candidata
de Morena. (…) Quiero participar porque soy una mujer comprometida con su
estado que la vio nacer”, dijo.
Ninguna ley le impide
participar en el próximo proceso electoral. El problema de la alcaldesa porteña es que si no puede con los
problemas de Acapulco, menos podrá con los problemas de las 7 regiones de la
entidad.
Olvida que llegó a ser
presidenta municipal gracias al efecto
AMLO y que en 2021 el presidente de
la República no estará en la boleta electoral, por lo que los candidatos
que postule Morena para los diferentes cargos de elección popular, tendrán que
hacer una intensa campaña. Y una campaña se gana con votos, propuestas y una
buena imagen.
Desafortunadamente,
Adela Román no cuenta con una estructura que le permita pelear en las grandes
ligas ni aliados que le ayuden. Y lo que es peor, su gobierno está reprobado a
nivel nacional.
El pasado 13 de julio, Consulta
Mitofsky publicó una encuesta correspondiente al mes de junio,
ubicándola en los últimos lugares.
De 100 alcaldes avaluados,
quedó ubicada en el lugar 79, ya que el 66.3% de los acapulqueños encuestados
desaprueban su gestión, y el 32.6% la aprueba.
Ni
con todo el apoyo brindado por el gobierno federal a su administración ha
podido obtener buenos resultados, ya que sus gobernados la perciben como una
gobernante insensible a las causas sociales, que se rodea de pésimos
funcionarios y asesores y que es intolerante a la crítica.
En efecto, Adela Román es intolerante a la crítica. Ni
siquiera acepta que los integrantes del Cabildo que encabeza cuestionen sus
decisiones y acciones.
Recordemos que sus
principales críticos son: Matilde Testa
García, su suplente en la Alcaldía, y los síndicos Leticia Castro Ortiz y Javier
Solorio Almazán.
Su relación con los dirigentes
y diputados de Morena, no anda muy bien que digamos. Es más, cuatro
legisladores locales y las dos diputadas federales por Acapulco buscan la
Alcaldía y que ella no pueda reelegirse, ya que ha afectado la imagen de Morena
y la Cuarta Transformación.
Este jueves también hizo
un reproche a los que la cuestionan al interior de Morena.
“Piensan que hacer
política dentro de un mismo partido es denostando y debilitando a los
compañeros del mismo instituto político y esto logra a hacer que la sociedad no
vea con confianza a este partido político”, dijo.
Es tanta su intolerancia a
la crítica que el pasado 14 de julio advirtió que procederá legalmente contra
aquellos que cuestionan a su administración y a su familia, argumentando que
hay una campaña orquestada –por sus adversarios– en su contra, “quienes le temen
a un cambio verdadero”.
Lo
que Adela Román realmente quiere ver, escuchar y leer en los medios de
comunicación son maravillas de su gobierno. O sea, un mundo color de rosa que
solamente está en su imaginación.
Lo cierto es que los
problemas de Acapulco crecen día con día, y no solamente por la contingencia
sanitaria y económica generada por la pandemia del Covid-19, sino por el
valemadrismo e intolerancia de su gobernante.
Si sigue rodeándose de
funcionarios y asesores ineficaces no alcanzará ni una curul en la próxima
legislatura local. Al tiempo.
ENTRE
OTRAS COSAS… Durante la sesión virtual de la Mesa de
Coordinación para la Construcción de la Paz, que se realizó este jueves, el
gobernador Héctor Astudillo Flores
exhortó a los alcaldes y ciudadanos en general a evitar conglomeraciones por
fiestas que contribuyan al contagio por Covid-19.
“Hacer manifestaciones,
procesiones, fiestas, sencillamente está prohibido, esto derivado del documento
publicado en el Diario Oficial del Estado sobre los acuerdos tomados entre los
tres poderes de gobierno, por lo que no están autorizados este tipo de eventos
para evitar contagios masivos”, señaló.
Ojalá las autoridades
municipales y la ciudadanía sean más conscientes del incremento de contagios
por coronavirus, ya que sería lamentable que Guerrero pase nuevamente a
semáforo rojo.
Por eso es necesario que
la población haga uso del cubrebocas, gel antibacterial y aplique la sana
distancia.
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efrain_flores_iglesias@hotmail.com
Twitter:
@efiglesias
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