miércoles, 4 de noviembre de 2020

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Chilapa y la elección de 2021


El pasado 9 de septiembre inició formalmente el proceso electoral en el estado de Guerrero, el cual concluirá el domingo 6 de junio de 2021, día de la Jornada Electoral. Desde entonces y a pesar de la pandemia del Covid-19, los aspirantes a la gubernatura intensificaron sus actividades en las siete regiones de la entidad.

Los principales protagonistas en este proceso electoral son el PRI, Morena y el PRD, siendo éste último el que lleva ventaja en la definición de su candidato y en lograr la unidad interna.

En el PRI también se percibe unidad y respeto entre los aspirantes a la gubernatura, no así en Morena, en donde todos los días los equipos de los aspirantes se atacan despiadadamente.

Eso es en lo que respecta a la lucha por la gubernatura, pero muy pocos hablan de la guerra electoral que se avecina en los municipios.

Para el tratadista italiano Giannini, el municipio es “un ente público territorial en el que se manifiestan poderes públicos independientes del Estado. Es un ente representativo de una comunidad local. Es una persona jurídica pública, un ente representativo de un ordenamiento jurídico particular, con autogobierno y autonomía política”.

De lo anterior puede deducirse que el municipio es la organización de una comunidad local asentada en un territorio delimitado que cuenta con un gobierno y tiene facultades para gestionar con autonomía los intereses propios de esa comunidad.

Como primer nivel de gobierno del sistema federal, el municipal emana democráticamente de la propia comunidad. El gobierno municipal se concreta en el Ayuntamiento, su órgano principal y máximo que ejerce el poder municipal. O sea, un presidente municipal o alcalde es la autoridad más cercana que tienen los habitantes de un municipio.

El estado de Guerrero está conformado por 81 municipios, y es probable que en los próximos meses el Congreso local apruebe la creación de otros cuatro: Temalacatzingo, Santa Cruz del Rincón, San Nicolás y Las Vigas.

Algunos de los que han tenido el privilegio de gobernar Guerrero, han sido también alcaldes de sus respectivos municipios. René Juárez Cisneros (Acapulco), Zeferino Torreblanca Galindo (Acapulco) y Héctor Astudillo Flores (Chilpancingo), son tres claros ejemplos.

De los 81 municipios que más aportan votos en una elección de gobernador son: Acapulco de Juárez, Chilpancingo de los Bravo, Zihuatanejo de Azueta, Iguala de la Independencia, Taxco de Alarcón, Coyuca de Catalán, Ometepec, Chilapa de Álvarez y Tlapa de Comonfort.

En esta ocasión hablaremos de Chilapa de Álvarez, municipio situado en la región Centro y que es considerado como la puerta a la Montaña.

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010, realizado entre el 31 de mayo y 25 de junio de dicho año, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el municipio de Chilapa de Álvarez cuenta con 120 mil 790 habitantes (57,940 hombres y 62,850 mujeres). El 1.87% de la población proviene de otras entidades de la república. El 36.50% de la población es indígena, el 30.19% de los habitantes habla alguna lengua indígena, y el 9.31% habla la lengua indígena pero no el español.

Tal vez con el Censo que se realizó a principios de este año, la población haya aumentado en un 3 por ciento.

Lo cierto es que el municipio de Chilapa de Álvarez cuenta con 147 comunidades, siendo Ayahualulco, Nejapa y Acatlán las localidades más grandes después de la cabecera municipal y que aportan buenos votos a la hora de elegir a sus autoridades.

Desde hace varios años, el PRI ha gobernado “La Atenas del Sur”.

Solamente en una ocasión ha perdido la Alcaldía. Y fue en 2002 ante el PRD y su candidato Maclovio Ariza Acevedo. Pero tres años después, la priista Alicia Zamora Villalva recuperó el poder para su partido.

En la elección de 2018, el tricolor estuvo a punto de perder el poder.

Jesús Parra García, quien en 2015 llegó a la presidencia municipal luego del asesinato de Ulises Fabián Quiroz, buscó la reelección hace dos años, y ganó, pero por un margen muy reducido, ya que obtuvo 15 mil 126 votos frente a los 14 mil 494 que obtuvo Antonio Hernández Godínez, del PRD.

 Y eso no es todo. El ex candidato de la coalición del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el Partido Encuentro Social (PES), Orencio Bello Sánchez, logró 10 mil 969 votos.

Quien minimice el avance de la oposición en Chilapa, vive en el error.

Si el PRI quiere retener el poder en 2021, debe dejar a un lado la soberbia y elegir a un buen candidato, alguien que tenga presencia en las comunidades y en la cabecera municipal.

Y en este momento el más posicionado por su trabajo y lealtad al tricolor es, sin lugar a dudas, Leocadio Ávila Palacios, quien desde 1976 milita en el PRI y ha ocupado importantes responsabilidades, tanto partidistas como en la administración pública municipal y estatal.

“Leo” o “Profe Leo”, como es conocido popularmente por los chilapeños, ha sido dos veces regidor, director municipal de Agua Potable, director de Desarrollo Rural municipal, tesorero municipal en el trienio 2005-2008, director de Administración y Finanzas de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado (2015-2018).

Asimismo, ha sido coordinador en la Montaña Baja de las campañas a gobernador de René Juárez y Héctor Astudillo (1999 y 2015), y coordinador de campaña de Alicia Zamora en la elección de alcalde (2005), distrito local 03 (2002), distrito 06 federal (2009) y distrito local 25 (2018).

Leo no es un político improvisado, sino un político que conoce los problemas sociales de Chilapa y que atiende con humildad y sencillez a la gente de las comunidades, porque es un personaje que no lo marea el poder.

Insisto, si el tricolor realmente quiere retener la gubernatura el próximo año, tendrá que elegir a personajes competitivos para las presidencias municipales.

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E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com

Twitter: @efiglesias

 

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