lunes, 11 de octubre de 2021

EPÍSTOLAS SURIANAS De Julio Ayala Carlos Sánchez Esquivel, seudo reyecito en el Congreso


LO DIJIMOS A TIEMPO, Y EN SU MOMENTO: el diputado Alfredo Sánchez Esquivel era el peor candidato, de entre los diputados de Morena, para ser el coordinador de ellos en el Congreso local, y en consecuencia, presidente de la Junta de Coordinación Política de la 63 Legislatura local. Y es que ya había dado muestras de ello en la Legislatura anterior, de ahí que volverlo a elegir para el mismo cargo, era volver a cometer los mismos errores, excesos e incluso las mismas estupideces

 

Hay que decirlo. Precisamente por culpa del falso indígena, es que el Congreso del estado, a través de la 62 Legislatura, de la que también fue presidente de la Jucopo en su parte final, no se eligió al nuevo Auditor Superior del Estado, e integrantes de diversos organismos, y también, por su culpa, no se llevó a cabo la glosa del último informe de gobierno, producto de su incapacidad para lograr acuerdos y consensos, entre otros pendientes.

 

“Esquivel se cree un reyecito, y actúa como dictadorcito, pero lo vamos a bajar de su pedestal”, me dijo un diputado local de oposición, quien añadió: “cree que porque engañó a los indígenas de Ayutla, a las autoridades del IEPC y a las autoridades electorales jurisdiccionales, en el Congreso va a hacer lo mismo. Se cree muy listo”, reiteró el legislador.

 

Y según cuentan diputados de su propio partido, el diputado Alfredo Sánchez Esquivel era peor. Y es que incluso pretendió mandarlos como si fueran sus empleados porque supone que es inamovible debido al grupo al que pertenece, lo que coincide con un diputado del PRD: “tuvimos que quejarnos con la gobernadora electa para que Esquivel le bajara; de lo contrario le advertimos de las consecuencias que podría tener”.

 

No obstante, el indígena blanco parece que no entiende, o mejor dicho, se pasa por el arco del triunfo los acuerdos de quien será, a partir del jueves 15, la gobernadora del estado, y menos aún de quien estará tras el trono, es decir, su padre, el senador Félix Salgado. Con todo y ello, Sánchez Esquivel hace lo que quiere en el Congreso del estado.

 

Por supuesto, con las consecuencias respectivas, lo que parece no importarle nada de ello, a pesar de que con su actitud no solo pone en riesgo las actividades del Legislativo y la relación entre las diversas fracciones parlamentarias y representaciones de partido, sino con la relación entre poderes, principalmente con el Ejecutivo. Precisamente por ello es que a más de un mes de iniciar la actual Legislatura, la integración de las comisiones respectivas no se han integrado, lo que mantiene paralizado las tareas sustantivas del Congreso.

 

Así es, dijera el Maestro. Si bien algunos diputados han presentado iniciativas diversas, éstas ni siquiera pueden analizarse, mucho menos discutirse y aprobarse por el hecho de que no están integradas las comisiones legislativas correspondientes, de tal forma que lo único que se ha aprobado en el pleno son acuerdos y exhortos que en los hechos no representan gran cosa, mientras las iniciativas de reformas o adición a la ley se acumulan.

 

Aunado a ello, lo ocurrido el viernes pasado, cuando la gobernadora electa acudió a la sede del Congreso para acciones de logística sobre su toma de protesta, sin que se haya enterado e invitado  a la presidente de la Mesa Directiva, la diputada Flor Añorve Ocampo, ciertamente mete en un gran problema a la futura gobernadora en su relación con el resto de las fracciones parlamentarias y representaciones de partido representadas en el Legislativo, de ahí que las reformas a la Constitución local está en riesgo, así como la aprobación de diversos mecanismos que contemplen las dos terceras partes de la votación requerida.

 

Todo ello, decíamos, por culpa de Sánchez Esquivel quien no solo carece de la capacidad para lograr acuerdos, sino también por su falta de compromiso para hacer del Congreso del estado un punto de encuentro, de consensos, de compromiso y trabajo en favor de Guerrero.

 

Hay que decirlo. De continuar el falso indígena como presidente de la Jucopo, difícilmente podrá avanzarse en la aprobación de leyes y en consecuencia del andamiaje jurídico que requiere el estado para avanzar hacia el desarrollo. No mientras haya gente como él, que actúa como emperadorcito, engolosinado con el poder y el presupuesto del Congreso para hacer de ellos lo que quiera, mientras Guerrero requiere la conjunción de esfuerzos sin importar partidos ni colores.

 

Comentarios: epistolassurianas@hotmail.com

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