martes, 12 de febrero de 2013

DESINFORMACION A MODO: EL CASO DE TURISTAS ESPAÑOLAS Por Rodrigo Huerta Pegueros*


Rodrigo Huerta Pegueros

Desinformar es silenciar interesadamente la verdad de lo que ocurre por medio de diversos procedimientos retóricos.
Esto, es precisamente lo que nos está ocurriendo con mayor frecuencia en la entidad y lo podemos corroborar casi a diario durante la consulta que hacemos a los diversos medios de comunicación, sean estos impresos o electrónicos.
Un ejemplo de reciente factura es lo que ha ocurrido desde el pasado 4 de Febrero del año en curso, fecha en que se dio a conocer a los medios de comunicación la denuncia interpuesta por más de una docena de personas que fueron vejadas y violadas por un número impreciso de hombres encapuchados y armados, es una finca ubicada en el balneario de Barra Vieja, perteneciente al municipio de Acapulco.
A partir de que la información se hizo pública, diversas voces interesadas y otras desinformadas, dieron a conocer versiones diversas sobre lo acontecido y de la forma como los turistas atropellados llegaron al lugar y fueron víctimas de los sujetos hasta este momento desconocidos.
Lo peor, mejor dicho, lo mas lamentable, no es que personas que no tienen nada que ver con la investigación hayan salido a comentar sobre los sucesos, sino que precisamente, los encargados de llevar a cabo las pesquisas se hayan atrevido a construir una falsa imagen de eficacia y eficiencia al asegurar que ya habían sido identificados los responsables del criminal acto de abuso sexual.
La retórica, como en todo acto de desinformación, no podía quedar atrás y esta salió a relucir de inmediato al prometer el gobierno del estado que ‘’no habrá impunidad para los agresores’’ o bien con la afirmación del alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, si comprometerse a ‘’dar mayor seguridad a los visitantes’’.
La desinformación generada por los entes oficiales del estado y el municipio se fue construyendo día a dio con la complicidad inercial y natural de los medios de comunicación, quienes sin un ápice de responsabilidad ni de autocrítica repiten y repiten todo lo que sale de la boca o de las oficinas de comunicación social del estado o del municipio de Acapulco, abonando con ello a incrementar no solo la confusión sino el descrédito del que son dueños los gobernantes en turno.
No habían transcurrido ni 72 horas del impactante drama de las turistas españolas, cuando la policía ministerial, perteneciente a la Procuraduría General de Justicia del Estado, afirmaban haber interrogado a varios sujetos a los que mantenían detenidos e incomunicados en forma por demás ilegal y contrario a las normas que rigen en un Estado de derecho.
Mientras esto decían los ministeriales, el alcalde porteño se desmarcaba del hecho y echaba la culpa a  los cuerpos de seguridad del estado y la federación y los culpaba de no estar bien coordinados para realizar esta función en beneficio no solo del turismo sino también de los habitantes de la localidad.
La incontinencia verbal del gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, volvió a reiterar lo que mas parecía un deseo que realidad ‘’ya hay pistas de los atacantes’’, desinformaba (sin dar datos concretos) el hombre que se podría considerar el mejor informado de la comarca guerrerense.
Cinco días mas tarde de los hechos denunciados, los policías miniseriales del estado vuelven a informar sobre ocho personas detenidas y presuntamente involucrados en estos hechos. (Ojo con la afirmación).
Al sextor día, salen los familiares de los detenidos por la PGJE para demandar su presentación y para denunciar la forma brutal como actuaron los policías y que cometieron el delito de tortura. A esta actuación, el mandatario estatal aseguraba (nuevamente sin asidero alguno) que no se fabricarían ‘’chivos expiatorios’’.
Los familiares insistieron e insisten que se libere a los detenidos por falta de pruebas y por estar sometidos a una incomunicación violatoria a los derechos humanos (¿ y la CODEHUM?), aunque se filtró la información (sin nombres) de que dos de los retenidos son culpables de agresión sexual (pero por un caso distinto).
La confusión aumenta. El descrédito se acrecienta. Las víctimas no encontrarán justicia. La impunidad seguirá cabalgando en Guerrero. La retórica ya no da para más. Los esfuerzos por echarle la culpa a la federación continúan tanto de parte del gobierno estatal como del municipal de Acapulco. Se quieren lavar las manos y las caras. No lograrán tal propósito si no dan con el paradero de los verdaderos responsables de los hechos delictivos cometidos contra las turistas españolas.
Al parecer no ocurrirá pronto. Ya todos recularon. No tienen nada en las manos. Los detenidos no son ni de cerca culpables de la agresión contra las españolas. Les resultó que detuvieron a quienes son indiciados de otro caso similar pero ocurrido hace ya casi medio año y que por casualidad dieron con ellos.
La desinformación sigue su curso. La retórica es increíble. Los gobernados de Acapulco y de Guerrero somos presa de una comunicación social inverosímil y que a diario comete el despropósito de hacer cómplices de sus estrategias de desinformación a los medios y a los periodistas quienes hoy aceptan sin chistar estas reglas del juego por demás lejanas a su deontología.
Periodista/Analista Político*

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