
Los medios se han
fragmentado, un grueso ha entendido que lo que ocurre dentro del gremio
magisterial, son caprichos personales y no una mera actitud de otorgar una
educación o un panorama digno al estudiantado en aras de entender, aprehender y
aprender los programas básicos de educación. Otorgar pensamientos.
En tanto, unos medios exponen
el panorama tal cuál es: marchas, gritos, tendederos, largas filas, etc...etc.
Otros, muestran con claridad lo que ocupa a estos mentores: su ambición por
seguir manteniéndose en diversos puestos públicos o privados; pero si ocupando
y aguardando su canonjía salarial en cualquier escuela; porque en ello lo que menos importa: es dar clases.
Algunos reporteros egresados
de universidad, trabajan con ética; otros
más, sin ese recurso y débil el bolsillo,
pues pecan. Pero, otros fuertes en el espíritu no cejan de invitar al
magisterio a regresar a las aulas. Otros más son fedayines, sicarios de la
información, con tarifa y precio. Dicho en el argot “pago por evento”.
No informar con claridad, no
hacerlo es oscurecer la visión de los leen a golpe de calcetín; es no informar
a quienes leen distraídamente; es dejar que el rumor alcance dimensiones que
rebase no tan solo al mismo lector, sino a quien escribe. No se puede redactar
a modo. No es permisible hacerlo creando confusión, creando vacíos, creando
falsos lectores. Ese periodista es el que abunda. Harto.

Hasta en tanto los medios no
cumplan su función de ser mediadores y propaladores de las buenas nuevas, con
la veracidad que el caso requiere; pero también con la sapiencia que da el
estudio, hasta entonces no se habrá cumplido la encomienda. Caso contrario se
estará en el mismo nivel y cariz del magisterio retrógrado, cómodo y abyecto,
que tanto se ha hablado, escrito y analizado.
*www.guerrerogradocero.blogspot.com
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