domingo, 12 de mayo de 2013

LA TAREA INCONCLUSA DE CHUAYFFET

Ciudad de México.- El 17 de agosto del año pasado, el entonces diputado federal, Emilio Chuayffet, anunció públicamente su retiro de la escena política. “Como en todas las carreras, se acerca la hora del retiro. Y como dicen por ahí, ‘el político que no sabe retirarse a tiempo, termina abandonado por la política’”, señaló al rendir su Tercer Informe de Actividades en Atlacomulco, Estado de México, ante el gobernador de dicha entidad, el priista Eruviel Ávila.
El plan de Chuayffet, tras concluir la LXI Legislatura, era dedicar su tiempo a la investigación en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de su alma máter, la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se graduó como abogado en 1974, y a la cual regresó en 1998, tras renunciar a la Secretaría de Gobernación por la matanza de 45 indígenas tzotziles en Acteal, Chiapas.
Tres meses después de su anuncio, el presidente Enrique Peña Nieto impidió su eventual retiro; lo invitó a asumir la titularidad de la Secretaría de Educación Pública y le encomendó una misión: hacer transitar la reforma educativa.
Adicto al trabajo, militante del PRI de toda la vida –ingresó al partido antes que a la universidad, en 1969– y con un carácter que lo ha llevado a ser acusado públicamente de soberbio e intransigente, Chuayffet fue designado por Peña Nieto para operar la aprobación de la reforma educativa en el Congreso, hacer frente a la oposición del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y desactivar el movimiento magisterial que podría organizarse en torno al rechazo a la reforma.
A cinco meses de su nombramiento, se atribuyen al nuevo secretario de Educación Pública dos aciertos: la aprobación de la reforma a los artículo 3 y 73 constitucionales en sólo dos meses y, tras la detención de la ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, conseguir que dicho sindicato se pronunciara a favor de la reforma educativa.
La aprobación en tiempo récord de la reforma fue producto de un intenso cabildeo que Chuayffet tomó como una tarea personal. Compareció ante las comisiones de Educación del Senado y la Cámara de Diputados y mantuvo reuniones privadas con legisladores de oposición comisionados por cada uno de los principales partidos políticos para atender el tema educativo en el seno del Pacto por México, entre ellos Jorge de la Vega, Raúl Morón y Fidel Demesis por el PRD, y Juan Carlos Romero Hicks, por parte del PAN.
A las reuniones acudía solo, sin subsecretarios, ni siquiera la de Educación Básica, Alba Martínez, especialista con más de 20 años de experiencia en el tema educativo.
A pesar de esos esfuerzos, Chuayffet no logró que la reforma propuesta por el Ejecutivo federal fuera aprobada en sus términos.
El 12 de diciembre pasado, el Panal, partido ligado a Elba Esther Gordillo, amenazó al PRI con romper la mayoría que mantienen en la Cámara de Diputados si no se eliminaba la propuesta de que la permanencia de maestros, directivos y supervisores en el sistema educativo, estuviera condicionada por las evaluaciones.
El acuerdo fue que no se eliminaría la palabra “permanencia”, pero sí se incluiría un transitorio según el cual, este ordenamiento no se aplicaría de manera retroactiva.
Para cambiar la postura del sindicato respecto a la reforma, Chuayffet fue menos sutil. Se lanzó con todo en sus discursos y aprovechó la crisis generada en el sindicato tras la aprehensión de la lideresa Elba Esther Gordillo para forzarlo a “bajar el tono” de su rechazo a la reforma.
No obstante, también enfrenta algunos problemas que ponen en duda su estilo duro: al movimiento opositor a la reforma, que se previó sería sólo magisterial, se le han unido bases sociales en los estados de Guerrero y Michoacán, y las iniciativas de leyes reglamentarias no fueron presentadas en el pasado periodo de sesiones, como lo tenía previsto, debido a que no existe aún el consenso necesario para su eventual aprobación.
La discusión de dichos ordenamientos deberá esperar a que concluya una serie de foros propuestos por legisladores de la oposición ante el aumento del número de estados que se oponen a lo que hasta ahora es el único logro concreto del Pacto por México: la reforma educativa.
Mano dura
Emilio Chuayffet es un priista de hueso colorado que en más de 40 años de carrera política ha ocupado todo tipo de cargos públicos locales y federales, entre los que destacan dos diputaciones federales (legislaturas LIX y LXI), la presidencia municipal de su natal Toluca, la dirección general y después la presidencia del Consejo General del Instituto Federal Electoral, la gubernatura de su estado natal y la Secretaría de Gobernación.
Conoció al actual Presidente en 1993, cuando Peña Nieto era tesorero del Comité de Financiamiento de la campaña del PRI que llevó a Chuayffet a la gubernatura del Estado de México. Durante su administración de dos años –renunció en junio de 1995 para convertirse en el segundo secretario de Gobernación de Ernesto Zedillo–, la carrera del actual jefe del Ejecutivo cobró el impulso requerido para jugar en las ligas mayores de la política: Chuayffet nombró a Arturo Montiel secretario de Desarrollo Social y Peña Nieto se convirtió en su secretario particular, cargo que lo catapultó en la escena mexiquense.
Quienes conocen a Chuayffet lo califican como un hombre culto, inteligente y estricto en el trabajo. Su característica principal, dicen, es que siempre está leyendo algo: un libro, documentos oficiales o el periódico.
Sus colaborares aseguran que es un obsesivo del trabajo, que de lunes a domingo viste de traje. Diariamente acude a su oficina de la SEP y, aunque no se quede todo el día, es común verlo salir con documentos entre las manos, mismos que revisa desde su casa.
Para sus detractores, Chuayffet es un hombre intransigente, soberbio, cerrado al diálogo y propenso a la mano dura.
Una escena, ocurrida en la Cámara de Diputados, ilustra el carácter del mexiquense: en noviembre de 2011, en medio del debate de la reforma política, el diputado del PAN Javier Corral acusó al priista, entonces presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, de sesgar la conducción de los debates a favor de su partido.
En respuesta, el priista señaló: “es de un hartazgo insoportable que una persona, y no un partido, se dedique a insultar llamando autoritario y parcial a quien ha tenido una trayectoria que en los hechos y no en el discurso ha demostrado lo contrario.
“¿Qué pasa con esa persona que no está en las grandes negociaciones, que su partido lo ocupa para lo que sirve, para la camorra, que no es más que un chicanero del trámite, que le falta talento que sustituye con impostura de voz y con mímica aprendida en la academia Andrés Soler? Ni modo señor Corral, no le queda más destino que el que su propio nombre le impuso, ser un corral y nada más”.
Ante ello, el panista declaró en tribuna: “aquí lo que usted ha dado son muestras, primero, de una soberbia infinita, de un empecinamiento insospechado. Ha sido usted la gran pifia de presidente de la Cámara de Diputados”.
La reforma educativa
Representantes de organizaciones civiles, políticos y maestros aseguran que estas características, tanto las cualidades como los defectos, han estado presentes en la negociación de la reforma educativa.
“En las reuniones que hemos tenido con el secretario nos queda claro que es un priista de la vieja guardia: es muy educado, se expresa a la perfección, escucha, pero no toma en cuenta lo que dices, lo que propones. Nos da la impresión de que las reuniones con la sociedad civil son un mero trámite para no dar la imagen de que la reforma es una acción unilateral”, sostiene un especialista que solicita el anonimato para evitar ser excluido de la eventual discusión de la legislación secundaria.
La designación del priista al frente de la SEP, agrega el académico, es como haber contratado a un defensa de futbol americano que no permite que pase aquello que su entrenador le dice que no debe pasar.
Políticos y maestros cercanos a la negociación de la reforma educativa comparten esta opinión.
“Es un político con mucha experiencia y trae muchas tablas en cuestión política. Lo noté en la comparecencia (ante diputados el 7 de marzo pasado) un poco soberbio, como queriendo imponer de alguna forma sus ideas en cuanto a la reforma. No permitió incluso que se le pudiera cuestionar. Habló, habló y habló, desarrolló todo su tema al grado de, con el conocimiento de causa, cansar al auditorio”, señala el panista Alberto Díaz, integrante de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados.
“Chuayffet es un hombre del sistema, es un hombre disciplinado, pero también con experiencia”, sostiene el perredista Fidel Demesis Hidalgo, uno de los legisladores designados para negociar la reforma educativa al interior del Consejo Rector del Pacto por México.
“Antes de que estuvieran trabajando la propuesta de reforma planteó (Chuayffet) un diálogo con todos los actores de la educación, incluso, un tanto socarronamente, dijo que se podía reunir con la Coordinadora (Nacional de Trabajadores de la Educación). En la práctica jamás se ha sentado a dialogar con nosotros a pesar de que ya llevamos aproximadamente seis reuniones con el subsecretario de Gobernación (Luis Enrique Miranda)”, sostiene Juan Melchor, uno de los maestros que forma parte de las mesas de negociación entre la Segob y la CNTE.
Y agrega: “en las mesas de trabajo con Gobernación hemos planteado una entrevista con la SEP para discutir temas y establecer acuerdos, porque le reconocemos como patrón. Sólo una vez estuvo Rodolfo Tuirán (subsecretario de Educación Media Superior), pero sólo tomó nota, planteó en qué consistía la reforma y no hubo ningún compromiso de diálogo”.
A prueba
La sola designación de Chuayffet como secretario de Educación Pública fue leída como una afrenta del nuevo gobierno a la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien recibió el día de la toma de protesta de Peña Nieto una segunda cubetada de agua fría: el anuncio en Palacio Nacional de una reforma que permitiera al gobierno recuperar las riendas de la política educativa, como parte de sus 13 primeras acciones.
Su conocida rivalidad desde que la maestra era priista no fue desmentida por Chuayffet en sus primeras entrevistas como titular de la SEP. Al contrario, desde ese cargo le declaró la guerra a la lideresa vitalicia del SNTE.
En prácticamente todos los discursos pronunciados a partir de enero, hizo alguna referencia a lo que llamó “la intromisión” del sindicato magisterial en la confección de la política educativa y el “hartazgo” de la sociedad ante los maestros faltistas.
No obstante, fue el discurso del 25 de febrero pasado uno de los más duros en contra del magisterio. Durante la ceremonia de promulgación de la reforma educativa, Chuayffet advirtió: “vamos a perseverar y a seguir convocando a todos para que la autoridad siga siendo la rectora en materia educativa y que esa rectoría ni se traicione, ni se empantane, ni sea motivo de chantaje, ni mucho menos, como ha sido, de frivolidad”.
Este discurso se dio un día después de que, mediante un comunicado, el SNTE lo acusara de ser ignorante en el tema educativo, y unas horas antes de que la PGR detuviera a Gordillo en el aeropuerto de Toluca, acusada de desvío de recursos.
Chuayffet no participó en las reuniones en donde se decidió la detención de la maestra, pero sí aprovechó la crisis que ésta generó al interior del sindicato para “aplacarlo”.
El 27 de febrero, tras la detención, el SNTE celebró una reunión en Guadalajara –a la que iba a acudir Gordillo– y durante ésta, el nuevo secretario general ejecutivo del sindicato, Juan Díaz de la Torre, declaró entre aplausos: “a nuestra dirigente, la maestra Elba Esther Gordillo, le ratificamos nuestra lealtad, nuestro cariño y nuestra solidaridad. Confiamos en la maestra y esperamos justicia”.
Un día después, en su primer discurso como presidente del SNTE, anunció que el sindicato avalaría la reforma educativa de Peña Nieto: “es importante señalar nuestra disposición para transformar e ir a la siguiente etapa de las reformas de nuestro Sindicato que se derivan de la última gran crisis de 1989″.
Este fue el punto final de la rivalidad entre Chuayffet y Gordillo, la cual surgió en 2003, cuando el priista le arrebató la coordinación del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados y promovió su expulsión del partido, luego de que la maestra insistiera en imponer un acuerdo entre ella y el entonces presidente Vicente Fox para aplicar el IVA en alimentos y medicinas.
La aprobación en sólo dos meses de las modificaciones a los artículos 3 y 73 de la Constitución, la detención de Gordillo y el “cambio de parecer” del sindicato magisterial respecto a la reforma convirtieron a Chuayffet en el secretario de Estado con más avances en su cartera en los primeros 100 días de la administración.
El 3 de abril pasado, durante su participación en el foro México con educación de calidad para todos            , el Presidente agradeció entre líneas la labor de su secretario de Educación Pública.
“Gracias al apoyo de los legisladores, de gobernadores, de líderes políticos y ciudadanos, esta reforma fue promulgada en sólo tres meses a fin de acelerar la transformación educativa del país”, dijo.
Pero el auténtico desafío a los dotes políticos de Chuayffet apenas comienza.
Para el investigador de la Universidad Nacional Autónoma Metropolitana, Hugo Aboites, el movimiento magisterial en estados como Guerrero, Michoacán y Oaxaca, la adhesión a éstos de organizaciones civiles y policías comunitarias, y el retraso en la entrega de las iniciativas de ley reglamentaria de la reforma educativa a la Cámara de Senadores –que será la de origen– y la negociación salarial con el SNTE, ponen a prueba al secretario.
“Hay grandes dilemas y contradicciones. ¿qué van a hacer con los maestros?, ¿van a empezar a disparar contra ellos en la Autopista del Sol?, ¿van a librar 2 mil órdenes de aprehensión?, porque dos no van a acabar con el movimiento. ¿Se van a ir por ese camino? Yo espero que no”, señala.
Y agrega: “tampoco pueden abandonar su reforma, ¿qué van a hacer?, ¿dejarla así nada más, colgada? Es el gran avance del Pacto por México, entonces ¿qué va a funcionar de ese pacto? Están en una situación verdaderamente difícil”.
A la falta de canales de diálogo con los maestros disidentes, se suma la negociación salarial de la SEP con el SNTE. Reforma publicó el 7 de mayo pasado, que el sindicato demanda un incremento salarial del 7 por ciento; no obstante, la SEP cuenta con recursos presupuestales para brindarles únicamente el 3 por ciento.
La negociación salarial con el SNTE se desarrolla mientras integrantes de la CNTE se preparan para salir a la calle en megamarchas el próximo 15 de mayo, Día del Maestro.
De acuerdo con líderes sindicales de la CNTE, ese día se llevará a cabo una megamarcha en diferentes puntos del país, la más grande será en el Distrito Federal, para lo cual desde al 1o. de mayo pasado comenzaron a llegar contingentes de diferentes estados que se instalaron en un primer momento frente al Palacio de Minería.
Otras megamarchas se realizarán en Guerrero y Michoacán. En el primero, el gobernador, Ángel Aguirre, anunció que los maestros regresarían a los salones de clase el 7 de mayo. Regresaron, pero el vocero de la Ceteg, Román Maynardo, informó que el regreso a las aulas era para reorganizar el movimiento en contra de la reforma educativa.
Colaboradores de Chuayffet indican que el de Guerrero es uno de los movimientos magisteriales que más le preocupan al titular de la SEP; el otro es el de Michoacán. En ambos ya se han registrado enfrentamientos y disturbios.
Señalan que si bien el secretario se comunica continuamente con los gobernadores de ambos estados para conocer la situación, evita referirse públicamente dichos conflictos.
Para Aboites, la cerrazón del secretario Chuayffet le ha impedido abrir espacios de diálogo con los maestros, mismos que serán necesarios para evitar que sus acciones escalen.
A este panorama crítico se suma otro factor: el retraso en la elaboración de las leyes reglamentarias de la reforma constitucional en materia educativa. Integrantes de las Comisiones de Educación de las Cámaras de Diputados y Senadores señalan que la discusión legislativa comenzará después de una serie de foros en los que participarán académicos, maestros –incluidos los de la CNTE– y autoridades federales y estatales.
Fidel Demesis Hidalgo, senador del PRD, indica que los foros podrían comenzar después del 15 de mayo y prolongarse hasta julio.
“Los foros podrían llevarse a cabo de mayo, junio y julio. Estamos buscando lugares neutrales, se están haciendo las gestiones para que el foro en la Ciudad de México pudiera ser en la UNAM, sobre todo en ese tipo de espacios en donde todos puedan asistir”, señala.
Sobre un periodo extraordinario de sesiones, el presidente de la Comisión de Educación del Senado, el panista Juan Carlos Romero Hicks, señala que aún no hay un consenso, a pesar de que los transitorios de la reforma educativa señalan que la Ley del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación debe ser promulgada a más tardar el 26 de agosto.
“La intención y la necesidad del periodo extraordinario de sesiones está ahí y es nuestro deseo, yo anticipo que sí lo va a haber”, indica.
La negociación
Según legisladores de las comisiones de Educación, los foros no fueron una propuesta bien recibida por el titular de la SEP, pues retrasarán la discusión y eventual aprobación de las leyes reglamentarias, lo que permitiría al Congreso “sacar” únicamente lo que tiene plazo para su promulgación; es decir, la ley del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación.
Los legisladores indican que si bien Chuayffet ya aceptó que los foros se lleven a cabo, aún no se ha discutido el formato de los mismos y las sedes, pues la última reunión que pactaron para analizar el tema fue suspendida a causa del escándalo que se desató por el presunto uso electoral de los programas sociales en el estado de Veracruz.
Coinciden en que la discusión del resto de las leyes reglamentarias se recorrerá hasta el próximo periodo ordinario de sesiones.
Mientras tanto, otro problema se gesta a un par de calles de la sede de la SEP en el Centro Histórico: el jueves pasado, el campamento de maestros de la CNTE que se instaló desde el 1o. de mayo frente a Palacio de Minería, trasladó su plantón a las inmediaciones de Palacio Nacional, en donde están en espera de que concluya el concierto programado para el 10 de mayo, para tomar la plancha del Zócalo capitalino e instalar su campamento de forma indefinida.

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