miércoles, 13 de abril de 2016

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Se le cae el negocio a Tlachinollan

EFRAIN FLORES IGLESIAS
A los cuatro vientos gritan que defienden las causas de los más desprotegidos del estado de Guerrero y descalifican todo aquello que huela o provenga del gobierno. Se sienten impolutos, los salvadores del pueblo, los padres de la defensa de los derechos humanos.

En efecto, me refiero al Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, que dirige el antropólogo Abel Barrera Hernández, quien en materia de transparencia está reprobado, ya que nunca comprueba los recursos millonarios que recibe su asociación civil.

Tlachinollan –de acuerdo a su portal web– empezó a operar en el año 1993 en el estado de Guerrero. Cuenta con dos sedes de atención: La oficina central ubicada en Tlapa de Comonfort, en la región de la Montaña, y una oficina regional en el municipio de Ayutla de los Libres.

“El principio que rige la vida de nuestra institución es solucionar los conflictos a través de la vía pacífica, allanando el camino para la convivencia entre los pueblos, y contribuyendo en lo posible a generar condiciones para que la justicia habite entre los pueblos de la Montaña”, señala en el apartado ¿Quiénes somos?

Pero esa agrupación miente,  pues incita a la violencia, al caos, al desorden. Algunos de sus miembros lo hicieron en Tixtla durante la elección del 7 de junio de 2015, cuando normalistas de Ayotzinapa e integrantes del Movimiento Popular de Guerrero robaron con lujo de violencia material electoral hasta dejarlo en cenizas. Y ahí estuvieron los abogados de Tlachinollan disfrutando el show, la violencia, la violación al derecho al voto de los ciudadanos. La consecuencia de ese acto fue la anulación de la elección y la realización de una extraordinaria el 29 de noviembre pasado.

El abogado más protagónico de Tlachinollan es Vidulfo Rosales Sierra, quien ha aparte de marchar con sus defendidos, bloquear vialidades y lanzar consignas en contra del Estado y sus instituciones, ha sido evidenciado en los últimos días de expresarse groseramente de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014. De “pinches indios piojosos” no los baja. ¡Zas!

En anteriores entregas he señalado que el Caso Iguala ha resultado un jugoso negocio para la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), el Movimiento Popular de Guerrero (MPG), el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI), Felipe de la Cruz Sandoval (vocero de los padres de los 43), Tlachinollan y algunos medios de comunicación que creen encabezar una segunda revolución en el país.

Desde luego que el gobierno federal también tiene parte de culpa, ya que se ha dejado chantajear por esa bola de vivales que lucran con el dolor de los familiares de los normalistas desaparecidos y que ha permitido que cometan actos vandálicos.  

El reclamo de los padres de familia es legítimo. Se entiende el dolor por el que atraviesan. Lamentablemente, algunos han actuado con ingenuidad al dejarse pastorear por gente perversa, sin sentimientos. Los lobos vestidos de cordero les han dicho que el Estado tiene a los muchachos y que serán entregados con vida.

Para Tlachinollan y el GIEI las investigaciones PGR carecen de sustento y que los jóvenes no fueron incinerados en el basurero de Cocula por sicarios del grupo criminal “Guerreros Unidos”.

Policías municipales de Iguala y Cocula que participaron en el ataque armado y desaparición forzada de los normalistas confesaron luego de su detención, que ellos entregaron a los muchachos a miembros de Guerreros Unidos, que los subieron a un camión de carga de tres toneladas y a otro vehículo menor y los llevaron al basurero municipal, situado en una quebrada, y que algunos, al menos 15, llegaron ya muertos asfixiados en el camión. A los que aún estaban vivos, los pusieron en el suelo boca abajo, les interrogaron para saber si pertenecían a alguna organización criminal rival y les dispararon. Después, los arrojaron a un barranco en el basurero y les prendieron fuego. Hicieron una enorme hoguera con los cadáveres, y neumáticos, madera y combustible a lo largo del río San Juan. Las llamas, se prolongaron desde la medianoche del mismo día en que fueron detenidos hasta entrada la tarde del día siguiente.
El pasado 8 de abril, el abogado Vidulfo Rosales, en entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola en Radio Fórmula, reconoció por primera vez que los estudiantes desaparecidos en Iguala “ya están muertos”.

“Bueno, nosotros lo que más queremos es que se castigue a Guerreros Unidos; como ya estoy diciendo, nuestra preocupación es que Guerreros Unidos sigue estando intacto, desde nuestro punto de vista, en Iguala no ha sufrido un desmantelamiento; nosotros no tenemos por qué proteger a criminales, y menos a la gente que junto con la policía desapareció a nuestros compañeros y los asesinó, eso a nosotros nos queda claro”, dijo al ser cuestionado por un audio que se divulgó un día antes en donde se le acusa de haber recibido 200 mil pesos por parte del grupo delictivo “Guerreros Unidos”.
La declaración del abogado provocó el enojo de los padres de los 43 normalistas, quienes le pidieron rendir cuentas y anunciaron que analizarán su permanencia como su representante legal.

Emiliano Navarrete, padre de uno de los normalistas desparecidos, dijo que “está en desacuerdo con Vidulfo Rosales, por lo que hablará con él para aclarar las cosas”. (La Razón de México/13-04-2016).

Y este miércoles, el diario El Universal publicó como nota principal en su portada lo siguiente: “Indios piojosos, llama su abogado a padres de los 43 normalistas”. ¡Zas!

El rotativo obtuvo un audio de una conversación telefónica sostenida entre el abogado Vidulfo Rosales y una fémina (al parecer su esposa) en donde se expresa mal de los padres de los estudiantes de Ayotzinapa.

¡Ay, Tlachinollan! Se les está cayendo el negocio. Y todo por el hocicón de su abogado predilecto. Las evidencias ahí están.

Comentarios: 

E-mail:efrain_flores_iglesias@hotmail.com; 
Facebook: Efraín Flores Iglesias; 
Twitter: @efiglesias








No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.