El pasado 9 de septiembre inició formalmente el proceso electoral en el estado de Guerrero, el cual concluirá el domingo 6 de junio de 2021, día de la Jornada Electoral. Desde entonces y a pesar de la pandemia del Covid-19, los aspirantes a la gubernatura intensificaron sus actividades en las siete regiones de la entidad.
Los principales
protagonistas en este proceso electoral son el PRI, Morena y el PRD, siendo
éste último el que lleva ventaja en la definición de su candidato y en lograr
la unidad interna.
En el PRI también se percibe
unidad y respeto entre los aspirantes a la gubernatura, no así en Morena, en
donde todos los días los equipos de los aspirantes se atacan despiadadamente.
Eso es en lo que respecta a
la lucha por la gubernatura, pero muy pocos hablan de la guerra electoral que
se avecina en los municipios.
Para el tratadista italiano Giannini,
el municipio es “un ente público territorial en el que se manifiestan poderes
públicos independientes del Estado. Es un ente representativo de una comunidad
local. Es una persona jurídica pública, un ente representativo de un
ordenamiento jurídico particular, con autogobierno y autonomía política”.
De lo anterior puede
deducirse que el municipio es la organización de una comunidad local asentada
en un territorio delimitado que cuenta con un gobierno y tiene facultades para
gestionar con autonomía los intereses propios de esa comunidad.
Como primer nivel de
gobierno del sistema federal, el municipal emana democráticamente de la propia
comunidad. El gobierno municipal se concreta en el Ayuntamiento, su órgano
principal y máximo que ejerce el poder municipal. O sea, un presidente
municipal o alcalde es la autoridad más cercana que tienen los habitantes de un
municipio.
El estado de Guerrero está
conformado por 81 municipios, y es probable que en los próximos meses el
Congreso local apruebe la creación de otros cuatro: Temalacatzingo, Santa Cruz
del Rincón, San Nicolás y Las Vigas.
Algunos de los que han
tenido el privilegio de gobernar Guerrero, han sido también alcaldes de sus
respectivos municipios. René Juárez
Cisneros (Acapulco), Zeferino
Torreblanca Galindo (Acapulco) y Héctor
Astudillo Flores (Chilpancingo), son tres claros ejemplos.
De los 81 municipios que más
aportan votos en una elección de gobernador son: Acapulco de Juárez,
Chilpancingo de los Bravo, Zihuatanejo de Azueta, Iguala de la Independencia,
Taxco de Alarcón, Coyuca de Catalán, Ometepec, Chilapa de Álvarez y Tlapa de
Comonfort.
En esta ocasión hablaremos
de Chilapa de Álvarez, municipio situado en la región Centro y que es
considerado como la puerta a la Montaña.
De acuerdo al Censo de
Población y Vivienda 2010, realizado entre el 31 de mayo y 25 de junio de dicho
año, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el municipio
de Chilapa de Álvarez cuenta con 120 mil 790 habitantes (57,940 hombres y 62,850
mujeres). El 1.87% de la población proviene de otras entidades de la república.
El 36.50% de la población es indígena, el 30.19% de los habitantes habla alguna
lengua indígena, y el 9.31% habla la lengua indígena pero no el español.
Tal vez con el Censo que se
realizó a principios de este año, la población haya aumentado en un 3 por
ciento.
Lo cierto es que el
municipio de Chilapa de Álvarez cuenta con 147 comunidades, siendo Ayahualulco,
Nejapa y Acatlán las localidades más grandes después de la cabecera municipal y
que aportan buenos votos a la hora de elegir a sus autoridades.
Desde hace varios años, el
PRI ha gobernado “La Atenas del Sur”.
Solamente en una ocasión ha
perdido la Alcaldía. Y fue en 2002 ante el PRD y su candidato Maclovio Ariza Acevedo. Pero tres años
después, la priista Alicia Zamora
Villalva recuperó el poder para su partido.
En la elección de 2018, el
tricolor estuvo a punto de perder el poder.
Jesús Parra García, quien en
2015 llegó a la presidencia municipal luego del asesinato de Ulises Fabián Quiroz, buscó la
reelección hace dos años, y ganó, pero por un margen muy reducido, ya que
obtuvo 15 mil 126 votos frente a los 14 mil 494 que obtuvo Antonio Hernández Godínez, del PRD.
Y eso no es todo. El ex candidato de la
coalición del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el Partido Encuentro
Social (PES), Orencio Bello Sánchez,
logró 10 mil 969 votos.
Quien minimice el avance de
la oposición en Chilapa, vive en el error.
Si
el PRI quiere retener el poder en 2021, debe dejar a un lado la soberbia y
elegir a un buen candidato, alguien que tenga presencia en las comunidades y en
la cabecera municipal.
Y en este momento el más
posicionado por su trabajo y lealtad al tricolor es, sin lugar a dudas, Leocadio Ávila Palacios, quien desde
1976 milita en el PRI y ha ocupado importantes responsabilidades, tanto
partidistas como en la administración pública municipal y estatal.
“Leo” o “Profe Leo”, como es
conocido popularmente por los chilapeños, ha sido dos veces regidor, director
municipal de Agua Potable, director de Desarrollo Rural municipal, tesorero
municipal en el trienio 2005-2008, director de Administración y Finanzas de la
Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado (2015-2018).
Asimismo, ha sido
coordinador en la Montaña Baja de las campañas a gobernador de René Juárez y
Héctor Astudillo (1999 y 2015), y coordinador de campaña de Alicia Zamora en la
elección de alcalde (2005), distrito local 03 (2002), distrito 06 federal (2009)
y distrito local 25 (2018).
Leo no es un político improvisado, sino un
político que conoce los problemas sociales de Chilapa y que atiende con
humildad y sencillez a la gente de las comunidades, porque es un personaje que
no lo marea el poder.
Insisto, si el tricolor
realmente quiere retener la gubernatura el próximo año, tendrá que elegir a
personajes competitivos para las presidencias municipales.
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efrain_flores_iglesias@hotmail.com
Twitter:
@efiglesias
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