En pocos meses, quizá días, se transformó el
centro simbólico de la Ciudad Capital del estado de Guerrero. Chilpancingo una
pequeña urbe de paso al puerto de Acapulco, la villa importante durante la
luchas de independencia y centro telúrico de las grandes transformaciones de
México con la instalación del Primer Congreso de Anáhuac y centro de palancas
donde se gestó el México de leyes y el inalcanzable sueño que José María
Morelos y Pavón y otros patriotas diseñaron en la letra viva, todavía sin
cumplir a cabalidad de los Sentimientos de la nación.
A 200 años de aquel evento de trascendencia,
la palabra de Morelos, la voz de los sentimientos de la nación, está más viva
que cuando fue escrita. El primer punto de esa ley, ahora que se gesta la
entrega de los energéticos a imperios extranjeros, entre los que destacan
Estados Unidos y España, y que somos espiados hasta si encendemos el auto o el
refrigerador porque los gringos quieren el petróleo y la electricidad en sus
bolsillos; y en caso de llevarse a cabo la firma, México serían un protectorado
de los Estados Unidos y la figura presidencial sería de mero ornato como en las
repúblicas bananeras de centroamericanas de los Rafael Leónidas Trujillo, papa
Doc y compañía.
La vigencia de los Sentimientos de la nación
signados en Chilpancingo, podría ser una arma para los nacionalistas mexicanos que
van a comenzar una lucha contra las leyes propuestas por EPN como lo dice a la
letra el documento d Morelos: “que la América es libre independiente de España
y de toda otra Nación, Gobierno o Monarquía, y que así se sancione, dando al
Mundo las razones…”.
El argumente del siervo de la nación es letal
en estos tiempos de ofertar al país en venta de garaje al mejor postor y a
plazos con monedero electrónico y con premios adicionales: por invertir en
México, gozarán de la no aplicación de impuestos por cien años.
El punto cinco podrá hacer tambalear a las
cámaras de diputados y senadores por la falta de congruencia y nacionalismo: “que
la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que sólo quiere depositarla
en el Supremo Congreso Nacional Americano, compuesto de representantes de las
Provincias en igualdad de números…”.
Del apartado 9 al 11, los Sentimientos son
enfáticos en lo que se ha convertido la carnicería de la patria: “que los
empleos sólo los Americanos los obtengan. Que no se admitan extranjeros, si no
son Artesanos capaces de instruir, y libres de toda sospecha. Que los Estados
mudan costumbres, y por consiguiente la Patria no será del todo libre y
nuestra, mientras no se reforme el Gobierno, abatiendo el tiránico,
substituyendo el liberal, e igualmente echando fuera de nuestro suelo al
enemigo español…”. Y una consigna que se han pasado por el arco de la
corrupción, todos los presidentes de Salinas a Calderón y su corte de lacayos
que hoy gozan de inmensas fortunas a costa del pueblo mexicano, y que conste no
les pongo nombres porque se llenarían planas de nombres de mujeres y hombres
que se han convertido en príncipes rurales a costa del erario público y de la
impunidad reinante:
“que como la buena Ley es superior a todo
hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a
constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia; y de tal suerte
se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la
ignorancia, la rapiña y el hurto…”. Y en cuestiones de ética los sentimientos
son precisos: “que la Esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la
distinción de Castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un Americano
de otro el vicio y la virtud…”. Y en soberanía nacional, es más claro que el
agua que baja por el culebreado en tiempos de lluvias: “que nuestros Puertos se
franqueen a las Naciones extranjeras amigas, pero que éstas no se internen al
Reino, por más amigas que sean, y sólo habrá Puertos señalados para el efecto,
prohibiendo el desembarque en todos los demás, señalando el diez por ciento…”.
Y una práctica común hasta nuestros días no se ha podido erradicar: “que en la
nueva legislación no se admita la tortura…”
Y a unos días de la reforma fiscal, los
empresarios “patriotas” de México ya piden incrementar los impuestos, y con
esto el agobio mayúsculo al pueblo cuando hay recesión económica, fala de
empleos desequilibrio en la balanza de pagos, y al imperio encima de México con
la condescendencia de la clase política: “que se quite la infinidad de
tributos, pechos e imposiciones que nos agobian, y se señale a cada individuo
un cinco por ciento de semillas y demás efectos u otra carga igual de ligera,
que no oprima tanto, como la alcabala, el Estanco, el Tributo y otros; pues con
esta ligera contribución, y la buena administración de los bienes confiscados
al enemigo, podrá llevarse el peso de la Guerra, y honorarios de empleados…”.
Se hace un llamado a todos los que aún creen
en este país a que lean los Sentimientos de la nación proclamados en
Chilpancingo y a que ya no vayan a ver a la selección de soccer, que es un
reflejo de la mediocridad y espíritu de perdedores de la bola de cáfilas
mexicanos que están en el poder. Y para acabarla de amolar, en la tele,
entrevistan a un argentino para que hable sobre el nulo desempeño del
representativo mexicano. Que boludo les salió este chéazteca.
La celebración del Bicentenario, hasta donde
va hasta este domingo, dejó de ser una más expresión de la ruralidad
guerrerense. Hasta donde sé, ha habido eventos importantes como la presentación
del libro sobre el manuscrito Cárdenas, la emisión del timbre postal, un montón
de conferencias en la Universidad Americana de Acapulco, ¿tiene futurismo
político realizar estas conferencias picudas en una universidad privada, será
acaso porque los dueños son miembros de la familia real Ruiz Salinas? Y un buen
número de eventos de gran trascendencia para Chilpancingo, una ciudad olvidada
que hoy gracias a esta celebración comandada por Héctor Astudillo, se ha
levantado del polvo como muestra de que en Guerrero, se pueden hacer bien las
cosas, y no como es costumbre, de que se programan y presupuestas veinte
eventos, y se hace la mitad y la otra mitad es para los bolsillos de los
organizadores.
También, dentro del marco del Bicentenario,
le tocó a Mario Moreno Arcos, la remodelación de la plaza Primer Congreso de
Anáhuac y el hermoseamiento de avenidas y parques. No se olvide que el diseño
de la actual plaza se hizo siendo gobernador Alejandro Cervantes Delgado y como
presidente de Chilpancingo el Dr. Alberto Saavedra Ramos.
Bien por el ayuntamiento que en este mismo
periodo ha iniciado una serie de hermanamientos con capitales del país. Me llama
mucho la atención el hermanamiento con la
capital veracruzana de Xalapa, que cuenta con una amplia infraestructura
cultural y con la que se podrían realizar intercambios culturales. Xalapa será
la sede del festival internacional Hay
festival a donde acuden escritores ganadores del premio Nobel. Bien por
Mario Moreno y su equipo de trabajo.
Esperamos poder asistir a los festejos del
Bicentenario de aquí al 13 de septiembre, si es que invitan, para que en una
próxima Mirada del domingo, realizar
una crónica digna de tan importantes eventos que se han realizado y por
celebrarse en la capital del estado de Guerrero.
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