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domingo, 9 de marzo de 2014

Rogelio Martínez Faz/Matricula Consular en el DF/Cartas desde Chicago

Rogelio Martínez Faz/ La Asamblea del Gobierno del Distrito Federal en la capital mexicana, ya reconoció el matrimonio gay, despenalizó el aborto, aprobó una ley de protección de animales no humanos, derechos indígenas y muchas otras leyes progresistas y liberales. Ahora va por la mota medicinal, después vendrá la del “cotorreo”. Sin embargo, no ha podido reconocer a la Matrícula Consular como una identificación válida a sus paisanos que residen en el extranjero cuando visitan al DF.
La Matrícula es el único documento con el que cuentan miles de defeños como muchos otros paisanos de la República Mexicana para identificarse. Con ella en Estados Unidos se pueden abrir cuentas bancarias, comprar un carro, un seguro o para hacer casi cualquier trámite como sucede en el estado de Illinois.
Pero cuando van a un banco en el DF para cambiar simplemente 20 dólares por pesos en una ventanilla, les piden la credencial de elector, y a falta de este sino niegan el servicio lo ven casi como delincuente o le hacen firmar un afidávit.
Supuestamente para evitar movidas relacionadas al crimen, cuando El Chapo y otros, además de los mismos bancos como Banamex o Citigroup se han visto involucrados con compañías como Oceanografía y la paraestatal PEMEX, en lavado, estafa y robo a manos llenas de millones de dólares.
Este fin de semana el diputado por el Partido Nueva Alianza, Jorge Gavino Ambriz, de la Asamblea Legislativa del DF, en coordinación con el Connecting Immigrant Network de Illinois, dio a conocer a través de la  Coordinación de Comunicación Social un boletín donde se exige al gobierno capitalino reconozca la Matrícula Consular como un documento confiable.
En él se exhorta al Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera Espinoza, a que apoye un Punto de Acuerdo con carácter de urgente, o sea, no es necesario se turne a comisiones (a diferencia de una iniciativa de ley, esta es una propuesta, exhorto o recomendación donde el Pleno se puede pronunciar sin que tenga que ser ley). Der ser aprobado se giren órdenes para que entidades de gobierno y privadas acepten o al menos conozcan la matricula como un documento oficial, como quedo establecido en la Convención de Viena sobre relaciones consulares para atender a connacionales en el extranjero.
De acuerdo con el documento, la Matrícula es de alta seguridad, contra falsificaciones, que tiene hologramas, sellos de protección, logotipos ultravioleta, textos codificados, barra infrarroja y otros candados más que ni la misma credencial de elector, “mica” o “green card” tienen. Bueno, según la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Ahora solo le falta un chip, el que se ponga el jefe de gobierno y la Asamblea del DF y lo vean como una necesidad indispensable, como un asunto económico social que afecta a determinado grupo social como está contemplado en las legislaturas, una verdadera muestra de acercamiento con los paisanos y no solo faramalla entre funcionarios de ambos países que se entregan llaves de las ciudades y se firman convenios que nadie sabe en que acaban.
Es inconcebible que un funcionario mexicano le pida a su contraparte estadounidense en cumbres de pipa y guante, que considere a la matrícula como un documento confiable en el extranjero cuando en su propio territorio la desconoce. Lo que se podría hacer enviando un simple memo a los lugares de interés para que se coloquen donde sea visible y se den los servicios que requieran identificación.
Y es que en oficinas gubernamentales o bancarias, a donde recurren más los capitalinos a solicitar estos servicios ni siquiera conocen la existencia de la matrícula y quienes saben de ella no tienen autorizado para aceptarla como identificación válida. Es más, no falta quien le haga el feo al chilango porque se trata de un “extranjero” renegado. Ahora solo falta que se tenga que esperar hasta la aprobación de la marihuana recreativa para que con una sonrisa incontenible le vean la gracia.

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