Entrevista Con Julio César Ocaña, autor de la novela “Mara, vivir por siempre”. Primera novela del autor, que ya se encuentra en diversas librerías de la ciudad de México, Gandhi, El sótano y otras más
El aspecto del disfrute; por
ejemplo he leído poemas. Al momento de
estar leyendo, hilando las palabras una con otra: lo disfruté.
Al hablar acerca del olor,
el escritor dijo tú le das a leer una novela a varios lectores. Y cada uno
habrá de opinar y te divierte ver que ocasionó tu obra en las personas.
Mientras unos con párrafos lloran; otros son alegres.
Comparto y me gusta
compartir. Por ello escogí jóvenes en la presentación de mis libros. Saber que
espontaneidad le iba acarrear la lectura.
Con relación a los afectos y
sin sabores de la humildad, señala que la personalidad del periodista René
Avilés Fabila, su presentador de “Mara”, en Acapulco, precisó, “Es un hombre
sencillo, es un ser humano agradecido. Lo que admiro de él es que siempre te
contesta tus comentarios o mensajes en Facebook, eso lo hace un ser apreciable”.
“René, es un buen y gentil hombre”, rubrica Ocaña Martínez.
Hay gente arrogante, -dice
el entrevistado- que en ningún momento
le colocan un like en tus mensajes del face,
al publicar sus posteos. En lo personal me tomo el tiempo de contestarle a todo el
mundo. Y en particular, cuando es día de mi cumpleaños, me asumo en
contestarles personalmente a cada sus felicitaciones. Les dedico tiempo, para
que sepan que hay un puente de comunicación. Pues esto es muy importante en las
relaciones humanas.
Me da curiosidad saber entre
los jóvenes cuál es la impresión de “Mara”, quiero que me lean, pues la crítica,
es sana e importante. Porque hay diversidad de opiniones. Lo que a algunos no
les parece a otros les parece genial.
Con gran sentido del humor y
una facilidad para recordar a autores de la literatura, Julio César, platica
fluido y apasionado de sus letras, de sus trazos, de sus líneas; pero más de
sus seres que le rodean. De todo aquello que le ha dejado experiencia, que le
ha dejado conocimiento.
“Si el amor es tratar de
compartir todo: Y digo, tratar porque nunca lo vas a lograr”. Eso es el amor.
Tratar.
En un ejercicio de preguntas
de bote pronto. A lo cual, nos avocamos de prisa, le sorrajé, la cuestión:
¿El amor?
-
Tratar
¿Libros?
-
Conocimientos
¿Amigos?
-
Tiempos
¿Compañía?
-
Compartir
¿Deseo?
-
Esperanza.
¿Libertad?
-
Escribir.
¿Caminar?
-
Pensar.
¿Redactar?
-
Igual.
¿Beber?
-
Igual.
¿Compañía?
-
Igual.
¿Hijos?
-
Experiencias.
¿Otro Libro?
-
Andar.
Risas, después de éste ejercicio,
pues pese a que ya telefónicamente lo habíamos planeado con anterioridad, como
fue tan intempestivo en un momento de la entrevista, sus respuestas fueron
certeras en cuanto al asunto que después en otra entrevista, dijo, desmadejaríamos en forma fina y pronta. Risas.
“Las chicas estaban bien
entrenadas y tenían con manos de ninfa”,
se acuerda en una de las páginas de “Mara”. Leo y releo, frases que llevan el
modelo de la escritura de Ocaña y bien caben en un teatro, como lo habíamos
platicado.
Una Mara ciudadana universal.
Pues en todos los rostros, en las miradas, en los gestos, en las formas de
caminar y en el vestir, se observa a Mara, dice el autor y responde a la
pregunta de: ¿Será posible llevar a Mara el cine o al teatro? Más, que nada,
Jorge, “Mara se plasma en todo y no descarto que se pueda hacer cine con ella,
sería recrear espacios y panoramas de muchos lugares”.
¿Mara en cine? sería muy padre;
pero vayamos con tiento.
¿Mara en teatro? lo veo más
palpable, lleno de armonía de muchos elementos; pero más de jóvenes, elementos
que se requieren para cambiarlo todo, hasta el amor, recalca el entrevistado.
Terminamos la entrevista.
Vino la charla informal; pues el tiempo apremia y él tenía otros asuntos de
Mara y con Mara.
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| Julio César Ocaña, con el entrevistador, en las oficinas de Grado Cero Consultoría |
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