OSCAR MEMIJE FRANCO |
El primero en tiempo, es primero en derecho. Es decir quién llega
primero y posee una cosa o espacio físico de la que nadie es dueño, es dueño de
esa cosa o lugar. Lo lamentable es que un árbol no habla para ejercer su
posible “derecho jurídico” y esa Ceiba que se ubica entre ambos carriles del
paso elevado llegó primero.
El día 19 de abril del presente año el cabildo de Acapulco aprobó por
mayoría el traslado del árbol conocido
como La Ceiba Amorosa, de la avenida Cuauhtémoc al Parque Papagayo de esta
ciudad y puerto para que no obstruya el paso del Acabús, procedimiento que costará al municipio casi cinco millones de pesos
y que debe realizarse antes del 31 de mayo, fecha en el que el sistema de transporte
se pondrá en marcha.
Se presentó el punto por parte de la regidora Linda Karina Ríos Radilla,
quien argumentó que de permanecer la Ceiba en su sitio representa un riesgo
para los ciudadanos y puede provocar un accidente, ya que obstruye el paso del
Acabús.
Pero los que dicen NO lo argumentan, no dicen de qué forma o manera
afecta a la ceiba ¿será por desconocimiento o por algunos intereses? No se
sabe, lo que si afirman es que queda en puras especulaciones desde cómo se
afecta y por qué, hasta el costo y la razón social de la empresa que
posiblemente trasplantará el tan mencionado árbol con ya, cincuenta años de
vida.
Es evidente que el Acabús no es una obra que propició Héctor Antonio
Astudillo Flores Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero, sino uno de
los cientos de problemas que la administración anterior le hizo el enorme favor
de heredar, pero que ha estado haciendo frente y buscando las soluciones más
adecuadas para sus gobernados.
Esta obra cuestionada es evidente que no tuvo la planeación técnica
adecuada, tampoco en materia ambiental, no tiene nada de sustentable, sin duda
la avaricia cierra los ojos, destruye conciencias y logra devastar el planeta.
Con estas acciones urbanas, seremos vulnerables al cambio climático. No
existe explicación del por qué la gente no tenga conciencia y actos
preventivos, pareciera que las altas temperaturas de calor no las sienten.
Valdría la pena valorar si es adecuado instalar un sistema de
semaforización que sincronice el paso de un acabús y posterior el otro, es
probable que eso permita la permanencia de la Ceiba y brindar el servicio de
transporte público, anunciado para entrar en funciones el próximo mes.
Con esos cinco millones que afirman costará el traslado del árbol, lo
debieron invertir para reforestar la ciudad, desde hace dos años y medio que
Luis Waltón y Ángel Aguirre eran gobernantes en turno e inauguraron ese Paso
elevado sin tomar medidas preventiva, es probable que a estas fechas la
vegetación ya tendría hasta frutos.
No se puede tener la certeza que la estancia de la Ceiba en el Parque “Ignacio
Manuel Altamirano” (Parque Papagayo) es una garantía de sobrevivencia, porque
ese lugar que conocíamos como el “pulmón ecológico” vergonzosamente cada día lo
han deforestado más, para instalar más locales comerciales, desde hace varios
años, ahí solo han dejado claro que lo
importante es la explotación comercial, por esa razón han generado una gran
pérdida de flora y fauna. Esperemos que
el ejecutivo estatal realice los cambios adecuados en dicho parque para
oxigenar ese espacio público.
La mayoría de los humanos buscamos colocarnos o estacionar el auto bajo los
árboles para evitar los fuertes rayos del sol, pero la mayoría no siembra
árboles.
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