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Lanza
Colibrí Center campaña para recopilar ADN de familiares de desaparecidos
Las frías gavetas del
Forense de Pima guardan los restos y pertenencias de más de 900 migrantes
mexicanos y centroamericanos que murieron en el desierto de Arizona en la
última década y que están en calidad de desconocidos.
Luis Carlos Rodríguez G. |
Bolsas negras con
osamentas, pantalones de mezclilla, tenis, fotografías de familiares, carteras,
escapularios y cartas han sido insuficientes para que el equipo de
especialistas y forenses puedan identificar el origen, la identidad y el nombre
de estos migrantes que quedaron sembrados en el desierto a causa de deshidratación,
hipotermia, picaduras de insectos o atacados por algún reptil.
Desde 2001 los forenses de
Pima, con un equipo interdisciplinario, han encontrado los restos humanos de cerca de 3 mil personas, de
las cuales 900 no han sido
identificados.
Frente a esta tragedia
humanitaria que reporta que de enero a mayo de este 2016 se han encontrado los
restos de 32 personas, con 24 cuerpos adicionales en junio y otros 24 en julio,
Colibri Center for Human Rights lanzó recientemente un proyecto para recaudar
muestras de ADN de los familiares de migrantes que se extraviaron en el intento
de cruzar la frontera México- Arizona.
En su página de Facebook,
la organización no gubernamental encabezada por su directora Robin Reineke, informó de la campaña iniciará
en septiembre en California, busca lograr
el rencuentro entre los migrantes fallecidos y sus familiares, que en ocasiones
lo han esperado y buscado por más de una década.
El proyecto de tres años
comenzará en San Francisco y seguirá en Nueva York, las Carolinas, Sacramento y
Los Ángeles. Posteriormente Colibrí Center reunirá ADN de familias en Tucson.
“Colibrí Center recaudó
para esta labor más de 1 millón de dólares en donaciones, con lo que se busca permita mitigar el dolor de cientos de
familias que están sufriendo todos los días por la ausencia de un hijo, un
hermano, un padre. Que no saben qué ocurrió con él, cómo desapareció o dónde se
extravió”, expuso la también forense Robin Reineke.
De acuerdo a estudios de
la Universidad de Arizona y del Forense de Pima, en promedio cada año mueren
170 migrantes en el desierto de Arizona. Sólo un 60 por ciento son identificados, el otro 40
por ciento restante forman parte de los más de 900 que están en calidad de
desconocidos.
La especialista indicó que
la Oficina del Forense del Condado de Pima ha realizado un excelente labor al obtener el ADN de esos
900 restos de migrantes no identificados, pero ahora hace falta obtener el ADN de las familias que saben que
su hijo, padre, hermano cruzaron por el desierto y nunca llegaron a su destino.
La periodista Paula Díaz,
especialista en temas de migración en Arizona, expuso el caso de la Camerina
Santa Cruz, madre un migrante desaparecido en 2013 en el desierto de Arizona
cuando buscaba el llamado “sueño americano”.
El migrante mexicano,
Marco Antonio Ramírez, hijo de doña Camerina,
cruzó por Sonoyta, en el estado de Sonora, el 20 de agosto del 2013 con
dos amigos. Ellos no completaron la travesía y se regresaron a México. Contaron
que Marco Antonio había muerto en el desierto.
La señora Camerina se
pregunta: “¿Dónde está él, ¿qué pasó? ¿Cómo murió? ¿Fue asesinado por algún
animal? ¿Él murió de sed? "Hay tan muchas preguntas que no tienen una
respuesta”.
Ella es la primera persona
en aceptar la invitación de Colibrí para participar en el proyecto para crear
un banco de datos de ADN de los migrantes fallecidos y familiares que buscan a
sus seres queridos.
“En el fondo lo que
queremos es armar el rompecabezas de estas tragedia humanitaria en que se ha
convertido la frontera entre México y Estados Unidos. Lograr que los familiares
encuentren a sus seres queridos, ya sea por medio de una fotografía, una
estampa religiosa y ahora por medio de pruebas de ADN”, concluyó Robin Reineke.
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