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domingo, 21 de agosto de 2016

Contexto Político Por Efraín Flores Iglesias Chavarría: otro año más de impunidad


EFRAIN FLORES IGLESIAS

Su sueño era ser gobernador del estado de Guerrero. Ya se había preparado para ello. Tenía estructura y había amarrado ya importantes alianzas. Era el candidato natural del PRD, más no del entonces inquilino de Casa Guerrero.
Se llamaba Armando Chavarría Barrera, un hombre admirado desde que era dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria Guerrerense (FEUG) por su habilidad conciliadora. Claro, no les caía bien a todos.
Poco a poco fue fortaleciendo su liderazgo en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), en donde intentó ser rector, que no lo logró por la colusión de los caciques universitarios y los gobernadores en turno.
Chavarría no bajó la guardia y decidió meterse de lleno al PRD, instituto político en donde demostró tener un amplio liderazgo, a tal grado que en poco tiempo se convirtió en diputado federal y senador de la República.
Desplazó a importantes liderazgos y fundadores del PRD.
En 2004 solicitó licencia como senador de la República para inscribirse en el proceso interno para elegir al candidato a gobernador de su partido, pero la mayoría de los militantes perredistas decidieron darle su respaldo al ex alcalde de Acapulco, Zeferino Torreblanca Galindo.
Armando Chavarría apechugó y no se fue del PRD. Junto con sus seguidores decidieron respaldar en todo el estado a Zeferino Torreblanca, quien el 6 de febrero de 2005 ganó la elección constitucional. El PRD derrotaba por primera vez al PRI en Guerrero.
Luego de la llegada del Sol Azteca al poder, Armando Chavarría decidió formar Polo Guerrerense de Izquierda (PGI), una corriente al interior del PRD que se convirtió en la más fuerte de la entidad.
Durante los tres primeros años del gobierno zeferinista fungió como secretario general de Gobierno, pero eran evidentes los desencuentros entre él y el mandatario estatal. Las formas de hacer política eran distintas. Zeferino Torreblanca gobernaba a la entidad como si fuera una empresa de su propiedad, y eso no lo veían bien Chavarría ni el grueso de la militancia perredista que esperaban mejores resultados en política social.
En el proceso electoral del año 2008 renuncia a la secretaría general de Gobierno y es postulado como candidato a diputado local por la vía plurinominal encabezando la lista de su partido.
Al instalarse la LIX Legislatura local, el PRD y el PRI tenían igual número de integrantes, por lo que inició una feroz lucha para ver qué partido se quedaba con la Presidencia de la Comisión de Gobierno.
Armando Chavarría era el coordinador de la fracción del PRD, y Héctor Vicario Castrejón era el del PRI. Hubo quienes veían a éste último como el seguro presidente de la Comisión de Gobierno, pero el perredista se impuso en el cabildeo. Logró convencer a Convergencia (lo que hoy es Movimiento Ciudadano), al PT, Nueva Alianza y al PAN. A Vicario solamente lo apoyaron los legisladores del Partido Verde.
Desde su posición de presidente de la Comisión de Gobierno, Armando Chavarría fue un serio crítico del gobierno de Zeferino Torreblanca, a quien le cuestionó en tribuna por su pésima estrategia en materia de seguridad pública y de perseguir a luchadores sociales.
El 20 de agosto de 2009 fue cobardemente ejecutado por un grupo de pistoleros en su domicilio ubicado al sur de Chilpancingo. Ya no alcanzó a celebrar su cumpleaños que era el 27 de agosto, día en que iba a destaparse como aspirante a la gubernatura. Ya para entonces era el más posicionado para lograr la candidatura.
Zeferino Torreblanca tenía como delfín a su secretario de Desarrollo Rural, Armando Ríos Piter, un personaje cuestionado por su desarraigo con los principios del PRD y la lucha social.
Han transcurrido 7 años del asesinato de Armando Chavarría y todo parece indicar que las investigaciones siguen lentas. Ni siquiera Rogelio Ortega Martínez, quien fuera su compañero de batallas en la UAGro, pudo resolver el caso cuando fungió como gobernador de la entidad. No le importó. Se olvidó de su amigo, pues.
También es lamentable que algunos de sus discípulos solamente se acuerden de él para lucrar políticamente y dar espectáculos mediáticos. Como por ejemplo, David Jiménez Rumbo.
Así como su familia exige el esclarecimiento del crimen, los familiares de Luis Donaldo Colosio Murrieta, José Francisco Ruiz Massieu y de otros actores políticos también siguen esperando que algún día se les haga justicia.
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Facebook: Efraín Flores Iglesias;
Twitter: @efiglesias





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