MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
Miguel Ángel Yunes Linares asumió el cargo que buscó
desde que soñó con el poder. Fue poderoso secretario general de gobierno en
Veracruz, en la administración de Patricio Chirinos, también cuando coordinador
de asesores en la Secretaría de Gobernación y como diputado federal, director
del ISSSTE y, en fin, siempre en el sector público.
Incluso hasta director general de Prevención y
Readaptación Social dependiente de la Secretaría de Gobernación, entre otros
etcéteras con alto condimento de poder. Y la resultante, es que Yunes Linares
arrastra fama de deshonesto.
Por supuesto se defiende, niega todo tipo de
imputaciones, se asume hombre trabajador y que su riqueza, inmensa riqueza, es
producto de su trabajo. Arropado por el Partido Acción Nacional, le cuesta
trabajo asumirse como tal, porque su pasado priista lo persigue, aunque en el
PRI es un apestado con fama de desleal.
En entrevistas varias como candidato y luego
gobernador electo, más que una oferta de gobierno lo que planteó fue una oferta
de venganza. Y quizá en ese ánimo, en la tarea de meter a prisión a sus
enemigos acérrimos, especialmente a Fidel Herrera Beltrán, consumirá los dos
años que tiene para gobernar a Veracruz.
Sin duda es un imperativo hacer justicia a los
veracruzanos, combatir corrupción e inseguridad pública, aunque Pacho Viejo no
tendría espacio para albergar a tantos ladrones que hicieron su agosto en el
gobierno del impresentable Javier Duarte de Ocho.
¿Será Yunes Linares el gobernador idóneo para aplicar
la ley sin que ésta tenga elementos de venganza personal? Lo dudo.
Dice el abogado Othón Pérez Fernández del Castillo,
rector de la Universidad de Estudios de Posgrado en Derecho, que “México requiere gente honesta, correcta e integra”.
Lamenta que los gobiernos no hayan sabido responder a la confianza de los
votantes y lejos de ejercer la ley han desprestigiado la labor de gobernar.
"El pueblo de México debe de exigir justicia y honestidad a todos sus gobernantes", puntualiza don Othón. Y tiene razón, pero eso es precisamente lo que aún mueve al ciudadano a votar, en busca de lo que razonablemente abriga la democracia.
"El pueblo de México debe de exigir justicia y honestidad a todos sus gobernantes", puntualiza don Othón. Y tiene razón, pero eso es precisamente lo que aún mueve al ciudadano a votar, en busca de lo que razonablemente abriga la democracia.
Pero, es una quimera. Porque, mire
usted, lo mismo Yunes Linares que Javier Corral en Chihuahua y Francisco García
Cabeza de Vaca e incluso Alejandro Murat Hinojosa en Oaxaca, no tienen un
historial que los presente adalides de la honestidad, pero sí dispuestos a
cobrar facturas política y meter a prisión a sus antecesores.
¿Honestos y correctos? Su oferta de
campaña se centró precisamente en acaparar las páginas de los diarios y
espacios en los medios electrónico y digitales con la propuesta de dizque
justicia y procesar penalmente a sus antecesores que, por supuesto,
evidenciaron la pérdida del rumbo y entendieron al poder como la luz verde para
amasar fortunas y prohijar la corrupción.
¿Hay que meter a prisión a esa
pléyade de ex gobernadores que incluso engañaron al Presidente de la República?
¡Claro! Pero esa tarea debe asumirla un ente oficial despojado de toda sospecha
de atender consignas. Y no porque los Duarte o Borge y Herrera sean inocentes o
víctimas de la perversa política del cobro de cuentas. No, porque el riesgo es
emprender una cacería de brujas con chivos expiatorios o víctimas colaterales.
Porque, por lo menos de acuerdo con
el senador veracruzano y ex contendiente de Yunes Linares, Héctor Yunes Landa,
en cuatro días de la nueva --¿nueva?—administración en Veracruz, se registran despidos
masivos que dejan sin ingresos a cientos de familias de trabajadores.
“No podemos permitir que
la justa demanda de aplicación de la ley se pervierta con un afán de venganza.
En este momento se está dejando sin ingreso a cientos de familias de
trabajadores de confianza del gobierno”, dijo el legislador y refirió que, en
muchos casos, se trata de trabajadores que tienen décadas de prestar sus
servicios en el gobierno estatal.
De acuerdo con Yunes
Landa, a esos trabajadores se les maltrata e impide el acceso a sus lugares de
trabajo. No se les otorga ninguna consideración ni separación digna y mucho
menos justa.
Yunes Landa puntualiza que
no se debe confundir a los saqueadores de Veracruz, “una camarilla de ladrones
que se enquistaron en los mandos superiores de la administración saliente, con
los trabajadores que han servido a varias administraciones y que no
tienen responsabilidad en los ilícitos que se cometieron”.
Y tiene razón. Aduce que
la justicia no sólo consiste en castigar al corrupto, también en estimular o
cuando menos respetar a quien, aunque en un humilde nivel, le sirve desde el
gobierno a los veracruzanos.
¿Rasero en el cobro de
facturas? ¿Honesto y correcto el gobernador que corre al chofer porque fue
chofer de su enemigo político? Mala señal de quien ofreció justicia y busca
aplicarla con la injusticia de por medio. Digo.
@msanchezlimon
@Entresemanamx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.