Mientras los lopezobradoristas siguen
en su borrachera de poder y los perredistas peleando por el control de su
dirigencia estatal, los priistas siguen pasmados por la severa derrota que
sufrieron el pasado 1 de julio.
Los de Morena ya se ven en Casa Guerrero y lo
gritan a los cuatro vientos. Y se entiende, ya que creen que la reciente elección se repetirá en
2021, olvidando que si ganaron la Presidencia de la República y la mayoría de
los escaños en las Cámaras de Diputados y Senadores fue por el hartazgo ciudadano hacia el gobierno de
Enrique Peña Nieto y por la campaña
de 18 años que realizó Andrés Manuel López Obrador.
Si analizamos fríamente los números obtenidos por cada partido en lo que
respecta a la elección local pasada, nos daremos cuenta que al PRI y al PRD no
les fue mal en los municipios.
El PRD, por ejemplo, ganó en 24 con candidatos emanados de sus filas y
en otros 9 con sus aliados del PAN y Movimiento Ciudadano.
El PRI obtuvo el triunfo en 20 municipios y sus aliados del PVEM
lograron la victoria en 5.
Morena y el Partido Encuentro Social (PES) se alzaron con el triunfo en
16 municipios. La fortaleza del partido de López Obrador es en la región de la
Montaña y en Acapulco.
El Partido del Trabajo no fue en alianza con Morena, pero logró ganar en
5 municipios: Marquelia, Cualac, Zapotitlán Tablas, Atenango del Río y
Xochihuehuetlán.Aunque semanas después el alcalde de éste último
municipio,Carlos Arriaga Ramos, decidió renunciar a su militancia para sumarse
al PRD.
El Partido Nueva Alianza y el Partido del Pueblo de Guerrero (PPG)
ganaron en los municipios de Cocula y Tlacochistlahuaca, respectivamente.
Queda claro que Morena en alianza con el PES avanzó electoralmente en
Guerrero, pero eso no es suficiente para ganar en 2021.
Ganaron la elección federal y el Congreso local, por lo que manejarán un
millonario presupuesto y emplearán a varios de sus militantes en puestos
claves, aunque los lopezobradoristas
olvidan que el poder desgasta y que no es lo mismo ser oposición que gobierno.
O como dirían mis amigos covacheros: no es lo mismo ser borracho que cantinero.
La elección de 2021 se va a poner interesante. Y en este momento se percibe que la pelea será entre el PRI y Morena.
De entrada, en Morena ya empezaron los golpes bajos entre los que
aspiran por la candidatura a gobernador. Se trata de Adela Román Ocampo, alcaldesa de Acapulco; Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, presidente de la Junta de
Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local y próximamente delegado del
gobierno federal en Guerrero; Félix
Salgado Macedonio, senador de la República, ex candidato a gobernador por
el PRD en dos ocasiones (1993 y 1999) y ex alcalde de Acapulco, y Nestora Salgado García, senadora de la
República y ex promotora de la Coordinadora Regional de Autoridades
Comunitarias (CRAC) en Olinalá.
En el PRI se han mantenido muy discretos, pero es obvio que el senador Manuel Añorve Baños nuevamente buscará
la candidatura, tanto que fue de los pocos priistas que salvaron el pellejoel pasado 1 de julio.
Añorve ha intentado sin éxito ser gobernador en tres ocasiones. En 1999
participó en la elección interna del PRI y perdió ante René Juárez Cisneros. El chaparrito cabrón –así se autonombra–
aguantó vara y apoyó a Juárez Cisneros para derrotar a Salgado Macedonio.
En agosto de 2010 logró el apoyo de la dirigencia nacional de su partido
y de los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez para ser
candidato, pero su primo Ángel Heladio Aguirre Rivero se inconformó con su
designación y renunció al PRI para ser candidato del PRD, PT y Movimiento
Ciudadano, logrando el triunfo el 30 de enero de 2011. Y otra vez le tocó aguantar vara a Manuel Añorve.
Cuatro años después volvió alzar la mano, pero la dirigencia nacional de
su partido se la jugó con Héctor
Astudillo Flores, quien en junio de 2015 recuperó para el PRI el gobierno
de la entidad.
Ahora y con mayor experiencia acumulada, Añorve parece decidido a dar
nuevamente la batalla, pero las condiciones políticas no son favorables como
las de hace tres años.
Es muy probable que internamente enfrente al renejuaristaHéctor Apreza
Patrón, coordinador de la fracción del PRI en el Congreso local, y al aguirristaMario Moreno Arcos, actual secretario de Desarrollo Social del
gobierno del estado y ex alcalde de Chilpancingo.
En el PRD no hay un prospecto visible, pero
de aquí a tres años todo puede ocurrir.
Hay quienes erróneamente ven a un perredismo acabado y que no tiene nada
que hacer en la elección de 2021. Gobernar 24 municipios no es cualquier cosa,
sobre todo, Ayuntamientos estratégicos: Chilpancingo, Tecpan de Galeana,
Petatlán, Atoyac de Álvarez, Coyuca de Catalán, Teloloapan, Florencio
Villarreal (Cruz Grande), etc.
Insisto, los dirigentes de Morena andan engallados por el triunfo
obtenido el pasado 1 de julio y gritando que no necesitan aliados para la
próxima elección. Lo que no asimilan es que en 2021 ellos tendrán que hacer
campaña –y no López Obrador–para enfrentar al PRI y al PRD. Además, no habrá
elección presidencial.
Y en una elección intermedia el
nivel de participación ciudadana disminuye.
Asimismo, dentro de tres años no solamente evaluarán al gobierno de
Héctor Astudillo, sino también a la gestión de López Obrador como presidente de
la República.
Desde mi punto de vista nadie
tiene nada en este momento. Pero eso sí, la de 2021 será una elección muy
reñida.
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