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jueves, 8 de noviembre de 2018

FORO POLITICO. Por Salomón García Gálvez. GUERRERO, AGRADECIDO CON EPN.



Como todo un político profesional se ve el gobernador Héctor Astudillo Flores, al visitar ayer en Palacio Nacional al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para agradecerle el respaldo que el gobierno federal le otorgó al estado de Guerrero en las peores circunstancias.
Aun cuando en estos momentos el mandatario nacional empieza a sufrir la soledad y el retiro de su círculo más cercano, el gobernador guerrerense Astudillo Flores acudió a la Ciudad de México para saludar y agradecer a Peña Nieto por el decidido apoyo que brindó a esta entidad a lo largo de seis años.
Guerrero fue el estado más castigado por los meteoros -Ingrid y Manuel- que devastaron gran parte del territorio estatal, destrozando viviendas, carreteras, puentes; hubo derrumbes, deslaves e incuantificables daños materiales y humanos.
El gobierno federal entró al quite y el presidente Peña Nieto ayudó a rescatar Guerrero. Es innegable y no se le puede reprochar al mandatario nacional lo bueno que hizo por Guerrero y por la gente que todo lo perdió.
Los huracanes Ingrid y Manuel, que azotaron el estado de Guerrero, ocurrieron desde la tarde-noche del día 13 de septiembre del año 2013, cuando era gobernador “perredista” Ángel Aguirre Rivero. Torrenciales aguaceros, vientos huracanados provocaron desastres,  muerte y desolación en varios puntos del estado.
El gobierno de la República y personalmente el presidente Peña Nieto, le entraron “al quite” y enviaron toda la ayuda necesaria para Guerrero y sus afectados y damnificados. Las carreteras y puentes que fueron destruidos inmediatamente se volvieron a construir.
Sería mezquino negarle el mérito al presidente Peña Nieto, por toda la ayuda que les trajo a miles de guerrerenses en desgracia, en aquellos aciagos días del mes de septiembre del año 2013. Ni un año tenía EPN de haber asumido el cargo, pero se comportó como un gran presidente.
Correspondió ahora al gobernador Héctor Astudillo Flores -por cortesía política- ir al Palacio Nacional para saludar y agradecer al presidente Peña Nieto por la ayuda que el gobierno federal le dio al estado de Guerrero.
Eso habla mucho de que el mandatario estatal Astudillo Flores, no sólo es un político profesional sino un hombre sensible y agradecido para con el presidente saliente, quien ahora vive el desgaste y también la soledad, a tres semanas para que deje y entregue el poder a su sucesor Andrés Manuel López Obrador.
El presidente -electo- AMLO asumirá la presidencia de la República el primer día de diciembre. La ciudadanía está expectante; quieren ver cómo gobernará México; quieren ver su estilo, sus decisiones, si cumple sus ofertas de campaña.
Analistas pronostican que AMLO va con todo: pretenderá que su partido el Morena gobierne durante 12 o hasta 18 años. ¿Lo logrará?
El poder desgasta; las promesas incumplidas tienen un costo político; la gente castiga en las urnas y cobra facturas a un alto precio. Al tiempo…
Y los mismos analistas (o sea este columnista) pensamos que dentro de seis años el PRI y el PAN serán aliados junto con otros partidos políticos para recuperar la Presidencia de la República. Van con toda su artillería contra Morena.
Antes, habrán de haber ocurrido muchas cosas en este país; los escenarios políticos cambian de manera vertiginosa. A veces la planeación falla y los escenarios prospectivos caen al piso estrepitosamente.
Todavía no está bien definido qué clase de Presidente de México quiere ser AMLO: Temido y odiado o… querido y respetado. (Maquiavelo)
Si AMLO pretende ser un presidente tirano y dictador, el pueblo reaccionaría con decepción y desencanto; no hay duda…Punto.


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