“Mi conciencia está tranquila”, ha señalado el exgobernador Ángel Aguirre Rivero.
Se refiere a que no tiene
culpa en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de
septiembre del año 2014, en Iguala, y que a consecuencia de eso, tuvo que dejar
la gubernatura.
Aunque paulatinamente su
nombre y de sus allegados han ido quedando sin señalamientos, parece que por
consigna el máximo líder de los normalistas y de los padres de familia, Vidulfo
Rosales pretenden enjuiciarlo a como dé lugar.
Son 18 o 19 líneas de trabajo
dice Rosales Sierra, y pide que Ángel Aguirre no cante victoria porque se está
investigado a los funcionarios que estaban en funciones.
Lo anterior fue la respuesta
a la postura del exgobernador, quien hizo alusión al último informe del
gobierno federal, que presentaron nuevas rutas de investigación y donde su
nombre no aparece como sujeto de investigación.
Ni el subsecretario de
Derechos Humanos, Alejandro Encinas, ni el fiscal General de la República,
Alejandro Gertz Manero, y tampoco el fiscal especial Omar Gómez Trejo,
mencionaron al exgobernador de alguna manera.
Eso le ha dado optimismo al
experredista que dirige una tribu en el PRD, al señalar que Alejandro Gertz
Manero mencionó que la anterior administración al principio culpó a su
gobierno, pero que eso no les funcionó y a partir de ahí tuvieron que construir
la verdad histórica, “que ni fue verdad, ni fue histórica”.
Esto sin duda, eventualmente
le estaría dando posibilidades para participar como candidato para algún
espacio electoral.
El líder de la corriente
IPG, insiste estar disponible para cualquier aclaración acerca de las acciones
de su gobierno “en esas horas aciagas y en los días que siguieron”, y señala que si alguien de su gobierno tuvo
algo que ver en los hechos, será el primero en exigir que sea investigado.
Parece pues que es altamente
probable que obtenga de la autoridad federal el deslinde de su gobierno y de él mismo en esos
lamentables hechos.
Es decir, legalmente podrá
deslindarse de los hechos.
Sin embargo, hay personajes
que seguirán capitalizando esta desaparición por haber acontecido en su
gobierno, solo por cuestiones políticas e ideológicas para seguirlo culpando.
La pregunta obligada:
Volverá a ser perseguido por los padres de familia y de los estudiantes de
Ayotzinapa en caso de querer participar en política electoral en el proceso que
ya inició, tal como sucediera en el 2017, cuando quiso ser candidato a diputado
federal, y que ante el hostigamiento hacia su persona tuvo que retirarse de la
contienda.
Fuera de lo jurídico hay
quienes han decidido que “esa losa que ha venido cargando durante seis años”,
“y que no le corresponde”, la siga portando como castigo por algo que no
cometió.
Mientras, seguirán en la
impunidad aquellos que enviaron a los jóvenes a Iguala, sobre quienes no pesa
ninguna investigación ni por error.
Y como bien dice el oriundo
de Ometepec: “La política es así”.
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